Estamos en una era donde tenemos más información que hace 50 o 100 años, leemos más que las personas en la edad media y sin embargo seguimos creyendo algunas cosas refutadas por la ciencia, este es el caso de las personas antivacunas. Los casos de sarampión en el mundo han estallado, en días recientes NYC declaró una emergencia a nivel local, ya que rebasaron el número de casos de niños y adultos infectados por sarampión y en la Unión Europea los casos de dicha enfermedad aumentaron un 400% desde el 2017. En México afortunadamente no se han dado casos de sarampión nativo desde 1996, pero esto podría dar un cambio radical gracias a las teorías de las personas antivacunas. ¿QUÉ CREEN LAS PERSONAS ANTIVACUNAS? Las personas antivacunas son aquellas que tienen desconfianza sobre las vacunas, lo que contienen y los efectos secundarios que podrían tener en la salud de las personas o sus hijos, pero lejos de los efectos documentados como fiebres, ánimos bajos o reacciones alérgicas, ellos creen que las vacunas pueden “crear enfermedades” como el autismo o ser controlados por el gobierno -aunque suene a un mal episodio de Los Simpson-. Incluso algunos de ellos creen que las campañas de vacunación son creadas por los gobiernos para generar una sensación de peligro y que las personas que se vacunan lo hacen por miedo. La comunidad científica se ha centrado en atacar estos temores infundados con comunicación al alcance de todos, destruyendo mitos y explicando las razones por las que otras condiciones u enfermedades aparecen, como es el caso del autismo, que nada tiene que ver con las vacunas. Conoce más sobre autismo en este artículo. Pero no todos los antivacunas tienen estas razones para no usarlas, algunos de ellos son personas con religiones ortodoxas, en donde sus creencias son muy arraigadas y les prohiben utilizar las vacunas ya que, en ellas, contienen ADN de otros animales. ¿QUIENES SON ANTIVACUNAS? Aunque existen muchos que son religiosos y no son personas públicas -no tenemos nada en contra de las creencias religiosas de las personas-, existen otros que promueven abiertamente el evitar las vacunas y vivir de una forma “libre” por así describirlo, un claro ejemplo es Andrew Wakefield quien comenzó a promover un estudio en 1998 sobre las vacunas y su relación con el autismo, cabe mencionar que el “estudio científico” era bastante dudoso y tuvo el apoyo de organizaciones antivacunas con una inyección de capital de 55 mil libras, en donde sólo analizaron a 12 niños y las pruebas de sangre no fueron manipuladas de la forma más correcta. Otra de las figuras que llaman más la atención es Jim Carrey quien después de tener un breakdown emocional a finales de los noventas, comenzó a retomar estas ideas antivacunas gracias a las platicas impartidas por Jenny McCarthy (una presentadora de TV y playmate). En su columna del Huffinton Post el actor de “The Truman Show” escribió: "¿Podemos darnos el lujo de ignorar las vacunas como una posible causa del aumento de estas cifras cuando se trata de uno de los elementos cada vez más habituales en el entorno de nuestros niños?” En relación con el autismo. Pero no todo termina ahí, el presidente de los Estados Unidos Donald Trump, lanzó un twit donde insinuaba que las vacunas estaban relacionadas con el autismo y que lucharía por crear una comisión contra la obligatoriedad de las mismas y quien estaría a cargo sería otro líder político antivacunas llamado Robert F. Kennedy Jr. LA RAZÓN POR LA QUE DEBES DE VACUNARTE La ciencia médica ha avanzado a pasos agigantados en los últimos 50 años, eliminando enfermedades como la polio o dando mayor expectativa de vida a las personas enfermas de VIH y gracias a ello se especula que los seres humanos viviremos pasados los 100 años en próximas décadas, pero lejos de ser longevas, tenemos que vacunarnos para tener una mejor calidad de vida y sobretodo para generar una salud pública estable, si dejamos de vacunarnos podemos revivir enfermedades que antes eran mortales y que definitivamente harían del mundo una película de terror. Acércate a tu centro de salud público o privado y pregunta cuáles son las vacunas que podrían faltarte (en dado caso que no tengas tu cartilla de vacunación), cuáles te faltan y te recomiendan de acuerdo a tu trabajo y estilo de vida, si viajas a otro país procura vacunarte contra las enfermedades nativas del lugar y así evitar malos ratos en tus viajes. Tú eres la única responsable de tu salud y como adulta responsable está en ti el sentirte bien.