¿Estás consciente de que es momento de soltar pero por alguna razón no puedes lograrlo o concebirlo? Continúa leyendo para conocer el por qué.
El cambio es lo único constante a lo largo de la vida. Ten por seguro que, así se demore años o décadas, todo lo que hoy conoces lleva consigo una fecha en la que tendrá que decirte adiós; sin embargo, cuando hablamos acerca de relaciones, particularmente amorosas o de pareja, la situación puede resultar más complicada para muchos, soltar se puede volver toda una tortura.
A pesar de que las circunstancias ya no lo permiten o que la relación ha dejado de funcionar, son muchas las personas que no pueden despedirse de esa etapa de sus vidas, aferrándose a vivir en un bucle de dolor y remordimientos.
La dependencia emocional
Muchas de las personas que no pueden soltar esa relación o vínculo amoroso terminan por encontrar el origen del problema en la dependencia emocional; el apego patológico que puede darse en varios tipos de relaciones personales (amigos, familiares, pareja), el cual produce la necesidad constante y excesiva de recibir afecto, atención y validación emocional.
Quien es dependiente emocional tiene dificultades para tomar decisiones por sí mismo y vive en un estado constante de miedo a que la otra persona los abandone o “cambie”, por lo que es común que se aferren a relaciones tóxicas y que permitan comportamientos o conductas inadecuadas, incluso pueden llegar a ser violentas, todo con tal de que se mantengan juntos y evitar la soledad.
La dependencia emocional suele actuar de manera muy similar a una adicción; en algún punto la persona está consciente de que se está dañando a sí misma pero no es capaz de dejar la “droga”. Los escasos minutos en los que la sustancia lo hace sentirse bien son suficientes para ignorar las consecuencias y las personas que la rodean poco o nada pueden hacer para hacerlo cambiar de opinión.
¿Qué puedo hacer?
No existe un manual con instrucciones específicas para resolver el problema, sin embargo, el primer paso a seguir es aceptar que tienes una dependencia; entender que esas conductas y comportamientos no son normales y que son los límites hacen que las relaciones sean sanas. Una vez que hayas asimilado esto deberás iniciar un proceso de sanación de la mano de un profesional como un psicólogo que te guiará en todo el camino.
Este viaje tomará su tiempo, camina paso a paso y sé paciente contigo misma, lo único que tienes que hacer es comenzar a pensar en tu bienestar.