¿Es realmente sano ser vegetariana o vegana? Aquí te damos las últimas noticias acerca de estas tendencias de alimentación.
“V” de Ventajas:
Hace tiempo, la Asociación Dietética Estadounidense concluyó que la alimentación vegetariana (incluida la vegana), planeada apropiadamente, es saludable, nutrimentalmente adecuada y puede proveer ventajas en la prevención y tratamiento de diversas enfermedades.
*Los vegetarianos ingieren menos grasas saturadas y colesterol, y más vitaminas C y E, fibras, ácido fólico, magnesio y fitoquímicos como carotenoides y flavonoides.
*Usualmente tienen niveles menores de colesterol, es por eso que son más delgados.
*Un estudio muy amplio que involucró a más de 76 mil participantes mostró que quienes abandonan las carnes tienen, en promedio, un riesgo 25% menor de morir por causas cardiacas.
*Quienes optan por las verduras ingieren una cantidad menor de ácidos grasos omega 6, que contienen ácido araquidónico o AA, un conocido causante de cambios de humor en el cerebro.
Problemas:
*Un Estudio sobre Vegetarianismo Oxford y el EPIC-Oxford, también indicó que el 75% de los veganos obtiene menos de la dosis diaria de calcio recomendada (y los vegetarianos poseen un 5% menor de densidad ósea, y podrían padecer una tasa más alta de fracturas (cosa que no sucede entre quienes consumen al menos 525 mg de calcio al día).
*Niveles deficientes de ácidos grasos omega 3, importantes, entre otras cosas, para la salud cardiovascular, sobre todo los EPA y DHA.
Un Buen Plan:
*Como aseguraba la Escuela de Harvard en su publicación, la clave para que este tipo de alimentación sea saludable es organizarla.
*Los nutrimentos clave, que corresponden a las proteínas, los ácidos grasos omega 3, el hierro, el zinc, el yodo, el calcio y las vitaminas D y B12, sin olvidar un factor muy importante que es la combinación de alimentos.
*Consumir alimentos enriquecidos como cereales o leches vegetales fortificados, más algunas cosas derivadas de la soya, tales como el tofu (de tres a cuatro veces al día), para obtener al menos tres micro gramos de B12 diarios; o bien, dos: tomar un suplemento de B12 diariamente que proporcione al menos10 micro gramos, y por último, tres: ingerir un suplemento de B12 por semana que proporcione 2,000 micro gramos. Esta última modalidad siempre realizada bajo la supervisión de un médico.