Desde hace unos años encontramos en los supermercados una nueva línea de productos lácteos: el yogurt griego. Mucho se habla de que es un ‘súper alimento’ y de que es muy saludable pero, ¿cuál es en realidad su diferencia con los yogures regulares?
En primer lugar, su elaboración pues en su caso, se elimina el suero de la leche, lo que da como resultado un yogurt más espeso, con menor cantidad de azúcar e hidratos de carbono y más proteinas (casi el triple). Como consecuencia, al comerlo te sentirás satisfecha por más tiempo y evitarás añadir más hidratos de carbono innecesarios a tu dieta. Además, es rico en probióticos, aporta más calcio y contribuye con el buen funcionamiento del sistema nervioso.
Al tener un sabor un poco más ácido, es perfecto para combinar con ingredientes dulces o salados. Aquí te dejamos algunas sugerencias deliciosas para integrarlo a tu dieta:
Como sustituto de crema o mayonesa
En promedio, 50 g de crema tienen 45 g de grasa y en 150 gr de mayonesa, hay 108 gr de grasa. Sin embargo, el yogurt griego es bajo en grasa (algunas marcas tienen 0%) y al tener una consistencia parecida a la de estos ingredientes, puede ser usado en sándwiches, ensaladas, antojitos, entre otros.
La base perfecta de aderezos o salsas
Al tener una consistencia cremosa, úsalo para preparar aderezos bajos en grasa; incluso, como base de la salsa de tus pastas. ¡La creatividad es la clave!
Combínalos con tus frutas favoritas
Es perfecto para el desayuno o para la colación de medio día. Su sabor ácido combinado con el dulce de las frutas, te encantará.
Ideal para preparar postres
Al ser un excelente sustituto de la crema, utilízalo para preparar gelatinas, helados, ¡incluso pasteles! Tus postres tendrán menos grasa y altos en proteínas.
El yogurt griego es una opción saludable y deliciosa que se integra de infinidad de formas a tu dieta. ¡Tú decides cómo te gusta más!