¿Padeces ansiedad? Quizá no habías notado que has adoptado diferentes hábitos a lo largo de este trastorno
Está científicamente comprobado que los individuos que sufren ansiedad perciben el mundo de forma distinta. Un estudio dio a conocer que los afectados por esta trastorno terminan cayendo en la generalización excesiva, una distorsión del pensamiento que se presenta como respuesta ante situaciones incómodas o desagradables. Por lo tanto, las personas que padecen ansiedad terminan generando hábitos que poco a poco se vuelven parte indispensable de su vida diaria.
8 Hábitos que desarrollaste por ansiedad y no lo sabías
- Asumir lo que pasa a tu alrededor
Tienes la firme creencia de que tu intuición no te falla, por lo que crees leer la mente de los demás e interpretas sus acciones, así como lo que podrían estar pensando. Sin embargo, muchas veces te equivocas y por estar a la defensiva emites juicios sobre las peronas que podrían no ser ciertos, además de que llevas ciertas situaciones al límite con tal de estar alerta.
- No tener tiempo libre
¿Eres de las personas que están ocupadas durante cada hora del día? Tienes actividades 24/7 y solo te queda tiempo libre para dormir; quizás no te hayas dado cuenta, pero esto lo haces para no darle cabida a algunos pensamientos fatalistas o angustiantes.
- Evitar en contacto visual
Al evitar mirar a otra persona directamente a los ojos, te estás protegiendo inconscientemente de que te juzguen o emitan comentarios negativos sobre tu apariencia. Este acto denota que un individuo se siente amenazado, inseguro, o avergonzado.
- Imaginar los peores escenarios
Todo lo ves negativo y el futuro siempre parece ser oscuro, por eso, tiendes a imaginar las peores situaciones posibles y no te enfocas en el lado optimista de la vida. Esto es debido a que piensas negativo y tienes la firme creencia de que algo saldrá mal, de alguna u otra forma.
- Te olvidas de vivir el presente
Piénsalo, siempre estás viviendo ya sea en el pasado o en el futuro, arrepintiéndote de lo que hiciste y preocupándote de lo que harás más adelante. Y ¿dónde queda el tiempo presente?
- Ser perfeccionista
No te relajas ni dejas que la vida fluya, siempre planificas todo a detalle, cada palabra, cada movimiento y cada decisión. La mayor parte del tiempo evitas la improvisación.
- Tener un plan para todo
Tú ya tienes todos los escenarios cubiertos por cualquier eventualidad que pudiera ocurrir; tienes un plan de escape para todo, por lo que vives en constante estado de alerta.
- Huir ante cualquier amenaza
¿Te sientes en peligro? Huyes. ¿Te sientes bajo amenaza? Te alejas. Te es imposible hacerle frente a tus miedos e inseguridades porque te es más fácil evitar el lado difícil de tu vida.