Cómo cuidar tu cuerpo al estilo oriental

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El ZhiNeng QiGong es un estudio realizado por los grandes maestros chinos a lo largo de 5,000 años sobre cómo funcionan la mente y el cuerpo, y cómo se conectan. “Una de sus principales enseñanzas es aprender a usar nuestra mente para lograr lo que deseamos y llegar a donde queremos”, explica Eduardo Osegueda, especialista mexicano considerado como el experto occidental más destacado de esta ciencia. “Está formado por una base teórica que incluye conocimientos prácticos que te enseñan a usar la mente, así como una serie de hábitos físicos y mentales”, continúa. ¿Te interesa? Sigue leyendo y descúbrelo.
MENTE Y CUERPO

Estos hábitos no son difíciles ni toman mucho de tu tiempo, prácticamente cualquier persona puede hacerlos. Son posturas y pequeños movimientos que, aunque no lo creas, tienen un impacto muy importante en todos los impulsos y flujos de nuestro cuerpo, lo que produce una consecuencia en nuestro organismo y salud. “Dentro de los hábitos físicos es muy importante aprender a acomodarte correctamente desde que te despiertas hasta que te acuestas. Un ejemplo sería mantener la barbilla suavemente contraída. Mucha gente la echa hacia adelante, lo que cierra las cervicales, limitando nuestra vitalidad y salud, así como las facultades cerebrales”, asegura el experto. En cuanto a los principios mentales, Osegueda afirma que es primordial prestarle atención a las experiencias que nos duelen, para poder superarlas y crecer. “Una mente primitiva se centra en el dolor cuando lo experimenta, mientras que una desarrollada se fija en lo que ese momento enseña: en lo que tienes que valorar y apreciar o en lo que tendrías que cambiar”, dice.

La conclusión es que tenemos que valorar todo lo que nos pasa, incluso las experiencias que están fuera de nuestro control, que no nos gustan o que no escogimos.
Mmm... Aprender a poner la mente en cada experiencia... Puede que esto suene muy fácil, pero si no sabes cómo hacerlo es muy difícil que lo logres. “El ZhiNeng QiGong tiene una base teórica y otra práctica, que se complementan y mejoran el cuerpo y la mente, y consta de ejercicios con movimiento o estáticos”, explica Osegueda. No te confundas, no es cualquier tipo de meditación. Si tu excusa es que no eres flexible o no tienes buena condición física, relájate: estos ejercicios no son como el yoga, sino como los movimientos que haces cuando te despiertas en las mañanas. “Pueden hacerlos incluso los ancianos y están diseñados para estimular flujos y equilibrar impulsos en todo nuestro cuerpo, pues muchas veces lo que pasa es que alguna parte del cuerpo no recibe suficiente sangre y, al promover la circulación, tu salud empieza a mejorar”, continúa. ¿Crees que no es posible? Fun fact: te recordamos que la sangre nutre y purifica las células y estimula la función y regeneración celular, por lo que puede tener resultados verdaderamente impresionantes.
VIDA REAL

Uno de los mayores casos de éxito es el de Osegueda, quien estuvo 30 años enfermo y se curó gracias a la práctica de esta ciencia china. Empezó a los 2 años con un cuadro infeccioso, el cual fue tratado con medicamentos muy fuertes por más de 20 años. A los 28 se consideró un caso perdido, con fallas prácticamente en todo el cuerpo. Le dijeron que no duraría más de un año y se le aconsejó retirarse al nivel del mar. “Me fui a concluir mi vida, con una dieta muy controlada ya que no podía ingerir ningún tipo de toxina. En este proceso de preparación para el final, un médico holandés con el que había estado en contacto antes, regresó de China y me contó que lo habían invitado a realizar una investigación en el hospital más grande del mundo, que era de ZhiNeng QiGong”, nos cuenta Osegueda. En este hospital no había dietas especiales, ni acupuntura, ni nada de lo que se conoce de la medicina china tradicional. “Incluso para China era muy nuevo, ya que aunque tiene 5,000 años de antecedentes, eran unos conocimientos que no estaban disponibles para el público”, continúa. El médico le aseguró que era lo más impresionante que había visto en su vida, que la gente se curaba haciendo ejercicios y le mandó videos con algunos de ellos. Al practicarlos, sin saber que los hacía mal, su cuerpo reaccionó peor que con cualquier tratamiento. “Me puse muy mal, pero no daba crédito que de ver- dad estaba reaccionando a eso. Y generó lo suficiente para que decidiera irme a China para ver qué era lo que estaba pasando. Mucha gente cree que me fui con la esperanza de curarme pero, siendo totalmente honesto, yo llevaba toda mi vida enfermo y nada había funcionado. La esperanza ya la había soltado. No me fui para mejorar, sino porque decidí que mientras estuviera vivo iba a crecer y a descubrir por qué mi cuerpo estaba actuando así”, nos cuenta. Llegó a China en 1999 y regresó en el 2000, con una salud totalmente nueva para él. “No sólo ya no me dolía nada y me sentía bien: me sentía poderoso y privilegiado”, explica el experto.

Y es cierto que no se fue para curarse. En China recibió un entrenamiento que jamás se le había impartido a nadie. Además, a los extranjeros únicamente los recibían en verano y éste estaba acabando, por lo que tendría que esperar un año más (tiempo que no tenía). Finalmente, fue aceptado por el gobierno local y se le dio un entrenamiento personalizado, en el que fue supervisado a detalle y le instruyeron cosas que nunca se le habían enseñado a ningún extranjero.
Casi al final de su entrenamiento, le dijeron que lo habían estado preparando para ser instructor y que él iba a enseñar ZhiNeng QiGong, cosa que no creyó posible, ya que durante su viaje, su salud no había mejorado en lo más mínimo. “Y fue muy sorprendente, porque regresé a EUA y se empezaron a disparar los cambios. En un mes, recuperé peso, cambió mi piel, se fueron los dolores, bajaron las inflamaciones y comencé a tener una vitalidad y claridad mental como nunca en mi vida”, asegura Osegueda.
Ante esa oportunidad a sus casi 30 años de tener una nueva vida, sintió responsabilidad de ser el occidental con mayor conocimiento de la ciencia. “Me di cuenta que lo que tenía que hacer era compartir esto, porque a lo mejor alguien había estado sufriendo como yo. Y tenía la solución en mano”.
CÓMO APRENDERLO

Fuerza integral es una ins- titución que difunde este conocimiento en México. “Podríamos decir que en EUA querían que hiciera las cosas de una forma que no era totalmente compatible con el ZhiNeng QiGong, querían que me convirtiera en una celebridad, por lo que decidí regresar a México”, explica Osegueda. Cinco años después de abrir en México, Fuerza Integral se convirtió en la institución más fuerte de esta ciencia en todo el mundo y lo sigue siendo 18 años después. Para entrenarte no tienes que padecer de alguna enfermedad grave, cualquier tipo de persona puede hacerlo. “Realmente la razón del ZhiNeng QiGong es despertar nuestros máximos potenciales físicos, mentales y emocionales”, nos platica Osegueda. “Lo pueden usar para disminuir el estrés, en atletas de alto rendimiento para mejorar sus marcas, altos ejecutivos para tener un mejor desempeño laboral, etc. Es algo que todos deberíamos practicar, ya que en realidad son hábitos de higiene física, emocional y mental”, concluye.

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Por Cristina Portella
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