Así como cuidas la piel de tu rostro, debes hacerlo con el resto de tu cuerpo. Te decimos lo que debe tener tu crema corporal. Tener una piel suave y humectada es señal de que está saludable; sin embargo, elegir la crema corporal para lograrlo puede ser una tarea complicada, ya que al igual que con tu shampoo o gel de baño, hay productos que actúan mejor en los distintos tipos de piel. La mayoría de las veces se trata de prueba y error hasta que encuentras la crema adecuada para ti, pero una manera de acercarte más es revisando los ingredientes que la componen e identificar aquellos que realmente funcionen. Te podemos decir que hay tres esenciales que garantizarán que tu piel se vea y sienta perfecta. Toma nota: 1. Taurina Le brinda a la piel un cuidado intensivo porque estimula el proceso de hidratación natural. Recuerda que la humectación está directamente relacionada con la elasticidad, y la elasticidad con la terrible piel de naranja y la celulitis. 2. Aceite de almendras Es rico en antioxidantes y nutrientes esenciales que retienen la humedad de la piel, además de aportarle una nutrición intensa y la suavidad que tanto nos gusta sentir. ¡Ah! Y huele súper delicioso. 3. Vitamina E Actúa como un antioxidante que protege las células de la piel de tu cuerpo para mantenerla saludable y nutrida. También es un aliado perfecto para disimular manchas e imperfecciones, así como proteger tu piel de los rayos UVB, la contaminación y otros agentes externos. Es en los elementos de la naturaleza donde encontramos los mejores ingredientes para mantener una piel linda, muy suave y lo más importante, saludable. Y, la pregunta del millón: ¿existe una crema corporal que contenga los tres? La respuesta es ¡SÍ! Y nos referimos a la Crema Corporal Milk Nutritiva de Nivea. La cual es perfecta para humectar profundamente tu piel hasta por 48 horas y hacer que luzca tersa por más tiempo. Úsala en todo tu cuerpo y aplica una doble capa en las zonas con más resequedad como piernas y codos. El resultado te sorprenderá.
¿Sufrir por piel extra seca? ¡Nunca jamás!