Durante los últimos 10 años hemos tenido en cuenta que el azúcar es perjudicial para el cuerpo. Pero para el deleite de las antojadizos en todas partes (*levanta la mano*) en realidad es posible que haya una excepción a esta regla. A diferencia de lo altamente refinado que viene en un paquete pequeño junto con un café para llevar, la manosa (monosacárido) es un tipo de azúcar natural que se encuentra en las frutas como los arándanos. Y los expertos creen que podría ser la clave para cambiar la grasa que no quiere dejar de abrazar tu abdomen. El Profesor Hudson Freeze, director del Programa de Genética Humana del Instituto de Descubrimiento Médico de Sandford Burnham Prebys, y su equipo asignaron al azar ratones de 3 y 8 semanas a cada uno de los siguientes grupos:
- Los alimentados con una dieta alta en grasa y sin manosa
- Los alimentados con una dieta alta en grasas con manosa.
- Los alimentados con una dieta normal, sin manosa.
- Los alimentados con una dieta normal con manosa.
Luego analizaron la microbiota intestinal de los ratones, tomando nota de su peso corporal, grasa y niveles de azúcar en la sangre, así como su estado físico general. ¿Los resultados? Los roedores que fueron alimentados con una dieta alta en grasa que incluía manosa tenían menos hígados grasos, mayores niveles de aptitud física, más tolerancia a la glucosa y, en general, eran más magros que los que comían la misma dieta pero sin manosa. También se encontró que este grupo tenía “mayor contenido de energía fecal” y podían procesar los carbohidratos de manera menos eficiente, lo que significa que absorbían menos calorías. Relacionado: “10 frutas que no debes dejar pasar” Pero el hallazgo más dulce aún estaba por llegar. Cuando los investigadores analizaron el microbioma intestinal del mismo grupo de ratones por segunda vez (después de eliminar la manosa de su dieta), notaron dos cosas clave: su composición bacteriana reflejaba la de los roedores obesos y habían recuperado todo el peso que habían perdido. Claro, este estudio tiene sus limitaciones (principalmente, por que no involucra a los humanos). Aún así, se espera que los resultados puedan conducir a cosas buenas para la creciente epidemia de obesidad. “Estos hallazgos confirman aún más el importante papel del microbioma intestinal en el metabolismo”, explicó el profesor Freeze. “El microbioma explica en parte los efectos beneficiosos de la manosa, pero cómo afecta exactamente el metabolismo del cuerpo sigue siendo un misterio”. “La obesidad y las enfermedades relacionadas, como la esteatohepatitis no alcohólica (NASH, por sus siglas en inglés) están en aumento, y los científicos están buscando nuevos tratamientos, especialmente para las personas que no pueden hacer ejercicio”, agregó. “ “Una mejor comprensión de los efectos de la manosa en el microbioma intestinal puede conducir a nuevas terapias para tratar la obesidad”. Relacionado: "¿Qué pasa en nuestro cuerpo con el azúcar?”