Es menos probable que las mujeres que forman parte de la comunidad LGBTQI obtengan trabajos a comparación de las mujeres heterosexuales. Un nuevo estudio destaca cómo tu sexualidad puede impactar tu carrera. Solicitar un trabajo es lo suficientemente estresante, eso sin preocuparte por cómo influye tu orientación sexual. Sin embargo, una nueva investigación ha demostrado que podría ser un punto de fricción para los empleadores, si te identificas como parte de la comunidad LGBTQI. El estudio, que fue publicado en la revista Socius, envió 1,600 currículums falsos a más de 800 trabajos administrativos publicados en línea en cuatro estados de la Unión Americana. Un curriculum vitae dijo al azar que tenía experiencia de liderazgo en una organización de estudiantes lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBTQ) lo que sugiere que ella podría formar parte de la comunidad LGBTQI. Otro dijo que la mujer tenía experiencia de liderazgo en una organización estudiantil progresiva diferente. ¿AdivinaS quién obtuvo la mayor cantidad de respuestas? Los investigadores descubrieron que las mujeres con liderazgo LGBTQ recibieron 30 por ciento menos de segundas entrevistas que las otras mujeres. Aparentemente, la asociación con una organización LGBTQ por sí sola es suficiente para ahuyentar a algunos posibles empleadores. Según Padres y amigos de lesbianas y gays (PFLAG, por sus siglas en inglés), “queer” es un término general que incluye a cualquier persona que quiera identificarse como alguien quien no cree que su género o sexualidad no se ajusta a las normas sociales. “Esto, por lo tanto, podría incluir a la persona que valora mucho los conceptos de la teoría queer y preferiría no identificarse con ninguna etiqueta en particular: el bisexual fluido de género, el heterosexual de género fluido, la persona LGBT que pregunta y la persona que simplemente no se siente como encajan bastante con las normas de la sociedad y quieren vincularse con una comunidad sobre eso”, dice PFLAG en su sitio web.
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Si bien la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo de los Estados Unidos dice que es ilegal que los empleadores discriminen a una persona por motivos de sexo (incluso si son transgénero) y su sexualidad, es difícil probar si ese fue un factor en el proceso de contratación. Veintidós estados y Washington, DC tienen leyes que dicen que los empleadores no pueden despedir a los empleados en función de su orientación sexual o identidad de género, pero que aún deja a la mayoría de los estadounidenses dentro de la comunidad LGBTQI en la corriente a menos que estén en juego para una gran batalla legal. Si bien hemos avanzado mucho contra la discriminación en el lugar de trabajo basada en la orientación sexual, está claro que todavía tenemos un largo camino por recorrer. PERO ¿QUÉ PASA EN MÉXICO? “De acuerdo con los números más recientes de la ENOE-INEGI se estima que 54,1 millones de personas trabajan para un empleador formal. Si de esto consideramos el estándar internacional que el 10% de la población somos LGBT, entonces asumimos que somos 5,41 millones de personas LGBT con un trabajo formal en el 2019 en nuestro país”, explica Francisco Robledo quién forma parte de ADIL Diversidad e Inclusión Laboral. Es decir que la fuerza laboral en México tiene una fuerte representación de la comunidad LGBTQI pero eso no significa que no exista la discriminación a hombres y mujeres que forman parte de dicha comunidad. “La discriminación laboral como tal no es un índice único que se mida tal cual, se puede desagregar en momentos de la vida laboral como: publicación de vacantes, procesos de reclutamiento, retención de talento, movilidad interna y promoción a puestos de liderazgo. Cada una tiene momentos y procesos diferentes” continúa Robledo. “La encuesta de homofobia en el espacio laboral del 2014, encontrarás algunos números de la cotidianidad que la pueden reflejar: desde preguntas sobre orientación sexual en los procesos de reclutamiento, recibir burlas-rechazos-agresiones por lo mismo en lo cotidiano hasta percepción que un despido fue ocasionado por estas razones”. PERO NO TODO ESTÁ PERDIDO SI FORMAS PARTE DE LA COMUNIDAD LGBTQI Si bien aún hay mucho trabajo por hacer, es importante el que las personas que no formamos parte de la comunidad LGBTQI hagamos una labor de reconocimiento de los talentos de cada una de las personas con las que trabajamos, si logramos hacer esto no sólo podremos abrir más campos de trabajo a la comunidad, sino también a mujeres que han sido rechazadas en sus oportunidades de trabajo por el simple hecho de no ser heterosexuales o peor aún por sospecha de no serlo. “La orientación sexual, expresión e identidad de género son factores que deben de salir de la conversación negativa o de evaluación cotidiana en una empresa. Es cuestión que las empresas comuniquen y capaciten efectivamente a quienes colaboran en ellas, que observar estas características de una persona como antecedente de cualquier decisión productiva-laboral, es un error. Son siglos de educación a los que nos enfrentamos y poco a poco se está cambiando el lenguaje y forma de ver estos temas empresa por empresa”, dice Robledo sobre la forma en la que trabaja su organización con otras empresas. “Claro que habrá rechazo, siempre el pedir a una persona que cambie su mentalidad cuando ha creído toda la vida que “está en lo correcto” -y no sólo en temas de diversidad de género- es difícil pues partimos de educación familiar-religiosa y social que nada tendrían que ver con la formación profesional. Es importante llamar a las cosas por su nombre y la homofobia es un tema muy importante que nuestro país debe trabajar diariamente. El que todas las personas podemos ser parte de una minoría discriminada y que afecta diariamente nuestra productividad y sentido de pertenencia” concluye. Relacionado: “5 mujeres comparten su experiencia al salir del clóset”