Hay días que no entiendes por qué has ganado unos kilitos, si te cuidas. Conoce algunas de las causas de aumento de peso repentino e inexplicable.
¿También te sientes súper cansada? Recordatorio: Es totalmente normal ganar peso conforme envejeces. Gracias a algo tan pequeño como las responsabilidades, no te mueves tanto como lo hacías cuando eras más joven (leyendo y corriendo de un lado a otro todo el día). Sigue leyendo sobre algunas de las causas de aumento de peso repentino. Hacer menos actividades y la pérdida natural de masa muscular, pueden contribuir a que tu metabolismo se vuelva más lento conforme creces. Aunque si estás teniendo un aumento de peso repentino que no tiene sentido (y no haz hecho un cambio repentino en tu estilo de vida), entonces es una señal de que algo raro está pasando en tu cuerpo. Piensa que algún problema hormonal o de salud son los que están afectando tu metabolismo. Visita nuestra sección: Salud y Bienestar Lo mejor es que vayas con tu doctor para tener una explicación real de porqué el aumento de peso repentino. Antes de que hagas tu cita, puedes poner atención en las cosas que haz comida y en tus hábitos de ejercicio (incluyendo las actividades fuera de tu workout) por unos días, no una semana, dice Melina Jampolis, MD, internista y nutrióloga física en Los Ángeles. Quizás estés comiendo más calorías o pasas más tiempo sentada que antes. Tu doctor te puede ayudar a llegar al fondo de todo y descubrir si es un problema de salud. Existen un montón de razones por las cuales puedes estar teniendo aumento de peso y que no tienen nada que ver con lo que comes o con el poco ejercicio que haz hecho. A continuación, te damos una lista de problemas que pueden estar alterando tu peso y que te harán saber si es momento de consultar a tu doctor.
13 causas de aumento de peso repentino e inexplicable
1. Hipotiroidismo
“Cuando una mujer joven va con el doctor por aumento de peso inexplicable, lo primero que hay que ver es que no sea un problema en la tiroides”, dice Dr.Jampolis. Dado a que una de cada ocho mujeres, desarrolla un problema en la tiroides, de acuerdo con the American Thyroid Association. Esa glándula en forma de mariposa en tu cuello, es responsable de liberar una hormona que regula tu metabolismo, y si tienes una tiroides poco activa (llamado hipotiroidismo), tu metabolismo se vuelve lento y podría aumentar tu peso.
“Las mujeres con esta condición pueden sufrir también cansancio o fatiga, piel seca, pérdida de cabello, voz ronca o estreñimiento”, describe Dra. Jampolis.
Si notas algunas de esas señales consulta a tu doctor al respecto y con un simple examen de sangre pueden descartarlo. TAMBIÉN LEE: Cuánta sal comer al día, según los expertos
2. Síndrome de ovario poliquístico
Las investigaciones demuestran que una de cada cinco mujeres sufre del Síndrome de vario poliquístico (SOP por sus siglas)- un desorden endocrino que dispara las hormonas reproductivas, estrógeno y testosterona, desatando una serie de síntomas no agradables, como periodos raros, crecimiento facial de vello y migrañas.
“SOP también puede afectar la forma en la que tu cuerpo usa la insulina (la hormona que ayuda a convertir la azúcar en energía), lo que significa un aumento de peso”, explica Dra. Jampolis.
Si tus ciclos menstruales son irregulares, un ginecólogo puede mandar un estudio para diagnosticar este síndrome.
3. Depresión o ansiedad
Cuando estás estresada, estás en un mood de combate y obtienes una descarga de adrenalina, así como una gran dosis de cortisol, la cual te ayuda a guardar tus niveles de energía y grasa. Es como si hubieras corrido 5k con un tigre persiguiendote y ahora estás hambrienta. “El problema es que muchas personas tienen estrés crónico por el estilo de vida que tenemos”, dice Dra. Jampolis. Cuando tus niveles de cortisol se mantienen elevados por un periodo largo, tu cuerpo continúa guardando grasa y eso puede aumentar tu peso. Si te encuentras constantemente triste o ansiosa, tienes problemas para dormir, te sientes fatigada o perdiste interés en las cosas que te gustaban, habla con un médico o consulta a un psicólogo que puedan ayudarte a volver al camino correcto, si es que el estrés está afectando tu kilos.
4. Insomnio
No hay nada como una mala noche para hacer que una mujer quiera más azúcar o cosas más grasosas de lo normal (lo que sea para sobrevivir el siguiente día de trabajo, ¿no es así?).
