Las mujeres más grandes somos todas

Las mujeres más grandes somos todas

El legado de Mary Kay Ash sigue vigente y va más allá del mundo de los cosméticos, pero nuestro momento es ahora. Existen ejemplos de sobra de aquellas que nos han mostrado que es una barrera que no tiene por qué existir y, a su vez, que nos han motivado a superar el llamado “techo de cristal”. Una de las primeras mujeres en romperlo fue Mary Kay Ash, quien fundó su compañía de belleza en 1963 con tres objetivos: desarrollar oportunidades gratificantes para las mujeres, ofrecer productos irresistibles y hacer del mundo un lugar mejor. Bajo el compromiso de la firma de empoderar a las mujeres y sus familias al asociarse con organizaciones de todo el mundo, enfocándose en apoyar la investigación del cáncer, proteger a los sobrevivientes del abuso doméstico, embellecer nuestras comunidades y alentar a los niños a seguir sus sueños, fue que Mary Kay de México encontró la forma para contribuir y ayudar a las asociaciones de la sociedad civil Casa Gaviota y Fondo Semillas, dedicadas a mejorar la vida de las mujeres y erradicar todas las formas de violencia y discriminación en su contra. “El dar es una de las mayores alegrías de la vida”, una de las frases más emblemáticas de la empresaria fallecida en 2001, se siguió al pie de la letra por las Consultoras de Belleza Independientes de la subsidiaria de la firma homónima global de belleza y cuidado de la piel, quienes desde el mes de junio iniciaron una campaña de venta de labiales con causa. El resultado fue la entrega de dos donativos que suman la cantidad de 500 mil pesos para apoyar los programas de violencia de género de las organizaciones, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el cual se conmemora anualmente el 25 de noviembre. Y por si esto fuera poco, hay que destacar que durante el 23, 24 y 26 de noviembre la firma -que cuenta también con su programa de responsabilidad social, “El Rosa Cambia Vidas- dedicó un espacio en sus redes sociales para publicar tres talleres enfocados en esta temática, titulados: “Entornos libres de violencia”, impartido por Wendy Figueroa, directora general de la Red Nacional de Refugios en representación de Fondo Semillas; “Violencia y microviolencia”, a cargo de Dolores Blancas, presidenta y fundadora de Casa Gaviota; y “La mejor gelatina del mundo”, presentado por la Dra. Guitele Chernitzky. Gracias a esta iniciativa, Fondo Semillas -que repitió como beneficiada por segundo año consecutivo- continuará su labor de apoyar a más grupos y organizaciones como ha hecho en los últimos 30 años, cuyo alcance ha sido de 800 mil mujeres, directamente, y 2.9 millones de personas, indirectamente, detalló su Directora Ejecutiva, Tania Turner. A su vez, Casa Gaviota destinará los recursos a un programa de salud emocional para mujeres en situación de violencia, con el que pretende hacer visibles y sensibilizar a las personas sobre las diferentes formas de violencia naturalizadas y las desigualdades de género que se manifiestan de forma cotidiana, mencionó Dolores Blancas. Con ello se espera que, de forma directa e indirecta, se beneficie a más de 3,500 personas.

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