Ni más páginas ni todas nuestras ediciones son suficientes para reconocer a TODAS esas mujeres que están cambiando el status quo. Porque ya somos muchas y cada vez otras se atreven, esto es, sin duda, PODER.
Por JESSICA SERVÍN CASTILLO
Fotografía ISRAEL HERNÁNDEZ
Styling NESTOR DE LUNA
Makeup VALERIA PÉREZ PARA MAC COSMETICS
Pelo SHARON JIMENEZ PARA KOKORO
Game changers: mujeres que están cambiando el status quo
Coty Camacho
Actriz, cantante y directora originaria de Oaxaca, se ha convertido en una impulsora del teatro en comunidades gracias a que hace siete años creó la compañía teatral María Camacho para personas de bajos recursos.
Luego de una desilusión laboral y ante la pregunta de qué era lo que seguía para ella, Coty vio una oportunidad: “Pensé en por qué no trabajaba en mis sueños y las ganancias llegarían, en lugar de preocuparme primero por el dinero y después por cumplir mis sueños”. Entonces decidió formar una compañía de teatro en su comunidad y empezó a presentar obras en Oaxaca y sus alrededores. “Ya tenía experiencia dando clases y comencé con grupos pequeños de distintas edades; ese fue el reto más importante: enseñarles que todos, sin importar la edad, están en el mismo nivel y que el talento se hace por medio de la disciplina”, me dice muy segura de sí. Esa misma disciplina que le permitió ser parte de valiosos proyectos y le ha hecho percatarse de que hay mucho por hacer en el tema de la igualdad y los estereotipos hacia las mujeres.
“A través de mi trabajo quiero cambiar la idea que se tiene de la mujer oaxaqueña, indígena; creo en el poder de utilizar la voz. Me gusta trabajar con la disidencia y, por ejemplo, en la compañía de teatro contamos historias para que otros se identifiquen; confío en la capacidad de transformación que tiene el teatro”. Coty, egresada del CEDART Miguel Cabrera, asegura que las dificultades son las que te hacen fuerte; por eso no mira al futuro con miedo y tiene claro que su compañía debe trascender. “Me gustaría que evolucionara en una escuela universitaria porque sé que cuesta mucho trabajo irte de Oaxaca y emigrar a otros lugares para estudiar.
Tengo mucha fe en la comunidad y busco sumar a esta transformación a mis amigas que dan clases de danza contemporánea y provocar que otras personas deseen hacer arte. Hacer una diferencia tiene que ver con cómo trabajamos con otras personas, si lo que hacemos es importante para alguien más o a quién tocas. Es lo que trato de hacer”. En la actualidad, Coty se alista para presentar una obra teatral en el Centro Cultural Helénico de la Ciudad de México y para la grabación de un sencillo que forma parte de un proyecto musical que pronto lanzará, así como el estreno de una serie. “Los personajes me eligen a mí, pero prefiero darles vida a los que van con mis ideales”.
“MI DESEO ES AYUDAR A OTROS A CRECER IGUAL QUE YO”.
Andrea Zuckermann
Hace tres años un accidente la dejó parapléjica, pero eso no la detuvo, sino todo lo contrario: la volvió a la vida para seguir luchando y darse cuenta de que debía ayudar a los demás.
Todo empezó cuando Zucki (Andrea Zuckermann), estando frente al mar y por terminar su carrera de diseño industrial, reflexionó sobre lo que en realidad quería hacer de su vida y pensó que debía ser algo importante para otros y que también le apasionará a ella. Entonces vino a su mente la moda y esta la llevó a recordar que, antes del accidente que la dejó paralizada de la cintura hacia abajo, había hecho unas fotos por diversión con uno de sus amigos; decidió volver a llamarlo para un nuevo shooting, pero esta vez como modelo en silla de ruedas.
“Juntar mi pasión de la moda y el arte con algo que no solo me represente a mí, sino a otras personas, ha sido mi mejor decisión hasta ahora. Quiero, a través de mi trabajo, dar más visibilidad a la discapacidad y al modelaje. Existe un estereotipo de lo que debe ser una modelo, y no es que eso esté mal, pero creo que el modelaje debe volverse algo más completo, donde todos los cuerpos estén presentes y eso sea normal, que dejemos de usar la palabra inclusivo”. Y si bien Zucki pasó por el proceso de odiar la silla para después aceptar que es una extensión de su cuerpo y que sin ella no podría moverse, hoy es más que eso: es su vehículo hacia la libertad y una herramienta de expresión artística.
“Espero que las personas dejen de percibir la silla de ruedas como algo negativo. Me encantaría que cuando vean mis fotos las miren como algo que ayuda, algo bonito, artístico; con ella me expreso. La silla y yo somos una”. A través del modelaje, Zucki ha demostrado que las cosas pueden hacerse diferente, no solo para las personas con una discapacidad, sino también en un entorno tan competitivo como el modelaje. “No imaginé que pudiera lograrlo tan rápido, todo se fue dando: publiqué las primeras fotos y al día siguiente ya tenía una agencia. Aunque no solo mi discapacidad es un aprendizaje constante, también el modelaje, pues me gusta jugar con todo mi cuerpo; no es únicamente estar sentada, sino experimentar y tomar fotos en las que no haya reglas y yo exprese mis emociones”.
Andrea aprendió a ser más amable con ella misma y a valorar cada cosa que hace, a disfrutar tanto lo que sale mal como lo que resulta bien y, sobre todo, a que nada le impida seguir sus sueños. “No tengas miedo de que algo salga mal, con el tiempo y constancia saldrá mejor. Aprende, toma clases, disfruta la enseñanza y entiende tu cuerpo”.
“LA SILLA DE RUEDAS ME DA LIBERTAD”.
