Después de una lesión en la rodilla, Claus Jorstad de Alta, Noruega, invirtió en un banco MARIUS de IKEA para poderse sentar mientras se bañaba…. lamentablemente, el plan no salió como esperaba. Mientras estaba sentado en la silla y se enjuagaba, uno de los testículos de Claus se atoró en el hoyo de la silla cuando el agua caliente hizo que se expandieran.
“Sentado ahí y notando el accidente, me agaché para ver qué había pasado y me di cuenta de que mi pequeña nuez se había atorado”, le dijo al Daily Mail. Se quedó sentado ahí tanto tiempo, que el agua caliente se terminó. Por suerte, Claus jura que el agua fría fue la que hizo que pudiera salir del aprieto (literal). Según él, la baja en temperatura hizo que su testículo se hiciera pequeño de nuevo y así pudo sacarlo del hoyo. UFF.
Pero después del incidente, decidió contarle a los demás su experiencia y su post en Facebook se ha vuelto viral. De acuerdo con Daily Dot, Claus le escribió lo siguiente a IKEA: “El agua se puso fría después de un rato. Empecé a sentir mucho frío. El agua estaba fría. Más fría que la sonrisa de mi suegra cuando me casé con su hija”.
¿La respuesta de IKEA? “Hola Claus, te recomendamos que saques ese banco de la regadera, o que te sientes en él con el uniforme adecuado y en el lugar correcto. Si decides mantenerlo en la regadera, solo asegúrate de estar bien vestido para tu próxima excursión marina”.
Así que Claus cubrió el banco con un trapito. Pero sí, lo sigue usando.
Este artículo fue originalmente publicado en Cosmopolitan US
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