La Semana de la Moda de Londres abrió sus puertas el viernes para acoger a más de 60 desfiles durante cinco días, incluidos los muy esperados de Burberry y Tommy Hilfiger, pero eclipsada por el coronavirus que redujo la participación china.
Los organizadores prevén que el número de “medios de comunicación y minoristas chinos se vea considerablemente reducido debido a las restricciones de viaje”.
Para llegar al público chino -el mayor consumidor de lujo del mundo-, la directora del British Fashion Council (BFC), Caroline Rush, anunció haber llegado a un acuerdo con el medio en línea Business of Fashion China que transmitirá comunicados, imágenes y vídeos de los desfiles.
La epidemia de COVID-19 causó ya unos 1.400 muertos y ha contagiado a más de 60.000 personas en China desde su aparición en diciembre. En el Reino Unido se registraron nueve casos.
Como medida de precaución, cada día se llevará a cabo una limpieza profunda del principal lugar de desfiles.
El nuevo coronavirus “preocupa claramente a la industria de la moda”, dice a la AFP Stephanie Phair, presidenta del BFC.
Burberry ya señaló a principios de mes el “importante impacto negativo” sobre la demanda de lujo en China, donde la marca tuvo que cerrar una veintena de tiendas.
Sin embargo, según Phair, “la industria de la moda ya enfrentó desafíos y es una industria resistente”. Las repercusiones económicas de esta epidemia vienen a sumarse a la preocupación provocada por el Brexit.
El Reino Unido salió oficialmente de la Unión Europea el 31 de enero y entró en un periodo de transición durante el cual Londres tendrá que negociar su nueva relación comercial con Bruselas, un tema clave para una industria tan internacional como la moda.
- Abierto al público -
Pese a este contexto complicado, los británicos mantienen su legendaria flema.
Inaugurando las pasarelas, Yuhan Wang, originario de la ciudad china de Weihai, presentó el viernes su primera colección en solitario tras haber pasado por la cantera de talentos de la Fashion Week.
Su colección respira melancolía: largos vestidos ligeros y floreados, encaje omnipresente, siluetas bohemias y románticas inspiradas en la era victoriana.
Durante los cinco días de desfiles, grandes figuras de la moda británica presentarán sus colecciones otoño-invierno 2020/21, entre ellas las reinas de la cultura punk Vivienne Westwood, el viernes, y Pam Hogg, el domingo.
Junto a otros grandes nombres como los ingleses Chalayan, JW Anderson y Victoria Beckham, el francés Roland Mouret y la serbia Roksanda Ilincic, hará su entrada el sábado en la pasarela londinense el búlgaro Petar Petrov, que lanzó su marca epónima en Austria en 2009.
Además de los profesionales, el gran público podrá asistir a un desfile -Temperley London el sábado o De La Vali el domingo- tras pagar al menos 135 libras (175 dólares, 162 euros).
- Emboscada de Extinction Rebellion -
Tras abandonar la Semana de la Moda de Nueva York, Tommy Hilfiger vuelve a Londres el domingo, con un desfile que hace hincapié en la faceta sostenible de sus creaciones.
Como él, cada vez más creadores se preocupan por el impacto de la moda en el medio ambiente y optan por utilizar materias renovables y utilizar a artesanos locales.
Esta tendencia se refleja en particular en las colecciones de los británicos Mulberry, Johnstons of Elgin y Phoebe English, que produce todo en Inglaterra.
La moda británica busca cambiar su imagen y mostrar las buenas prácticas del sector con una exposición dedicada a la “moda positiva”.
El martes, la joven creadora Rosh Mahtani, fundadora de la marca de joyas Alighieri, recibirá el “premio Isabel II de la moda” como reconocimiento a su “enfoque ético”.
Insuficiente, dicen los ecologistas del movimiento de desobediencia civil Extinction Rebellion, que reclaman, simple y llanamente, que se cancele la próxima Fashion Week en septiembre.
Y piden medidas urgentes contra la “explotación del planeta, las personas y los animales” por la industria de la moda. Ya llevaron a cabo varias acciones en la precedente Semana de la Moda de Londres y prevén nuevas protestas el sábado. © Agence France-Presse