Camila Mariscal
Es una joven y admirada emprendedora mexicana que hace dos años decidió enfrentar sus inseguridades y creó su propia marca de trajes de baño, Camimare, ropa de playa para cuerpos reales.
Una mujer real es quien trabaja en sí misma y trata de mostrarse como es, con todo y sus defectos. Es quien lucha por lo que quiere y no se rinde”, afirma Camila Mariscal –o Cami, como le gusta que le digan– cuando le pregunto sobre el concepto de su marca Camimare, trajes de baño para todo tipo de mujeres con curvas e imperfecciones que las hacen ser quien son. Cami empezó en 2021 a trabajar con su marca y hoy cuenta con seis colecciones y distribución a nivel nacional, así como en Miami, Florida. Aunque, sin duda, su verdadero éxito es haber enfrentado sus miedos y aceptarse.
“Sufrí mucho por la talla de mis bubis; fue muy difícil y sigo trabajando en ello. Recuerdo que siempre me preguntaba cómo iría a la playa porque cuando me probaba la ropa, nunca me quedaba la parte de arriba, ¡es mentira, no existe una talla XL! Y, pues, me cansé. Entonces fui a comprar mi propia tela y me diseñé mi traje de baño. A mis amigas les encantó y también les hice unos. En realidad, ellas fueron las que me alentaron y ahí empezó todo”. Quizá enfrentar sus miedos la hizo continuar y no rendirse frente a los muchos “no” que recibió. “No practico ninguna religión, pero sí sé que tengo un Dios que siempre ha estado conmigo y me ha dado las oportunidades. Camimare nació sola, tuve que darme muchos golpes contra la pared. Empecé a trabajar y mis ingresos los usaba para salir adelante; después mis papás vieron que era en serio y fue cuando empezaron a apoyarme. Mi mamá es quien ha estado conmigo en todo este proceso”.
Cami comenzó a vender sus trajes de baño en bazares y luego en pop ups. “Iniciar desde cero y ver cómo la marca ha ido creciendo es una experiencia única. Atreverme a ir al Latin American Fashion Summit fue un reto: no sabía cómo empacar y pasar por la aduana los 180 trajes de baño que traía en la maleta; y presentar mi colección Into the Jungle en una pasarela el año pasado y demostrar que la marca es para todas las mujeres es mi más grande satisfacción”. Hoy, además de trajes de baño, Camimare también ofrece pantalones, batas y hasta un bolso, que es una concha de mar que puedes llevar del día a la noche. “Todo esto no lo hubiera logrado sin mi equipo, mi diseñadora y todas las personas que colaboran conmigo. Creo que si no te rodeas de quienes suman a tu vida, entonces estás perdiendo el tiempo”.
“SI TE RODEAS DE GENTE EXITOSA, TÚ TAMBIÉN SERÁS EXITOSA”.
Militza Torres y Helle Jeppsson
Militza Torres, terapeuta con debilidad visual, y Helle Jeppsson, CEO de SCAPE, crearon la iniciativa SCAPE @Work, una app que ofrece masajes y faciales a domicilio con terapeutas con discapacidad.
Desde hace cuatro años, Militza y Helle empezaron a trabajar juntas para hacer de SCAPE una compañía incluyente. “De hecho, nosotras intervenimos mucho en el desarrollo de la app y rehicimos la tecnología para que personas como Militza pudieran leerla y resultara accesible, pero queríamos que SCAPE @Work sumara a más integrantes con discapacidad e impulsar la inclusión laboral. En la actualidad tenemos ocho terapeutas con discapacidad visual certificados”, me comparte Helle.
SCAPE @Work se basa en la contratación que hacen las empresas de sesiones de masaje shiatsu (en silla) dentro de sus instalaciones para sus colaboradores y, dependiendo del número de terapias que requieran, envía a uno o más terapeutas de su equipo con discapacidad. “La idea es visibilizarnos y que los demás se den cuenta de que podemos hacerlo. Si bien siempre habrá retos por vencer, por ejemplo, en cuanto a la movilidad, estando ahí y trabajando hacemos una diferencia”, afirma Militza.
“Recuerdo que, al inicio, Helle llamaba a cada cliente que yo visitaría para explicarle y pedirle que me ayudara. Un día le dije que ya no lo hiciera, que podía arreglármelas. La aceptación y distinguir que podemos hacer las mismas cosas, pero diferente, es el primer paso. En lo personal, y dentro de SCAPE, nunca hemos tenido ningún problema o rechazo. Creo que las personas que viven con una condición similar a la mía son capaces de eliminar las barreras que la sociedad tiene de nosotros, por eso siempre digo que se trata de erradicar mitos sobre la discapacidad”, señala Militza, quien además es mamá de un bebé de un año. Sin embargo, ¿cuáles han sido los ingredientes principales de estas dos mujeres para no claudicar?
Para Helle es la constancia combinada con la pasión: “Si lo haces así, lo lograrás”; mientras que para Militza, la única limitante para no llegar a tu meta es la imaginación: “Piensa positivo y verás que todo se puede”. Así, intentar y volver a intentar es el mantra con el que todos los días ellas se levantan y enfrentan su día para ofrecer a los clientes un servicio de calidad. “Que este ejemplo llegue a otras empresas es muy satisfactorio. Todo lo que logremos hacer para comunicar la inclusión laboral, lo haremos. Imagina que todos los spas de México fueran más inclusivos: ya habríamos solucionado un problema enorme, sobre todo porque ellos, nuestros terapeutas con discapacidad visual, son más sensibles porque sus manos son sus ojos”, concluye Helle.
“QUEREMOS INSPIRAR A OTROS A SER MÁS INCLUYENTES”.