En todo el mundo, cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, decretado oficialmente por la ONU en 1999. El también llamado Día Naranja busca movilizar a la opinión pública y a los gobiernos para emprender acciones concretas con el fin de promover y fomentar la cultura de la no violencia mujeres y niñas alrededor del mundo.

A propósito de esta fecha tan importante para la sociedad, Yeliz Osman de parte de ONU Mujeres deja un mensaje fundamental para comprender cómo se presenta la violencia y cómo prevenirla, teniendo en cuenta que nosotras como mujeres somos las más propensas a conocerla.

Para contextualizar el tema de la violencia contra las mujeres, la experta comenta que ésta se puede manifestar de diferentes maneras y conductas que pueden iniciar desde el acoso sexual, agresiones físicas o verbales y también no verbales. ¿A qué se refiere? A las miradas agresivas, comentarios sexuales no deseados, manoseos y silbidos.

Así, dichas manifestaciones pueden ir escalando hasta otro tipo de violencia como el abuso sexual, violaciones, violencia en la pareja de forma física, emocional o económica hasta la forma más extrema que es: el feminicidio.

¿Cómo tratar de prevenir/eliminar la violencia?

Yeliz asegura que la violencia contra las mujeres sí se puede erradicar, y de hecho es responsabilidad de todos trabajar para hacerlo. Es por eso que hay muchas cosas que se pueden hacer, no es algo aceptable o inevitable, es algo que se puede (y debe) prevenir, y requiere de un compromiso e inversión a largo plazo por parte del gobierno principalmente, pero también depende de otros actores:

1. Contar con datos, evidencias y estadísticas sobre la magnitud del problema, su naturaleza, las diferentes maneras en las que se manifiesta y entender si hay formas de violencia que ocurran de manera específica en alguna parte del país, y contextualizar perfectamente tanto las causas como los factores. 2. Contar con un marco normativo armonizado con los estándares internacionales de los derechos humanos y derechos de las mujeres para que todas las diferentes formas de violencia estén identificadas, y también contar con protocolos de actuación, así como políticas.

Cuando hablamos de un marco normativo, no solo debe ser nacional sino también de manera local con leyes y reglamentos locales que busquen prevenir, erradicar, atender y reaccionar contra la violencia hacia las mujeres específicamente.

3. Identificar una inversión en la prevención de las diferentes formas de violencia, pues éstas se pueden prevenir.

“Hay que trabajar en un cambio cultural, cambiar las normas sociales o culturas que fomenten esas formas de violencia”.

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¿Qué significa eso?

“Implica trabajar en la igualdad de género, poner fin a la discriminación contra las mujeres, poner fin a los estereotipos de género, así como transformar las masculinidades violentas y nocivas, y enseñar formas de masculinidad que sean basadas en la igualdad de género, también hay que brindar información sobre los derechos de las mujeres, empoderar a las mujeres para que sepan cuáles son sus derechos”.

Pero no todo se queda en palabras, también tenemos que cambiar la idea de que la violencia es la responsabilidad de las personas que la sufren porque todas y todos podemos hacer algo para ponerle fin.

En ese punto, Yeliz da algunos ejemplos en los que todas podemos estar envueltas:

Si la violencia ocurre en el ámbito laboral, hay otras personas que pueden ser testigos de esos comportamientos y pueden confrontar al violentador, o que podrían buscar o brindarle información o apoyo a la víctima.

De igual manera cuando sucede acoso sexual en las calles, normalmente hay otras personas que podrían interferir, lo que necesitamos hacer es:

“generar una cultura de 0 tolerancia para que todas y todos hagamos lo que se pueda para eliminar estas formas de violencia y no dejar toda la responsabilidad en la víctima”.

Con información publicada en Cosmopolitan.com.mx.

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