¿Has escuchado hablar de las mantas saunas? Te decimos por qué debes comenzar a utilizarlas
Así como cuidamos nuestro rostro, cabello y uñas con diferentes productos y técnicas de belleza, también el cuerpo necesita de nuestro cuidado (de vez en cuando) con el uso de la desintoxicación… Y en este caso hablamos de las mantas sauna.
¿Qué son? Estas cobijas elaboradas de plástico cubren el cuerpo completamente y transmiten calor infrarrojo que puedan llegar hasta los 80 grados (generan la misma energía del sol, pero sin rayos UVA o UVB).
Qué es una manta sauna y por qué debes incluirla en tu rutina de belleza
- Algunos de los beneficios de utilizar este gadget incluyen:
- La estimulación de del flujo de la sangre y la circulación (lo que promueve la curación a nivel celular y acelera los procesos de antienvejecimiento).
- Eliminación de toxinas por medio del sudor.
- Producción de glóbulos blancos (lo que ayuda a combatir enfermedades o infecciones).
- Relajación de músculos y alivio de tensión.
- Mejora de estrés y de ánimo en general.
- Reducción de peso.
- Disminuye la retención de líquidos.
¿Cómo incluirla en nuestra rutina de belleza?
- Antes de empezar a utilizarla, recuerda leer bien las instrucciones del producto para evitar accidentes o quemaduras.
- Busca una manta sauna que sea baja en campos electromagnéticos para minimizar la exposición del cuerpo (puedes utilizarla hasta 4 veces por semana).
- Ya que el sudor aumentará durante el tratamiento, toma mucha agua para reponer los líquidos perdidos
- Tras conectar el gadget, asegúrate de colocarte en una superficie plana con ropa ligera y cómoda (los expertos no recomiendan hacerlo desnuda, ya que, en algunos casos, pueden causas quemaduras).
- Inicia con sesiones de 15 a 30 minutos hasta que tu cuerpo se haya acostumbrado a la manta (Se recomienda no meter la cabeza o la cara a la cobija)
- Pon música tranquila y utiliza este tiempo para relajarte y descansar
- Tras la sesión, date una ducha, retira el exceso de sudor y unta una crema hidratante en la piel.
OJO: Si te llegas a sentir débil, con nauseas o mareada, apaga la manta sauna y retírala de tu cuerpo.
Antes de utilizar cualquier producto tipo “sauna”, te recomendamos consultar con un profesional para saber si este tratamiento es ideal para ti y para tu cuerpo.