Si tienes sensibilidad al gluten o quieres obtener los beneficios de los granos enteros, aquí tienes cinco opciones más nutritivas.
Harina de almendra:
Esta harina naturalmente libre de granos, y amigable con la dieta paleo, contiene proteína, grasas saludables y 35% de tu ingesta diaria recomendada de vitamina E. Pero cuidado: hay que refrigerarla o congelarla después de abrirla para evitar que se eche a perder.
Ideal para: cubrir el pollo o el pescado; en albondigas, pasteles de cangrejo, o cualquier preparación donde utilices pan molido.
Harina de Soya:
Los granos de soya molidos proporcionan calcio, fibra y más del triple de proteína que la harina blanca.
Ideal para: espesar salsas, gravies y sopas.
Harina de cebada:
Alta en fibra, la cebada ayuda a disminuir el nivel del colesterol y azúcar sanguíneo. Cerciórate de elegir la variedad de grano entero.
Ideal para: obtener bísquets, panes y hot cakes más ligeros.
Harina de espelta:
Elaborada con un grano que se consume desde épocas ancestrales, la harina de espelta tiene un sabor ligeramente dulce y a nuéz.
Ideal para: productos horneados, bases para pizzas y panes. A diferencia de otras harinas (soya y quinoa), la espelta puede sustituirse por harina blanca sin alterar la cosistencia del producto final.
Harina de quinoa
Es rica en nutrientes, contiene una proteína completa: aquella que proporciona todos los amino ácidos esenciales. Para eliminar el sabor amargo de la quinua, haz tu propio ingrediente moliendo la semilla y horneándola en una hoja de papel encerado a 100 ° C antes de usarla como harina.
Ideal para: hacer más saludables tus galletas y pasteles. La textura será mucho más gruesa de lo normal, sin embargo, el resultado será mucho mejor para ti.
¿Es el gluten malo para tu cupero?