El acoso a Lily Allen empezó de forma digital, con varios tweets amenazantes, pero el abusador acabó colándose en su casa y a la cantante británica le costó recibir protección. Ni las leyes ni la sociedad parecen preparadas para afrontar una violencia cada vez más sofisticada. Lo último es el stalkerware, una forma de espionaje difícil de detectar y un duro modo de control virtual.
Laura (nombre ficticio), su expareja la espió durante casi tres años. “Controlaba mi teléfono por completo. Sabía en todo momento dónde estaba, con quién...”, recuerda. Lo que le pasó se conoce como stalkerware, el uso de software espía que alguien instala en el dispositivo de otra persona –ya sea computadora, celular o tablet– para vigilar sus movimientos. Desesperada, Laura decidió pedir ayuda a la Asociación Stop! Violencia de Género Digital: “Me pusieron en contacto con un policía local que había recibido formación específica para esta clase de delitos. Me sentí muy acompañada y apoyada en todo momento”, cuenta, pero reconoce que haber sido acosada y controlada tanto tiempo le
ha dejado secuelas: “Ya no tengo redes sociales y prefiero la comunicación telefónica o presencial a la digital. Psicológicamente, aún me estoy recuperando”
Confiesa que sus miedos siguen ahí y afectan su vida diaria: “Con frecuencia pienso que me persiguen y observan. Tengo que parar y respirar para mentalizarme a mí misma de que no es así”.
“Los daños psicológicos son terribles: el miedo, la desconfianza, el temor de no saber quién está detrás ni por qué, sentirte juzgada por la sociedad si se ha difundido información personal... ¡Es brutal!”, subraya Encarna Iglesias, presidenta de la Asociación Stop! Violencia de Género Digital y directora del Observatorio de Violencia Digital (España). “La violencia digital se ha convertido en la más letal y dañina para las víctimas porque las obliga a estar en alarma las 24 horas del día, los siete días de la semana, los 365 días del año. No da tregua”, señala la experta.
Stalkerware: cómo saber si eres víctima de la última forma de control machista
CONTROL TECH
Emplear tecnología espía es algo relativamente sencillo: “El stalkerware puede ejecutarse en cualquier sistema operativo sin que la víctima se dé cuenta. Muchas personas lo utilizan para someter a sus parejas, así que la violencia de género y el ciberacoso están estrechamente relacionados”, advierte Vanessa González, Corporate Communication Director de Kaspersky Iberia (empresa internacional de ciberseguridad), quien recuerda cifras relacionadas con esta plaga. “El aumento, a nivel mundial, del uso de stalkerware en los dispositivos móviles de las mujeres parece no tener freno. Los agresores buscan el control total sobre la vida de la víctima para hacerla dependiente y es muy difícil de detectar, ya que a menudo estas apps son imperceptibles”, advierte González.
DETECTAR AL ESPÍA
Ante la alarmante situación, Kaspersky creó una alerta para los usuarios de Android que permite saber si tus datos privados están siendo vigilados de forma encubierta por un tercero. Además, junto a otras empresas internacionales, en 2019 fundó la Coalición contra el Stalkerware (stopstalkerware.org).
LEYES Y EDUCACIÓN
Detectar el delito es clave, pero ¿están preparadas las leyes para protegernos? Nue- vos delitos requieren nuevas leyes, por eso, en toda la República Mexicana aplica la denominada Ley Olimpia: esta modificación normativa esta- bleció la modalidad de violencia digital y mediática en nuestra Ley General de Acce- so de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y la tipifica y sanciona en el Código Penal Federal: de tres a seis años de prisión para quienes realicen estas acciones y multas.
Sin embargo, además de combatir la violencia online de forma efectiva, Encarna Iglesias recuerda lo vital de la educación en este caso: “La principal manera de evitar este tipo de acoso es teniendo conocimientos digitales para saber controlar nuestros dispositivos y que no sean estos los que nos controlen a nosotras”. En Kaspersky animan a instalar TinyCheck, “una herramienta gratuita para la detección de stalkerware de forma sencilla, rápida y no in- vasiva. Es posible ejecutarla en cualquier sistema operativo sin que el agresor se dé cuenta de ello”, detalla Vanessa González. También puedes hacer una búsqueda manual de apps espía o, si lo consideras necesario, cambiar de celular y no compartir tus contraseñas con nadie.
Diccionario de ciberviolencia
Aprende qué puede pasarte en la red y evítalo.
ASTROTURFING
Campaña coordinada online usada contra un colectivo. Muy habitual contra feministas.
CANCELACIÓN
Retirar el apoyo a alguien por decir o hacer algo inadmisible (aunque te sientas superior moralmente, es otra forma de acoso).
CONCERN TROLLING
Cuando alguien que parece tu aliado online en realidad está burlándose de ti.
CYBERMOBBING
Acosar de manera colectiva a alguien a través de las redes.
DEADNAMING
Usar el nombre anterior de alguien; habitual para atacar a personas trans.
DEEPFAKE VIDEO
Foto o audio que imita la apariencia o el sonido de una persona, pero es falso. Como la cuenta de Keanu Reeves en TikTok que parece TAN real.
DOG-WHISTLING
Pedir a tu comunidad ir contra alguien. Ojo: aunque haya razones, la violencia no es válida.
FLAMEAR
Atacar e insultar online.
HASHTAG POISONING
Crear una etiqueta abusiva y tratar de viralizarla a lo grande en tu comunidad, entre compañeros o con tu crew.