La mejor arma contra el cáncer de mama es la detección oportuna a través de la mastografía, pero ¿a qué edad es ideal realizarte este estudio por primera vez? Sigue leyendo para saber más…
La mastografía es un examen de rayos X a través del cual se buscan irregularidades en los tejidos de los senos para prevenir y detectar oportunamente el cáncer de mama. Este importante estudio se debe realizar de forma periódica anualmente si no hay indicios o anormalidades en los senos y se clasifica en dos tipos:
La mastografía de detección oportuna
También conocida como de tamizaje, se usa en mujeres que no tienen signos ni síntomas de cáncer de mama.
La mastografía diagnóstica
Se recomienda en mujeres después de que se detecta alguna bolita o abultamiento, o algún otro signo o síntoma de cáncer de mama como, por ejemplo, cambios en la consistencia o color de la piel, hundimientos, aumento de tamaño de alguno de los senos, secreción por el pezón, dolor, entre otros.
¿A qué edad me debo realizar la primera mastografía?
Es importante que desde los 20 años comiences a autoexplorar tus senos en busca de algún indicio o anormalidad en el tejido, es muy probable que durante la exploración encuentres nódulos o tejido sospechoso, sin embargo, es completamente normal. Si detectas algunos síntomas irregulares como piel de naranja en los senos o hundimientos en los pezones es importante que acudas a tu servicio de salud pública o privada para que seas revisada por una experta sin importar tu edad.
En cambio, si no presentas ningún síntoma o irregularidad en el tejido, la mastografía debe realizarse por primera vez a los 35 años, aunque algunos especialistas sugieren que sea después de los 40. Sin embargo, un importante porcentaje de mujeres en Latinoamérica (cerca de un 16%) han padecido cáncer de mama antes de los 40 y debido al comportamiento hormonal durante esta edad es importante que sea detectado en una etapa temprana y actuar de inmediato.
Recomendaciones para realizar exitosamente la mastografía
Vestida de preferencia con ropa de dos piezas (blusa y pantalón o blusa y falda) así no habrá necesidad de quitarte toda la ropa el día de tu estudio.
Bañarte y no ponerte desodorante ni talco, esto es importante porque la mayoría contienen minerales que no dejan ver con claridad las imágenes de Rayos X.
Debido a que el estudio consiste en comprimir las mamas entre dos placas de metal para obtener imágenes precisas se tiene la creencia de que es un proceso doloroso, sin embargo, consta de un par de minutos que podrían generar una leve incomodidad, pero no se requiere mayor esfuerzo que el de mantenerse de pie frente al mamógrafo.
Recuerda que la detección temprana y oportuna es el arma más eficaz contra el cáncer de mama.
