En los últimos años se han puesto de moda ciertas bebidas que son buenas para la salud. Entre ellas está el jugo de aloe vera, ¡aquí te decimos cuales son todos sus beneficios!
Probablemente has utilizado productos que contengan aloe vera. En la actualidad es un elemento muy popular entre las marcas de skincare, ya que puede mantener tu piel linda e hidratada. Esta planta se ha popularizado aún más gracias a que ciertos influencers han subido videos tomando jugo de aloe vera.
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Los beneficios del jugo de aloe vera
Mejora tu digestión
En ocasiones es necesario ayudar a nuestro cuerpo. Muchas veces, por la edad, tu organismo se hace más lento; el jugo de aloe vera te ayudará a agilizar la digestión.
Mantiene sana tu piel
Gracias a su alto contenido de antioxidantes y vitaminas, hace que tu piel se vea mucho más hidratada. También es un buen remedio contra el acné por sus propiedades antinflamatorias.
Ayuda a mejorar la salud del corazón
Otro de los beneficios del jugo de aloe vera, es que mejora considerablemente la circulación sanguínea y, por ende, la salud cardiovascular. Te recomendamos leer: Todo lo que debes saber sobre los jugos y licuados detox
Te da un shot de hidratación
La planta de aloe vera contiene un 95% de agua, por lo tanto, al momento de consumirla en jugo, aporta todo este líquido a tu cuerpo.
Combate el estreñimiento
El jugo de aloe vera es bueno para limpiar tus intestinos y ayudar al sistema digestivo a que haga lo que le corresponde.
Modo de preparación:
- • Corta una penca y quítale la capa que la recubre.
- Lávala con abundante agua para retirarle la salvia (capa de color amarillo).
- Coloca el gel en la licuadora con un poco de agua.
- Sirve y bebe al momento.
- En caso de querer almacenarlo, tienes que mantenerlo refrigerado en un frasco de cristal.
Si no te gusta su sabor, puedes hacer un jugo verde y agregarle un poco de aloe vera.
Te recomendamos leer: Salma Hayek y el jugo para el sistema inmunológico que puedes preparar Recuerda que todo en exceso es malo, intenta tomarlo de 2 a 3 veces al mes en lo que tu cuerpo se acostumbra; si te sientes bien, puedes ir aumentando la dosis. Lo más recomendable es que lo consultes con un nutriólogo para que te indique si es la mejor opción para ti.