“Eso es porque no dormir afecta tus hormonas del hambre y metabolismo: dormir muy poco aumenta la grelina, hormona que manda la señal cuando es momento de comer, mientras baja tus niveles de leptina, la hormona que te da el sentimiento de saciedad”, explica Dra. Jampolis. El resultado: un festín de mucha comida, sin satisfacción al siguiente día.
¿Dejar de dormir para ver un episodio más? Esa hora menos puede contribuir a tu aumento de peso. Un estudio realizado en el 2018 en el Journal Sleep, encontró que las personas que duermen una hora más a la semana tienden a bajar más de peso, que aquellos que duermen una hora menos. Las personas que durmieron menos, a pesar de que todo en el estudio consumieron las misma calorías, perdieron menos peso. RELACIONADO: Conoce las 6 reglas del sueño reparador
5. Sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO)
Tu sistema digestivo requiere de bacterias buenas para funcionar bien (¿te suenan los probióticos?), aunque también existen bacterias dañinas en tu intestino. Cuando ese balance entre buenas y malas se ve afectado, puede haber un sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO en inglés), lo que incrementa el gas en tu tracto gastrointestinal, produce dolor abdominal, diarrea y aumento de peso. “Los doctores no están seguros de cómo SIBO aumenta esos kilos de más, agrega” Dr. Jampolis. El tratamiento de SIBO generalmente implica antibióticos para controlar el crecimiento de las bacterias, según el U.S. National Library of Medicine.
6. Perimenopausia
“El periodo de transición hacia la menopausia (mejor conocida como perimenopausia, la cual puede empezar a mitades de los treinta, generalmente en los cuarenta) altera las hormonas, eleva y baja los niveles de estrógeno desequilibradamente y eso puede hacerte aumentar peso”, explica Dra. Jampolis.
Otros síntomas de perimenopausia son los periodos irregulares, sofocos, cambios de humor y cambio en tu libido (síntomas que tu médico conectará de inmediato). Juntando la perimenopausia con los cambios inevitables de tu cuerpo cuando envejeces (como pérdida de tiempo e incremento de grasa corporal), puede que sientas que la escala aumenta rápidamente. Habla con tu doctor para manejar “los cambios” de la mejor manera.
7. Medicación
Hay una lista de medicinas prescribidas y no que pueden desencadenar el aumento de peso o la retención de líquido que se ve reflejada como números extras en la balanza.
“Los antidepresivos – específicamente los los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (SSRIs), como Paxil, Lexapro y Prozac – pueden afectar el centro del apetito en el cerebro”, dice Rocío Salas-Whalen, MD y endocrinóloga en Medical Offices de Manhattan.
Mientras que los bloqueadores beta (medicinas que reducen la presión arterial) pueden hacer más lento el metabolismo y ciertos esteroides (como prednisona – un anti-inflamatorio que causa retención de líquidos y aumento de apetito) pueden aumentar peso. “Incluso antihistamínicos como Benadryl, pueden desbalancear a la encima de tu cerebro que ayuda a regular la cantidad de comida que comes”, añade Dra. Salas-Whalen. Un consejo es que no dejes de tomar ninguno de tus medicamentos, mejor habla con tu doctor para ver si pueden encontrar un sustituto más amigable.
8. Síndrome de Cushing
Esta enfermedad es muy poco común (solamente de 10 a 15 personas en un millón la tienen, pero el 70% de los diagnosticados son mujeres) que provoca una producción excesiva de cortisol e incremento de peso en el área abdominal y el cuello (los brazos y piernas generalmente no cambian), describe Reshmi Srinath, MD, profesora asistente de diabetes, endocrinología y enfermedades de los huesos en el Icahn School of Medicine en Mount Sinai. “Este Síndrome de Cushing generalmente se presenta con energía baja y complicaciones como diabetes, presión y colesterol alto. Aunque los síntomas son muchos, desde marcas rojas en el cuello hasta en tu panza”, añade Dra. Srinath. Si esto suena familiar, habla con doctor en seguida.
