La mujer de 31 años ha realizado un viaje épico de autodescubrimiento, desnudándose y aprendiendo nuevas verdades sobre sí misma a partir de su primer amor: la danza. Ahora quiere cambiar también tu vida. Bienvenida al show de Julianne Hough. En un espacioso estudio de Hollywood, Julianne Hough está descalza y animando a un grupo de bailarines que están audicionando para convertirse en entrenadores de un nuevo método creado por ella. Vistiendo unos leggings color malva brillantes y un bra deportivo del mismo tono, camina de un lado a otro, haciendo lo mejor que puede para establecer contacto visual con cada persona. “Estamos creando un entorno incluyente en el que todos son aceptados”, explica Julianne, provocando que su público responda con exclamaciones como: ¡Bien! y ¡Así es! “Ese es el mundo en el que quiero vivir”. La danza siempre ha sido parte de su vida, empezó a competir a los nueve años en su estado natal, Utah y luego se convirtió en profesional (y más tarde en juez) de Dancing With The Stars. Consiguió su primer papel como actriz principal en el remake de Footloose en 2011, pero nunca comprendió realmente lo que la danza le aportaba sino hasta muy recientemente. “La danza es mi super poder, y lo ha sido en mi vida entera, pero ni siquiera lo sabía”, comenta. Pero otros sí lo sabían. Antes de que Julianne Hough empezara a coreografiar lo que llama un “método de danza activado altamente a nivel sensorial”, recuerda que la gente le decía que quería bailar como ella. “¿Eso qué significa?”, preguntó en una publicación de Instagram a inicios de este año. “¿Quieres hacer una patada alta con pirueta y split?”. No. Querían bailar sin sentirse autoconscientes.
DANCING WITH JULIANNE
“Cuando bailo no tengo límites”, admite, sentada ahora en un sofá, acurrucada con un suéter y bebiendo un tarro de agua de limón. Para Julianne Hough, bailar sin límites es cuestión de establecer una conexión entre mente y cuerpo. Al crear su método de danza, Kinrgy (kin, que quiere decir familia y kinestésico en inglés, y energía), desea motivar a otros a moverse libremente y sentirse transformados. La propia “transformación masiva” de Julianne comenzó cuatro meses después de que se casara, en julio de 2017, con el jugador de hockey profesional, Brooks Laich. El matrimonio era su final feliz, pensaba, hasta que se dio cuenta de que quería más. Necesitaba encontrar un propósito. Ese propósito, resulta, que es ayudar a motivar a otros a través de la danza. Su idea original de Kinrgy resultó evidente: crear una clase o app que fungiera como una sesión de danza tipo SoulCycle. Pero acabó tachando esa idea; no le parecía que fuera suficientemente sustancial. Después, la reunión que tuvo con la CMO de la agencia de talento Endeavor, Bozoma Saint John, quien había conocido el método de Julianne en un retiro y se había enganchado con él, resultó trascendente. Ella convenció a Julianne de pensar más allá de lo evidente. “Creemos un movimiento”, le dijo Saint John. “Yo respondí, ‘eso quiero, pero, ¿cómo?’”, recuerda Julianne. “Simplemente hazlo,” respondió Saint John. “En el instante en que eso sucedió, todo cambió para mí”, admite Julianne Hough. Extender su alcance –con planes para abrir un estudio en Los Ángeles y hacer eventos globales en los que participantes de todo el mundo bailaran de manera simultánea– significaba que tenía que ser más fácil practicar la danza. Por esta razón diseñó un método que funciona a la perfección para cualquier persona en el mundo. Encuentra más sobre la vida de Julianne Hough en nuestro Nake Issue que puedes descargar en Zinio o Magzter.