En cuanto hay un cambio drástico de temperatura, nuestros labios son los primeros en resentirlo. La lluvia, el viento seco, el sol brillante y la nieve dañan su apariencia natural y provocan que se partan, se pelen e, incluso, sangren. Mantenerlos protegidos e hidratados es necesario durante esta época para que sigan luciendo tersos e impecables. Aquí una solución: Exfólialos con un scrub y luego agrega un bálsamo hidratante.