9. Deshidratación
Hay una razón detrás de la hinchazón y tiene tanto que ver con la cantidad de agua que olvidaste tomas, así como la cantidad de comida que comes. Kristen Neilan, RD, nutriologa en la University of Florida Health, dice que la mayoría de nosotros no consumimos suficiente agua. Y se debe a que muchos confunden tener sed con hambre. “Confusión, cansancio y aturdimiento son síntomas de deshidratación”, explica. Suena muy parecido a cuando queremos un snack. Las señales confusas no son las únicas responsables de tu aumento de peso. “Una hidratación correcta incrementa la función mitocondrial, lo que significa que incrementa tu metabolismo”, añade Neilan. Sin el agua suficiente, las células no pueden trabajar eficientemente y rápido (convertir tu alimento en energía.
10. Cáncer de ovario
En casos raros, un aumento de panza puede ser resultado de un tumor en el ovario y del líquido asociado con él, dice Sanaz Memarzadeh, MD, PhD, ginecóloga oncóloga cirujana en UCLA Health. “Los pacientes vienen por una hinchazón que no deja que puedan usar sus pantalones”, dice. “Hay veces que el tumor es tan grande que puede causar disensión en el abdomen”, concluye Dr. Memarzadeh. Es más común que las mujeres estén diagnosticadas con cáncer de ovario después de la menopausia. Pero es importante que las mujeres de cualquier edad estén al pendiente de síntomas, como sentirse llena muy rápido, dolor en el abdomen bajo, presión extra o hinchazón. Si estos síntomas persisten ve con tu doctor, especialmente si tienes antecedentes familiares.
11. Dejaste de fumar
Fumar a veces actúa como un supresor del apetito, así que cuando dejas de hacerlo los antojos pegan fuerte. Pouya Shafipour, MD, especialista en pérdida de peso de Paloma Health, explica que fumar puede llevar a un aumento de dopamina, el neurotransmisor responsable del placer instantáneo. Es el tipo de placer que tienes al comer algo dulce, como un helado. Deja de fumar hace que los niveles de dopamina bajen, pero tus antojo por ello continúan y esto lleva a que quieras comer algo que lo satisfaga.
“Cuando una persona deja de fumar, el cuerpo aún quiere esa dopamina y eso hace que las personas coman más azúcar, ganando peso”, dice la Dra. Shafipour.
Para contraatacar los bajos niveles de dopamina cuando dejas de fumar, es importante que crees otros hábitos, como ejercicio o meditación. Eso ayudará a que liberes dopamina y tengas una distracción sana.
12. Diabetes
El tipo 1 y 2 de diabetes requieren de insulina para poder controlar los niveles de azúcar. Las personas con tipo 1, el páncreas esencialmente no produce la insulina suficiente, así que aquellos que la tienen constantemente deben insertarla ellos mismos. La insulina permite al cuerpo absorber la glucosa y usarla como energía.
“La diabete tipo 2 está asociada con la resistencia de insulina por un dieta pobre, una vida sedentaria y hábitos malos de alimentación. Eso usualmente puede contribuir a una ganancia de peso”, explica la Dra. Shafipour. Los diabéticos tipo 2 generalmente tienen una base alta de insulina y eso genera má peso, sobretodo alrededor de la panza”, añade.
Un aumento de insulina por algún tratamiento hormonal externo también puede aumentar los números en la balanza. La insulina deja la glucosa pase las celular de la sangre para que puedan obtener energía, quedándose con la necesaria y almacenando el resto como grasa.
“Para contrarrestar sus efecto en tu peso, es importante que monitorees tu dieta y evites comer comida rápida o alta en azúcares refinados”, previene la Dra. Shafipour.
13. Otros cánceres
La mayoría de los cánceres en las primeras etapas lleva a una pérdida de peso, en lugar de aumento, a menos que sea un cáncer que haga que tu cuerpo suelte cortisona; como un tumor en la glándula suprarrenal.
Conforme el cáncer progresa el aumento de peso. “Esto se puede deber a que el tumor se vuelve más grande o se propaga a otros órganos como el hígado, aumentando tu panza”, dice la Dra. Shafipour.
Pero no te alarmes, este es el peor escenario. La mayoría de los cánceres van a generar otros síntomas que haga que veas a tu doctor en las primeras etapas. Chec a tu médico cuando empieces a aumentar un kilo por semana, sin haber tenido un cambio en tu alimentación o rutina de vida diaria. Es normal que algunos días de tu ciclo aumentes de peso, así que es importante que también tomes eso en consideración; pero si no es nada de ansiedad o falta de sueño, tu médico te puede ayudar a detectar lo que lo está causando.
Por Jasmine Gomez, Kristin Dold y Ashley Mateo
Un artículo similar fue publicado en Women’s Health USA.
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