¿Te has cuestionado alguna vez sobre el impacto que tienen tus decisiones diarias, tus ideas o tus proyectos? e incluso, en el caso de quienes somos emprendedores, ¿te has detenido a pensar cómo repercute tu negocio en la sociedad?
Estamos atravesando un momento social donde los consumidores están cada vez más conscientes del impacto que tienen sus decisiones en nuestro entorno social y en el medio ambiente. Así que, hoy por hoy, enfocarnos en definir el propósito social y sostenible de nuestro proyecto al momento de crear una marca es crucial, y no solo por la relevancia que hoy día tiene, sino por la semilla que estaremos sembrando para nuestro futuro.
Hablar de una marca con propósito no significa que solo ofrece productos o servicios, sino que también contribuye a resolver alguna problemática social o ambiental. Y está más claro que en algún otro momento histórico que hoy los consumidores valoran y apoyan activamente los emprendimientos que demuestran un compromiso genuino con la responsabilidad social y ambiental, que se comunican con su público de manera transparente y que demuestran estar trabajando por un propósito muy determinado.
Además, no hay nada más satisfactorio que poder trabajar soñando con el crecimiento de un proyecto que te apasiona y que además contribuye a la transformación de quienes lo rodean. Y esto, por supuesto, es mucho más probable que se traduzca en lealtad y compromiso del publico hacia la marca, convirtiéndose en un ciclo sostenible para todos.
Por Amanda Dudamel
@amandadudamel
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Exploremos juntos 3 puntos claves para que nuestros proyectos y nuestro propósito se puedan volver uno solo.
1. ¿Qué implica tener un propósito alineado a nuestra marca?
Como siempre, empezando desde la raíz, debemos entender a qué nos referimos con tener un propósito. Seguramente les ha pasado que han tenido ideas o iniciativas que los motivan mucho más que otras, que cuando piensan en ellas no pueden dormir porque quieren hacerlas realidad, que cuando están trabajando en eso no hay ni tiempo ni fecha que intervenga porque es mayor la pasión que sienten por lo que están haciendo. Bueno, muy probablemente en esos momentos han estado trabajando en pro de su propósito.
Así que es momento de preguntarnos: ¿Cuál sientes que es tu contribución al mundo? ¿Qué valores guían tus acciones? ¿Qué legado quieres dejar?... hacer un poco de introspección nos va ayudar a terminar de filtrar todo lo que necesitamos para identificar nuestro propósito.
Algunas personas lo tienen más identificado que otros, pero lo importante es que sepamos que ese propósito está dentro de nosotros, no lo elegimos, solo lo identificamos porque ya está ahí y podemos darle más luz cuando lo alineamos con nuestra cotidianidad, bien sea en nuestras decisiones diarias, en nuestro trabajo o en los proyectos que creamos.
Ahora bien, ¿qué implica? Pues tenemos mucho más allá de simplemente buscar beneficios personales o económicos y comprometernos a contribuir positivamente a nuestro entorno a través de esto que tanto amamos hacer, ese propósito identificado.
2. Ya lo identifiqué, ¿por dónde empiezo?
En muchos casos dar el primer paso para comenzar es lo más difícil, pero aquí no. Comenzar en lo más sencillo, porque estamos hablando de algo que nos gusta y ya es parte de nosotros, así que es muy importante es que no lo veamos como algo complicado, sino más bien algo que va a fortalecer lo que ya somos.
Hazlo parte de tu día a día conscientemente. Piensa en que la meta final es alinear tu propósito de vida con tu marca, tu empresa o tu proyecto más grande, pero empieza desde el inicio y hazlo parte de tus decisiones más cotidianas. Por ejemplo, si yo he identificado que me apasiona comunicar y motivar a las personas de mí entorno a través de mis experiencias, como una gran meta me he planteado poder ofrecer conferencias para miles de personas, pero empiezo por escuchar y hablarle a mi familia, a mis amigos e incluso a aplicarlo con mis empleados para medir el impacto de lo que les digo y sus respuestas.
Ya luego, esto nos permitirá tener bases para empezar a magnificarlo.
3. Hazlo eterno. Que se sostenga en el tiempo para siempre.
Cuando empecemos a pensar en nuestro plan de acción para alinear nuestros ideales y misión de vida con nuestra marca, pensemos en la larga vida que esperamos que tenga y aquí recordamos el término que nos va a acompañar hasta el final: hagámoslo sostenible. Encontremos la manera de unir nuestro propósito con una labor que pueda realmente generar un impacto, pasemos de lo micro a lo macro y hagamos realidad el sueño.
Para esto tendremos muchas herramientas a la mano, pero algunas de ellas pueden ser: aliarnos con ONG’s que tengan nuestros mismos principios sociales o ambientales, asesorarnos en prácticas de comercio éticas para que todo esté bien contemplado desde la raíz y por último, pero aún más importante, mantengamos siempre una comunicación muy transparente sobre las practicas que vamos implementando en nuestro negocio.
Tener una marca con un propósito social y sostenible bien enmarcado va a ser siempre la mejor decisión que podremos tomar para tener un futuro a largo plazo beneficioso para todos, y de está manera será mucho más factible la consolidación de nuestros aliados y clientes en su fidelización con la marca pero también será más viable la vida de nuestra empresa al saber que hemos estructurado todo para que logre ser exitosa mientras trabajamos en algo que nos apasiona y además, impacte positivamente a nuestro entorno.