Si muchas veces has pensado “¿Cómo le hago para tener mi propio negocio?”, entonces vale la pena que replantees la pregunta e incluyas “de manera exitosa” en la ecuación
Hace unas semanas se llevó a cabo la primera edición en México de Bold Conversations by Veuve Clicquot, una plataforma internacional que debate y promueve el emprendimiento femenino. ¿Pasar una mañana con champaña y mujeres poderosas? Por supuesto que no me lo podía perder… sobre todo si tomamos que la base e inspiración de este foro fue Madame Clicquot (la famosa viuda), la primera mujer de negocios en el mundo que decidió desafiar al status quo en 1805. A diferencia de casi todos los hombres que emprenden con un sueño, el motor para la mayoría de las mujeres que quieren ser sus propias jefas, así como manejar un negocio, ha partido de una crisis transformada en oportunidad.
Por ello no fue sorpresa escuchar decir a Adina Chelminsky, economista y emprendedora, que las mexicanas se ven obligadas al microemprendimiento debido a la falta de oportunidades laborales, al mismo tiempo que Valeria Moy, economista y directora del Instituto Mexicano de la Competitividad puso sobre la mesa el fenómeno de las ‘nenis’, aquellas microemprendedoras por necesidad que vivieron un boom durante la pandemia. Para su suerte, la actividad que realizan (la entrega del producto en las estaciones de metro) no está penada en México. Y aunque nuestro país destaca por ser uno de los que presenta la menor brecha de género respecto a emprendimiento, así como no se pueden olvidar sus orígenes respectivos tampoco cómo pinta el escenario o panorama para esas ‘boss babes’.
Tres lecciones para un emprendimiento de lujo
El business plan: con un twist (o sea, tu intuición)
Si muchas veces has pensado “¿Cómo le hago para tener mi propio negocio?”, entonces vale la pena que replantees la pregunta e incluyas “de manera exitosa” en la ecuación. Porque puede parecer muy fácil arrancar, incluso sin el tan solicitado e imponente plan de negocios que, hoy la mejor chef del mundo, Elena Reygadas, lo sublevó al poder de su intuición. Lo que nunca debes de olvidar es que el verdadero reto consiste no solo en mantener el proyecto a flote los primeros cinco años sino llevarlo al siguiente nivel. Así que si estás a punto de iniciar esta aventura, te comparto esta y las siguientes dos lecciones que me dejó Bold Conversations México como tu punto de partida para que consigas el éxito de la mejor manera posible.
Tu peor enemigo: El sistema
Sin entrar en detalles, en nuestro país resulta bastante complicado emprender; “un ‘vía crucis’ que te autoricen u otorguen un crédito productivo, más siendo mujer”, compartió Chelminsky. Si a eso le sumas lo cruel que puede llegar a ser Hacienda (según el Women’s Entrepreneurship Barometer de Veuve Clicquot, el 52% de las féminas trabaja de manera informal), parece que el sistema ha sido diseñado para incentivarte a desertar, a que tires la toalla porque corres el riesgo de ponerte muy mal. Partiendo de este punto, Adina hace hincapié en que las fuentes de financiamiento se reducirán a tu familia, amigos y uno que otro conocido. Ojo, nunca descartes la posibilidad de convencer a un tiburón de que apueste por ti.
Tu mejor aliado: Un curso financiero
Tantas materias que cursamos y pocas de verdad han resultado útiles en el día a día. Tal es el caso de contabilidad -que no tomé, pero pregúntenme sobre el valor de Pi, ese me lo llevaré hasta la tumba-. No estoy diciendo que la educación no sea una inversión, solo que por desgracia los planes de estudio siguen quedándose atrás o cortos. “La pandemia dio lugar a cinco millones de emprendedoras que hoy necesitan capacitación para ser más sólidas”, señaló Moy. Apostar por un curso de finanzas es un game changer. No se trata de convertirte en experta, pero es crucial que te prepares en este terreno para entender y sobre todo para poder defender tu propuesta. Obvio lo más recomendable es contar siempre con el respaldo de un profesional o especialista.