Bienvenida al extrañamente asombroso mundo del mapa vaginal. Hay tantos beneficios que nos sorprende que muchas personas no lo estén practicando. El mapa vaginal suena “como un fin de semana en Yosemite”, dice la Dra. Sherry Ross, ginecóloga y autora de Sheology, “pero es una práctica que te ayuda a entender a tu cuerpo”. Una parte busca la salud holística, otra la exploración de mente y cuerpo, y el método es el movimiento más reciente de las mujeres para conectarse mejor con sus propios cuerpos. El mapa vaginal (también involucra a la vulva) toma un enfoque práctico para determinar la fortaleza –y cualquier dolor– de tus paredes pélvicas. Cuando se hace por un profesional, un terapeuta de la salud femenina insertará un dedo cubierto en tu vagina para revisar tus músculos (tal vez te pidan que aprietes como si estuvieras haciendo un ejercicio de Kegel) y detectar cualquier zona fortalecida o débil. Después, probablemente hagan un masaje pélvico, o empiecen una plática de algún trauma de alguna lesión deportiva, embarazo, o de tu satisfacción actual con tu relación, que tal vez pueda estarse manifestando ahí. La práctica ha existido desde hace 20 años, pero el incremento en la atención de la salud sexual femenina ha iniciado el interés en sus beneficios. “La vagina y la sexualidad de las mujeres siempre han sido marginadas. No eran una prioridad”, explica la Dra. Ross. “Pero ahora sí lo son”. Y gracias al énfasis del movimiento #MeToo reconociendo los malos comportamientos sexuales, las sobrevivientes ahora buscan tratamientos como este, explica la terapeuta física de la salud femenina, Tami Lynn Kent, autora de Wild Femenine y una de las primeras en practicar el mapa vaginal. Ahora su lista de espera es hasta de tres meses. Las principales razones:
1. El cuidado
Jackie Parker*, de 36 años, lleva años yendo a terapia, esperando reconectarse con su cuerpo después de una violación sexual que sufrió cuando tenía 22 años. “Estaba muy desconectada con mi zona pélvica”, dice. No fue sino hasta que encontró el mapa vaginal que comenzó a sanar. Esto puede sonar demasiado, pero médicamente tiene sentido, según la ginecóloga Shieva Ghofrany, aunque quizá tu doctor nunca haya escuchado de esto. “El mapa vaginal está fuera del rango de la ginecología tradicional, pero puede ser parte de entender tu propia anatomía”. Y sentir tus músculos pélvicos puede alertarte de cosas que pue- des pasar por alto como el dolor después de tu clase de spinning. “Cuando conoces tu cuerpo más allá de la masturbación, sabes lo que es normal y lo que no”, explica la Dra. Ghofrany. Cuando Annie Adamson tenía 29 años, dio a luz a su hijo en poco menos de una hora, un tiempo que ocasionó desgarres extremos de tejidos. Después del embarazo sintió una comezón en su vagina, especialmente al tener sexo. “Pensé que tenía que lidiar con ello”, dice Adamson, ahora de 38 años. Pero a través del mapa vaginal ha sido capaz de recuperarse. “También me ayudó a conocer más la conexión que existe entre mis estados físicos y emocionales”.
2. Las ventajas más sexys
Es importante recalcar que el tratamiento en sí no está diseñado para ser sexual, opina Kent. Pero practicarlo puede hacerte consciente de los sentimientos hacia tu pareja al unir dos cosas que aparentemente no están relacionadas. “Puede que a través de este mapa vaginal encuentres ciertos puntos sensibles, y que descubras que estás en una relación que no te hace sentir bien”, afirma Kent. También puedes probarlo con tu pareja para una lección de anatomía que mejore su vida sexual, dice Dolly Josette, sexó- loga de Los Ángeles. “Tengo parejas que rastrean el hueso pélvico y mueven sus labios para darse cuenta de cómo cambia el color por el flujo de sangre”. Pero antes de comenzar a explorar Haz tu tarea cuando estés buscando un terapeuta de mapa vaginal. Dile a tu ginecólogo que te recomiende a alguien y haz tu investigación en Internet para revisar reseñas. Una vez que llegues, asegúrate que use guantes antes de que comience a tocarte. Aunque no tengas experiencia inmediata para relajarte, el mapa vaginal te seguirá ayudando a sentirte más conectada con tu cuerpo, ya sea que lo hagas una vez a la semana o una al año. Pruébalo. Si prefieres hacerlo por tu cuenta, puede ser en tu casa ¡Mira las instrucciones! Elige un lugar cómodo como tu cama o un sillón. Inserta un dedo índice con lubricante en tu vagina y muévelo despacio en pequeños semicírculos desde arriba hacia abajo, como si tu cuerpo fuera un reloj. Trabaja entre la 1 y las 5, después entre las 7 y las 11. Si sientes algún punto de tensión (tal vez de un calambre al hacer ejercicio), masajéalo por unos momentos para relajar el músculo y continúa. La próxima vez que lo practiques identifica si algo se siente diferente. Otro punto sensible puede estar relacionado con el sexo que tuviste la noche anterior. Por: Jessica Prois
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