Sigue los consejos de nuestros expertos y logra eliminar esas molestas llantitas de una vez por todas.
> Cuanta más masa muscular tengas, más calorías y grasa quemas: aumenta la cantidad de proteína en tus platillos para agrandar el músculo y eliminar la grasa. La leche de origen animal y la de soya orgánica son dos excelentes opciones protéicas. Otro aporte es un mix de semillas, como nueces, pistaches, almendras y leguminosas, con algunos frutos rojos.
> Incluye grasas saludables en tu comida: elige las que provienen del aguacate, el aceite de oliva y de coco.
> Potencia tu rendimiento llevando una dieta equilibrada: en tu desayuno incluye un poco de proteína, frutas y grasas saludables. Durante el día haz dos colaciones (de máximo 150 calorías y menos de cuatro gramos de grasa) y una comida más abundante que incluya tu plato fuerte con un 60% de proteína de origen animal (260 gramos), 25% de carbohidratos y 15% de vegetales y frutas. Por ejemplo, una pieza de pollo con ensalada verde y una guarnición de arroz. Y en la cena regenera tus músculos con proteína, vegetales, legumbres y hortalizas.
> SI haces ejercicio temprano ingiere un alimento energético previo a la rutina, como una fruta, un vaso de leche o una barrita de amaranto. Si entrenas en la tarde o en la noche procura comer dos o tres horas antes de tu actividad. Y dentro de los primeros 30 minutos después de tu clase consume proteína.
> Dile adiós al azúcar: consúmela solo una vez a la semana y de preferencia en la presentación más natural (no refinada).
> Hidrátate y abastécete con chía y agua de coco: la primera te hidrata y mantiene satisfecha por un lapso prolongado. La segunda es baja en azúcar y alta en electrolitos que te ayudan a compensar las vitaminas y los minerales perdidos durante el ejercicio.