¿Habías escuchado de las funciones del nervio vago? Conoce qué es y cómo activarlo para mantenerte sana y tranquila.
Un malentendido co tu jefe out buen susto bastan para que tu corazón se ponga a mil, tu respiración se entrecorte y tu sangre fluya hacia las extremidades. Sin que puedas evitarlo, tu sistema nervioso simpático ha puesto en marcha el mecanismo de supervivencia ante una situación de estrés. Por suerte, después actúa el nervio vago, que activa el llamado sistema nervioso parasimpático, el cual te devuelve a la calma, al estado de reposo, que prioriza la digestión y la regeneración celular. Pero su misión no termina ahí. Entérate: Yoga para dormir bien y calmar tu sistema nervioso Este transmisor craneal, el más largo del cuerpo y que tienes por duplicado, comienza a la altura de las orejas, pasa por el cuello, tórax, abdomen y riñones. Además de implicarse en el control de actos involuntarios, como tragar, salivar, pestañear o sudar, “forma parte de otras funciones de máxima importancia con efectos sobre la frecuencia cardiaca, la tensión arterial, los pulmones o el tubo digestivo”, explica el Dr. Pablo Eguia, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Neurología. Sus miles de fibras nerviosas vagan de un órgano a otro (de ahí su nombre) captando señales y, como si fuera una gran autopista de información, los conecta con el cerebro. Cuando se desajusta pueden aparecer síntomas como voz ronca, mareos, acidez o diarrea. Antes subestimado por la comunidad científica, “los estudios demuestran que la estimulación del nervio vago ayuda a tratar la depresión, los desórdenes de ansiedad, las migrañas o las enfermedades crónicas inflamatorias”, explica Juan Mesa, director de Mesalud. Estás a un paso de descubrir tu capacidad natural para mantenerte sana y en paz. No te pierdas: Fibromialgia: qué es y cómo identificar los síntomas del trastorno que afecta capacidades
Funciones del nervio vago
1. Calmante natural
El nervio de la compasión o vago controla testado de relajación. Tras una situación de ansiedad, reacciona utilizando el neurotransmisor acetilcolina en el intestino, que es tranquilizante: baja la frecuencia cardiaca y presión arterial. Aunque si estás en una lucha-huida continuada (es decir, estrés crónico), este se atrofia.
2. Mejora el descanso
“Cada noche, en las fases 3 y 4 del sueño, las más profundas y reparadoras para músculos, tejidos, sistema inmunitario y producción de energía, este nervio funciona a tope. Es como si estuvieras en el gym, entrenando para rendir correctamente”, afirma Navaz Habib, autor del libro Activar el nervio vago. En estas etapas se decide la calidad del descanso. De ti depende que repitas estos ciclos cinco o seis veces: trata de dormir ocho horas y cenar temprano, sin excesos.
3. Digestivo feliz
Gracias a la mediación de este transmisor, los alimentos viajan desde la boca a través del tracto digestivo. En el intestino, este juega un papel importante: comunica al cerebro los mensajes de las bacterias, tanto de las que cumplen funciones antiinflamatorias e inmunitarias, como de las que activan tu buen humor, como los bifidus y lactobacillus. Incluso, tus antojos no son más que la reacción de tu micorbiota reclamándotelo ciertos nutrientes.
4. Sube las defensas
Los riñones filtran y eliminan fluidos y toxinas. Gracias a la información que reciben del nervio vago, estos dilatan los vasos sanguíneos y expulsan agua, disminuyendo la presión arterial y generando orina. En el hígado, estimula las células hepáticas, responsables de producir la bilis con toxinas que terminan en heces (¿otra razón para cantar después de comer?).
5. Detox
Otra de sus funciones es transmitir señales directas entre el cerebro y el bazo, donde se ubican diferentes tipos de células inmunes listas para liberarse en caso de una infección. “El problema es que nuestro sistema de defensa puede convertirse en agresor de órganos y tejidos sanos, desarrollando una enfermedad autoinmune. Actualmente los científicos estudian la forma de estimular el nervio vago para frenar parte de esa respuesta anómala que ataca las células indemnes por error”, apunta el neurólogo Pablo Eguia.
6. Controla el peso
Si al comer, tardas menos de 15 minutos en sentirte satisfecha, todo va bien. La saciedad llega cuando tu cerebro recibe señales de las neuronas vagales sobre las grasas que han penetrado en el hígado. Este nervio también propicia una lenta reducción del azúcar en sangre desde el intestino. El equilibrio en la microbiota es clave: “Si hay pérdida de microorganismos beneficiosos junto a una situación inflamatoria, pueden surgir resistencia a la insulina, síndrome metabólico y un aumento de peso”, asegura la doctora Sari Arponen, experta en microbiota. Toma nota.
Cómo activar el nervio vago para mantenerte sana y tranquila
Practicar estas sencillas tareas ayuda al buen uso del nervio vago.
Haz gárgaras
Activas tres músculos faríngeos. Para que sean más eficaces, aguanta todo lo que puedas.
Respira hondo
Inhala y exhala lenta y profundamente: trata de hacerlo solo seis veces por minuto para entrar en modo relax.
Ríe a carcajadas
Estimula el diafragma y maneja el control de la frecuencia respiratoria.
Dúchate con agua fría
Disminuye el estado de lucha-huida propio del estrés, según la Universidad de Oulu (Finlandia). Basta con aguantar 30 segundos.
Canta
Sirve tararear y decir “omm”: la vibración estimula los músculos laríngeos.
Duerme de lado
Mejor hacia el derecho para mantener abiertas las vías respiratorias (bocarriba se cierran).
Haz yoga o taichí
Según la Universidad de Boston, su práctica genera neurotransmisores GABA, (reducen la ansiedad).
Come limpio
Elige frutas y verduras de temporada, proteína animal orgánica y cereales ecológicos que cuidan el intestino.
Toma probióticos
Ingerir bacterias externas bajo prescripción médica mejora la microbiota.
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