Cómo mejorar nuestros hábitos en 5 pasos

Enfocarte en los procesos, no en la meta final, y otras formas de mejorar tus hábitos

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Cómo mejorar tus hábitos en 5 pasos

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En los momentos en los que necesitemos ese toque extra de orden y motivación para continuar, ¡no dudes en seguir estos pasos para trabajar en tus hábitos!

En la vida es más que natural que atravesemos por distintos procesos en las diferentes etapas que vamos viviendo, algunas donde tenemos más motivación para mantener nuestra rutina y alcanzar nuestras metas con más facilidad, y muchas otras donde nos vemos distraídos por todo el ruido externo qué hay entorno a nosotros y que nos alejan de mantener presentes en nuestro día a día los hábitos que nos permiten ser más disciplinados en el camino hacia nuestros objetivos.

Sobre todo en la época que nos encontramos, donde todo avanza de manera tan veloz, donde la tecnología nos permite tener tanta información a nuestro alcance y las redes sociales hacen parte de nuestro día a día, es muy sencillo perdernos y que nuestra realidad se vea invadida por actividades que no nos suman sino en cambio: nos distraen.

Es también importante entender que estos altibajos de emociones y de rutinas son necesarios, sin embargo, acá les comparto 5 pasos claves que nos pueden ayudar a mejorar nuestros hábitos, sobre todo en los momentos en los que necesitemos ese toque extra de orden y motivación para continuar.

Por Amanda Dudamel

¿Sbías que el trastorno de ansiedad te lleva a cambiar radicalmente tu estilo de vida mediante ciertos hábitos? Estos son algunos de ellos...

1. Pequeños avances que se sostengan en el tiempo

Generalmente cuando sabemos que no estamos dando el 100% de nosotros, empezamos a notar cuáles son los hábitos que nos obstaculizan. Puede ser que ver televisión por las tardes no te da la energía que luego necesitas para ir al gimnasio o quizás antes de dormir en vez de leer un buen libro estás pasando mucho tiempo frente al teléfono. Un buen primer paso puede ser proponerte ir mejorando esos pequeños hábitos día tras dia, sin querer dar un cambio de 360º, sino más bien trazándonos metas puntuales. Quizás ya no verás televisión todos los días sino que lo reduces a 3 días por semanas, o capaz que por las noches te propondrás contabilizar el tiempo que estás en el teléfono y así puedes retomar ese libro que tanto disfrutas leer.

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2. Enfócate en los procesos, no en la meta final.

Es importantísimo tener claro cuáles son nuestras metas, saber qué aspiraciones de vida tenemos, pero aún más importante es ser capaces de concientizar que un gran objetivo está compuesto de pequeños logros, y son esos en los cuales debemos hacer mayor énfasis e incluso celebrarlos, por qué no?

Cada vez que vayas logrando mejorar esos pequeños hábitos que mencionamos en el primer punto, vas a estar un paso más cerca de tu objetivo, pero enfócate en valorar esos pasos, por más insignificantes que puedan parecer, al final de la historia son los que harán posible el gran resultado. Nadie llega a ser campeón mundial sin entrenar todos los días y superarse en cada entrenamiento; así como nadie logra consolidar una gran empresa sin antes empezar por sentar las bases del negocio con pequeños avances.

3. Nunca dejes que tus metas restrinjan tu felicidad

Una vez que cambiamos nuestra perspectiva de vida y logramos aplicar la visión del punto número 2, se nos va a facilitar el poder disfrutar del camino mientras vamos mejorando. Un grave error sería dejar que nuestras metas nos restrinjan la posibilidad de ser felices en el proceso, es decir, no podemos creer que vamos a alcanzar nuestro pico máximo estado de alegria y satisfacción sólo cuando logremos eso que tanto deseamos, es más, en muchas ocasiones completamente lo contrario: una vez que tenemos el sueño en nuestras manos no nos sentimos tan ilusionados como cuando empezamos a soñar con el, es natural, a todos nos pasa, lo que no debemos normalizar es que no seamos capaces de mantener la llama de la felicidad viva en cada parte del camino, porque eso no solo permitirá que disfrutes el proceso sino que al ser más conscientes de todas los pequeños logros que vamos alcanzando, nuestra satisfacción de llegar a la meta será mucho más grande y valiosa, y el camino recorrido lo recordaremos con el mayor de los cariños.

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4. Debemos enfocarnos en quien queremos llegar a ser y no solo en lo que deseamos alcanzar

Ahora bien, si queremos hacer level up en este desafío y ya tenemos muy claros los tres puntos anteriores, les tengo una nueva tarea: definan esa persona en quien quieren convertirse.

Y no porque vayamos a cambiar todo de nosotros para ser alguien nuevo, sino porque vamos a incrementar tanto nuestros buenos hábitos que encontraremos una versión mejorada de nosotros mismos y es allí a donde vamos a empezar a apuntar.

Las más grandes metas son alcanzadas por las más grandes personas, y este adjetivo de grandeza no lo otorga ni la edad ni la estatura, en cambio, viene de la mano de mucho trabajo, disciplina y constancia, es allí donde debemos enfocarnos.

Pregúntate: ¿qué cualidades debe tener la personas que alcanzaría ese sueño? Visualízate a ti mismo con ese comportamiento, con esos hábitos y empieza a encontrar día a día, dentro de las pequeñas mejoras que irán surgiendo a raíz de tu trabajo, a esa persona que deseas ser. Los logros vienen por añadidura, una ves que has trabajado en ti, que has superado a tu propio ser y estás en plena consciencia con tus hábitos y tu estilo de vida, va a ser mucho más sencillo que tus metas se vayan haciendo realidades en tu vida.

5. Mantén siempre la ilusión del primer día

Por último, les comparto una frase que me gusta mucho, para mí es muy especial porque me la dijo mi padre en un momento crucial de mi vida y ahora la aplico en cada etapa que puedo: “Mantén siempre la ilusión del primer día”.

Esa emoción que tenías cuando empezaste a aplicar al trabajo que tanto soñaste y ahora estás en ese puesto; como te brillaban los ojos cuando empezaste a desarrollar las primeras ideas de tu nuevo emprendimiento y ya tu negocio va creciendo con fuerza; o las ganas que brotaban de tu piel los primeros días que empezaste a ir al gimnasio y vas viendo cambios en ti, pero claramente, siempre hay momentos de dificultad y de menos ánimos.

Recuerda siempre qué fue eso que te motivó a comenzar, cada vez que sea necesario reconecta con esas emociones y continúa, porque así como los hábitos nunca van a mantenerse intactos, la motivación tampoco, pero nuestra mente debe ser nuestra mejor aliada en esos momentos críticos y no podemos permitirnos tirar la toalla cuando ya hemos atravesado los obstáculos más complejos, esas primeras emociones sin duda alguna pueden ser gasolina para nuestro motor de motivación que nos impulse a seguir recorriendo el camino hacia todas nuestras metas, hacia esa persona que deseamos ser.

Regresa al punto uno cuantas veces sea necesario, pero eso si, prométeme que rendirte o abandonarte nunca va a ser una opción!

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