Texto por Mónica Isabel Pérez
Siete años después de la muerte de Amy Winehouse, la actriz y cantante Demi Lovato provoca un déjà vu: una vez más un talento se eclipsa ante los ojos del público debido a un problema de adicciones. ¿Tendrá esta historia un desenlace distinto? Demetria Devonne Lovato-Hart alias Demi Lovato cumplió 26 años el 20 de agosto. Empezó a tocar el piano cuando tenía solamente 7, se convirtió en actriz a los 8 (¿quién podría olvidar su participación en el programa Barney & Friends?), a los 15 ya era una estrella y a los 17 probó por primera vez cocaína. En Simply Complicated, el documen- tal basado en su vida y presentado en otoño del año pasado, cuenta que un par de amigos le mostraron aquella droga. “Tenía miedo”, cuenta, porque su madre le había dicho que con sólo probarla le estallaría el corazón, sin embargo igual la consumió. “Y la amé", reconoció ante las cámaras en aquel momento, cuando había cumplido sobria 5 años y medio. Relacionado: “Amanda Bynes habla sobre las drogas que consumió" ¿QUÉ LA LLEVÓ A CONSUMIR DROGAS? Es la pregunta que muchos se hicieron el pasado 24 de julio, cuando el sitio de noticias TMZ anunció que Demi Lovato había sido llevada de emergencia al hospital debido a una sobredosis (en apariencia de heroína, aunque la información fue desmentida por su familia). “Mi padre era adicto y alcohólico, y siempre busqué lo que él había encontrado en el alcohol y en las drogas, porque eso lo llenaba a tal grado que lo eligió en lugar de apostar por la familia”, explicó en su documental. HUNDIDA EN UN AMBIENTE TÓXICO Como dicta el cliché en estos casos, mientras su carre- ra ascendía, ella caía en una espiral trágica en la que sus adicciones cobraban cada vez más fuerza. Ante ello, su equipo de trabajo le dio un ultimátum: o se alejaba de ese estilo tóxico o su carrera quedaba sepultada. “Apareció en American Idol con resaca, sin mostrar respeto por nadie”, recuerda su manager Phil McIntyre, quien en ese momento consideró que la situación lo sobrepasaba. Por suerte Demi Lovato respondió de manera positiva ante la encrucijada y decidió recibir ayuda. El cambio no resultó fácil: tuvo que mudarse a una clínica de rehabilitación, donde compartió cuarto con otras personas en busca de sobriedad; no tenía acceso a un celular y debía cumplir con las tareas asignadas por la clínica, al mismo tiempo que era jueza en el programa de talentos The X Factor. Al cumplir su primer año limpia,ʻDemi tenía 19. UN CÚMULO DE HERIDAS SIN SANAR Cuando Patrick Lovato la abandonó a ella, a su madre y a su hermana Dallas, Demi tenía sólo 2 años de edad. La relación con su padre, fallecido en 2013, se rompió y nunca sanó. Para ella, la mayor figura paterna ha sido Eddie de la Garza, el segundo esposo de su madre, pero es indudable que los recuerdos de su padre biológico y los problemas que lo rodearon son hasta hoy una poderosa y destructiva influencia en su vida. Como Patrick, Demi Lovato empezó a consumir alcohol y drogas (cocaína, mariguana y Adderall, medicamento estimulante que suele recetarse a quienes padecen déficit de atención con hiperactividad). Además, compartió con él un historial de mal manejo de la ira y de actitudes muy violentas que se destaparon al ojo público al golpear a una de sus bailarinas tras discutir con ella durante una gira en 2011. UNA RECAÍDA ESTREPITOSA Pasaron seis años sin que recurriera a sustancias tóxicas para sentirse bien. Incluso dio charlas motivacionales y para advertir sobre trastornos como la bipolaridad y la bulimia (desorden alimenticio que la ha acompañado desde temprana edad): sólo tenía ocho años cuando empezó a considerar que la comida era una especie de ʻmedicinaʻ que podía sanar sus penas. “Al nacer mi hermanita, la atención se enfocó en ella y no en mí. Ya trabajaba y estaba muy estresada, así que para sentirme mejor cocinaba galletas para toda la familia, pero después me las comía todas sin dejar nada para ellos”, confesó en 2017. UN REVÉS A SU AUTOESTIMA A los 12 años fue víctima de bullying, Sus compañeros de escuela le decían que estaba gorda y esto, aunado a las presiones típicas de los trabajos en televisión respecto al peso y a la imagen, no fue de gran ayuda para su autoestima. Y tuvo que cambiar la escuela por clases en casa, pero comenzó a vomitar después de comer. Ese mal hábito, alimentado por sus deseos de ser “tan delgada como Amy Winehouse, a quien durante años consideró su ídolo, fue sorteado por la cantante cuando su relación romántica con el actor Wilmer Valderrama iba viento en popa. Pero meses después de su ruptura, en 2016, dicho mal volvió a aquejarla. Pese al dolor que le provocó terminar su relación con quien califica como el amor de su vida (y quien se asegura fue a visitarla al hospital, en su reciente recaída), Lovato se mantuvo fuerte, luchando contra la bulimia. ¿LUZ AL FINAL DEL TÚNEL? Sin embargo, en junio pasado con el lanzamiento de Sober, su nueva canción, anunció al público que su periodo de sobriedad había terminado. Su confesión fue intensa: “Perdón por estar así otra vez, prometo pedir ayuda, no era mi intención, lo siento por mí misma”. Un flashback de aquel año (2008) en el que Winehouse, su modelo a seguir, causaba furor con su hit Rehab, al tiempo que fumaba crack y se presentaba ebria en sus conciertos. Y por ese antecedente, la supuesta sobredosis de la diva resulta estrepitosa por partida doble. Aunque ha sido declarada fuera de peligro después del incidente del 24 de julio, la zozobra la rodea a ella y a sus lovatics, como se hacen llamar sus fanáticos. ¿Veremos en Demi Lovato la recuperación que deseábamos para Amy? Pese a los mensajes de apoyo que sus seguidores le han enviado desde todos los rincones del mundo, en definitiva la respuesta sólo podrá darla ella. Relacionado: “Demi Moore ¿Cómo se recuperó de sus adicciones?