¡Supera el hambre emocional!

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Si después de un largo día te aparece una imperiosa necesidad de comer, tienes que leer cómo superar el hambre emocional.

En muchos casos, vivimos presas de la rutina, de las exigencias de una sociedad donde queremos ser una superwoman. Cuando llegamos a la edad adulta, cada vez nos damos menos permisos para satisfacer nuestras necesidades emocionales: tendemos a priorizar todo y a todos por delante de nosotras, generando -poco a poco- una sensación de vacío interior. Por eso, no es de extrañar que, después de un largo y duro día de trabajo, casa, niños o incluso los días de poca actividad y aburrimiento, aparezca de repente una imperiosa necesidad de comer, convirtiéndose en un recurso rápido y fácil para sentir placer de manera inmediata. Relacionado: Los síntomas de la deshidratación y sus efectos emocionales Son muchas las mujeres que encuentran su principal fuente de motivación en la comida, principalmente en los sabrosos dulces o en la comida chatarra: comer deja de cumplir su funcionalidad, para convertirse en una “afición” que acaba por hacernos sentir mal, porque sentimos la sensación de pérdida de control ante un hábito que sabemos que no es saludable y puede provocarnos problemas a largo plazo y también porque nuestro estado físico empieza a deteriorarse acumulando kilos de más y mermando poco a poco nuestra autoestima. En muchos casos preferimos auto convencernos de que el físico no es importante. Sin embargo, paradójicamente guardamos con añoranza nuestros jeans favoritos en el armario como si de un tesoro se tratase, con la esperanza de un día volver a entrar en ellos. La sensualidad femenina viene determinada por nuestra genética y, para conectar con ella, necesitamos estar en armonía con nuestro interior, tener confianza en nosotras mismas y sentirnos bien tanto con nuestra forma de ser como con nuestro aspecto físico. No se trata de perseguir estereotipos; se trata de que nuestra imagen sea el reflejo de una mujer que se quiere, se cuida, se mima, se siente motivada en su día a día y enriquece su vida de manera productiva independientemente de cual sea su complexión. No controlar nuestras apetencias, añorar un estado físico del pasado, llevar una vida llena de auto exigencias, no encontrar momentos para estar con nosotras mismas , la sensación permanente de falta de tiempo, hace mella en tu sistema emocional y este vacío acabará llenándose de comida poco nutritiva que te proporcionara una satisfacción momentánea a cambio de un sentimiento de culpa e insatisfacción permanente, que volveremos a tratar de llenar a base de comida de manera compulsiva e insaciable y con sus respectivas consecuencias indeseadas. También lee: Ejercicio en casa: 5 ajustes para alcanzar el resultado que deseas

¿CÓMO SABER QUE ES HAMBRE EMOCIONAL?

El hambre real aparece de manera progresiva. Sin embargo, el hambre emocional aparece de manera abrupta. El hambre emocional va ligada a una sensación de ansiedad o estrés y parece no acabar nunca hasta tener sensación de que no cabe más comida en nuestro estómago, fatiga y otros malestares digestivos. El hambre real va disminuyendo a medida que comemos. El hambre emocional también puede ir asociada en muchas ocasiones a la inactividad o al aburrimiento: aparece entre horas, incluso cuando se ha comido adecuadamente a lo largo del día. Los días previos a la menstruación, nuestros niveles serotonínicos disminuyen notablemente, con lo que nuestro estado de ánimo se ve afectado y por eso es común tener esta sensación de hambre emocional. Seguro que te sientes identificada con estas sensaciones. El primer paso es tomar conciencia y aprender a conocernos un poquito más y mejor en esta situación, que -según datos de un informe del centro médico Dra. Katz- afecta sobre todo a las mujeres y es la principal causa del aumento de peso. Visita nuestra sección: SALUD Y BIENESTAR

DIEZ CLAVES PARA COMBATIR EL HAMBRE EMOCIONAL

Ocúpate de llenar tu vacío emocional con actividades que te motiven. Dedícate tiempo para leer, hablar con amigos, ver una peli de risa, hacer deporte, cualquier cosa que evite el aburrimiento. ¡Aburrirse engorda mucho! Prueba a beber un vaso de agua antes de echar mano a cualquier comida, a veces, se puede confundir el hambre con la sed y pocas son las mujeres que satisfacen la ingesta de hidratación que necesitamos diariamente. Come 5 o 6 veces al día, regálate 10 minutos cada dos o tres horas para comer algo saludable, así no llegarás a la noche muerta de hambre ni picarás entre horas . Hay personas que sacan este tiempo para fumar, ¿cómo no vas a poderlo hacerlo tú para nutrir tu cuerpo y cuidarte? Cuando sientas hambre, opta por una fruta, una ensalada, cualquier alimento saludable, quizás te sorprenda darte cuenta de que esto no te apetece. Cuando sentimos hambre real, nos “conformamos” con cualquier cosa. El hambre selectiva significa hambre emocional. El hambre emocional pude significar que estás embarazada, esto se debe a nuestros cambios hormonales, Aprovecha el aumento de hambre para nutrirte más y mejor, caer presa del hambre emocional durante el embarazo crea riesgo de diabetes para la futura madre y posibles riesgos para la salud del bebé. Siéntete merecedora de dedicar un tiempo diario para hacer lo que te gusta, te sorprenderá que la actividad, entretenerte, es un remedio milagroso anti hambre emocional. Recuerda siempre que convertirte en una mujer feliz es el mejor regalo que puedes hacerle a tus seres queridos. Haz deporte, el ejercicio diario reduce de manera directa la sensación de hambre emocional. Haz un organigrama y planifica tus comidas saludables para toda la semana así como tus momentos de “caprichos”. No se trata de adoptar una postura radical, sino de disfrutar del placer de comer (a esto se le llama alimentación hedonista). Cuando tú decidas hacerlo, podrás saborear (y no engullir) cada bocado. No nos gusta la comida con sabor a culpa, ¿verdad? El hambre emocional te hace sentir culpable e insatisfecha cuando comes; sin embargo satisfacer el hambre real de manera saludable te hace sentir muy bien contigo misma. Las dietas restrictivas generan efecto rebote: sentirás una necesidad impreriosa de satisfacer tu sacrificio tras acabar la dieta. Un estilo de vida saludable, atendiendo a tus necesidades calóricas, es más que suficiente para que, unido a la práctica de ejercicio físico, consigas estar en un excelente estado de forma. ¡Toda mujer que decida cambiar sus hábitos, se comprometa con su salud y decida alimentarse de manera adecuada e integrar ejercicio físico de manera cotidiana tiene todos los ingredientes para disfrutar de una vida plena, llena de bienestar, vitalidad y energía y, por supuesto, que ¡también merece disfrutar del placer de volver a entrar en esos jeans favoritos que te quedan increíble!

*Una versión similar de este artículo apareció en Women’s Health España*
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