En los últimos años ha surgido un nuevo trastorno conocido como dismorfia corporal, ¡aquí te decimos cuáles son los síntomas y la manera en la que puedes tratar esta enfermedad!
La dismorfia corporal es un trastorno mental en el que la persona en cuestión se preocupa de manera obsesiva y compulsiva por sus defectos físicos o lo que ella percibe como tales; típicamente imperfecciones menores o que incluso pasan completamente desapercibidas para los demás. El o la afectada desarrollarán una serie de conductas para buscar “la perfección”, las cuales interferirán en su vida diaria y conducirán a otros problemas como depresión, ansiedad y aislamiento social. Te recomendamos leer: Anorexia nerviosa: señales de que podrías padecer este trastorno
Lo que debes saber del trastorno dismórfico corporal
Factores de riesgo
Hasta la fecha se desconocen las situaciones específicas que detonan la dismorfia corporal, sin embargo, se sabe que puede ser el resultado de la combinación de varios factores; antecedentes familiares del trastorno, experiencias negativas relacionadas al cuerpo, presión social o alguna otra aflicción de salud mental.
Grupos afectados
Los especialistas indican que este trastorno generalmente inicia en los años de la adolescencia y afecta de igual manera a hombres y mujeres.
Síntomas y señales
Si bien los síntomas de que se padece dismorfia corporal dependen del grado de avance de ésta, existen una serie de comportamientos que suelen aparecer con mucha frecuencia:
- Creer que las demás personas hablan, critican o se burlan de tu apariencia física o aspectos específicos de tu físico sin tener certeza de ello.
- Usar ropa o maquillaje para ocultar los llamados defectos físicos.
- Comparar constantemente tu físico con el de los demás.
- Buscar que los demás aprueben tu apariencia.
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Complicaciones y consecuencias
La vida de una persona con TDC se verá afectada en todas sus áreas y es muy probable que desarrolle otras complicaciones como:
- Ansiedad, baja autoestima y alteraciones del estado de ánimo
- Aislamiento social
- Trastornos de la alimentación
- Salud física afectada
- Dificultades para asistir a la escuela o trabajo
- En el peor de los casos, puede conducir al abuso de sustancias y a conductas suicidas.
No piden ayuda
Son muchas las personas que están bajo estas condiciones y prefieren no pedir ayuda profesional, usualmente no se percatan de que tienen una enfermedad que puede ser tratable. Los que sí lo hacen pueden tardar un promedio de 10 años en solicitar apoyo y ser diagnosticados.
La mejor manera de prevenirlo es prestar mucha atención a los primeros años de adolescencia; así puede identificarse en su etapa de desarrollo e iniciar el tratamiento antes de que aparezcan las conductas más peligrosas. Te recomendamos leer: ¿Crees que tienes depresión y/o ansiedad? ¡Lee aquí!