¿Te sientes incompleta o insatisfecha con la vida que estás llevando? Entonces sigue leyendo...
Jana Campos, fundadora de Decreta y coach espiritual, te comparte su sabiduría para dejar atrás los miedos y materializar tus sueños...
Síntomas de que no tienes la vida que realmente quieres
Falta de conexión con tu divinidad
No hablo de la religiosa, pero sí tenemos que asumirnos como seres divinos y perfectos”. Tu cuerpo es un milagro, así como todo lo que te ro- dea; cuando no conectas con esta fuerza creadora perfecta e ilimitada, no te sientes merecedora ni capaz.
Sientes que ni la fe ni la intuición te sirven
“Hay que tener fe en que las cosas sí pasarán, de que regresará a ti lo que te pertenece y apagar un poquito la mente y la razón”.
Te comparas
“Al hacerlo, te sientes insuficiente; este tema viene desde la carencia: ¿qué no tengo que los demás sí?”. Enfócate en qué estás aprendiendo hoy y qué tan lejos estás llegando.
Estás rodeada de negatividad
Tu círculo más cercano, ¿cómo piensa? ¿Desde la carencia o la abundancia? ¿Te llevas con gente que todo el tiempo se está quejando o con per- sonas que siempre están creando, amando, viendo hacia adelante con fe y amor? Ojo: sí, muchas veces no es posible alejarse por completo de ellas, pero sí elegir verlas sin juicio, con compasión y cuidar lo que absorbes de ellas en tu realidad.
Cargas culpas
“Revisa qué puedes hacer para reparar el daño, pero asegúrate de que no sea por cosas que no están en tus manos; en tal caso tienes que dese- charlas si no fuiste responsable de la carencia de otras personas”.
Reaccionas por miedos
“Los obstáculos que están en tu vida son parte del camino para que crez- cas y mejores como persona. Los problemas son sucesos inevitables, pero cómo reaccionas a ellos marca la diferencia. Cuando los niños se avien- tan en una resbaladilla lo hacen feli- ces, otros aterrados... sin embargo, toman el riesgo”.
Tus intenciones no son claras
“Asegúrate de que siempre sean buenas, que nunca sean para manipular o dañar a otros; trata de servir al mundo de alguna forma, de sumar, jamás de restar a nadie; de enrtegar lo mejor de ti”.
No dejas ir
“La abundancia entra en hogares ordenados y limpios”. Literal y metafóricamente. “Deja ir las cosas que solo te estorban, que ya no usas, para permitir que llegue lo nuevo”.
No te conoces
“Define qué te hace feliz en la vida y dedícale más tiempo a eso. Ide tifica qué no te gusta y muévete de ahí con un plan y de manera estratégica”. Haz listas: qué te agrada, qué no, qué quieres y qué no; después, cómo lo conseguirás, desde los pa- sos pequeños hasta el futuro lejano.
Vives sin perdonar
“Tanto a ti misma como a los demás. Es parte fundamental del merecimiento y de superar los miedos, porque te permite cerrar capítulos, avanzar y creer que eres capaz de lograrlo todo”.