Los riesgos de no lavar tus brochas de maquillaje seguido

Sin darnos cuenta podemos poner miles de bacterias en nuestra cara diariamente

Los riesgos de no lavar tus brochas de maquillaje seguido

Los riesgos de no lavar tus brochas de maquillaje seguido

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Sabemos que limpiar tus brochas de maquillaje puede llegar a ser tedioso, pero no hacerlo podría estar causando más daño de lo que imaginas. Cada vez que las usas, no solo recogen restos de base, polvo y sombras, sino también grasa, células muertas y bacterias. Y sí, todo eso vuelve a tu rostro con cada aplicación si no las mantienes limpias.

Uno de los riesgos más comunes es la aparición de brotes y acné. Las brochas sucias son el ambiente perfecto para que las bacterias se multipliquen, y cuando esas bacterias entran en contacto con tu piel, pueden obstruir los poros y causar granitos inesperados. Lo peor es que, aunque mantengas una buena rutina de skincare, si sigues usando brochas sucias, será muy difícil que veas resultados positivos en tu piel.

Otro gran problema con las bacterias acumuladas, como el Staphylococcus aureus, pueden provocar infecciones si entran en contacto con pequeñas heridas o imperfecciones en la piel. Si alguna vez has sentido irritación, enrojecimiento o picazón después de maquillarte, es probable que tus brochas estén detrás de esos síntomas. Incluso si usas productos hipoalergénicos, las cerdas sucias pueden desencadenar reacciones alérgicas sin que te des cuenta.

En cuanto al acabado del maquillaje, también hay problemas. Las brochas llenas de residuos no solo afectan tu piel, sino también el resultado final. En lugar de un look uniforme y suave, el maquillaje se aplica de forma desigual y, además, las cerdas se deterioran más rápido, obligándote a cambiarlas antes de tiempo.

Si usas brochas para sombras o delineadores, la cosa se pone aún más delicada. El área de los ojos es muy sensible, y el uso de brochas sucias puede provocar infecciones como la conjuntivitis.

Pero después de estas historias de terror, créeme que hay una luz al final del túnel. Ya que mantener tus brochas en buen estado no es tan complicado como puede parecer. Solo necesitas agua tibia, un jabón suave o un limpiador especial para brochas y un poco de paciencia.

Lo recomendable es mojar las cerdas (sin sumergir la base), aplica el jabón, frota suavemente en la palma de tu mano hasta que el agua salga limpia y déjalas secar en posición horizontal.

Hacer de la limpieza de tus brochas un hábito semanal no solo mantendrá tu piel más saludable, sino que también hará que tu maquillaje luzca mejor y tus brochas duren mucho más.

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