En esta edición de Girl Power, conocimos a Andrea Peñalver, empresaria, orfebre y mujer venezolana de 33 años que es la definición de una mujer admirable en un mundo moderno. La guapa ha consolidado una empresa exitosa (y súper chic) de joyería después de 14 años de trabajo duro y está dispuesta a demostrarle a todos que se pueden tocar las estrellas si no renuncias a tus sueños.
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¿Cómo empezaste en esto?
AP: Yo tenía 19 años y estaba estudiando Comunicación Social, necesitaba trabajar en algo y bueno, empecé a hacer pasteles. Lo malo es que la cocina y yo no nos llevamos bien. Entonces empecé a hacer collares porque me gustan las manualidades. Se los vendí a mis amigas, a mis compañeras, a mi familias y así fue. Me fue muy bien. Estaba en segundo semestre y desde ahí hasta que me gradué me mantuve de eso. Cuando terminé la carrera dije, ¿qué quieres hacer? Amo mi carrera, soy especialista en mercadeo, publicidad y PR, pero tenía más chance en la bisutería porque ya tenía casi cinco años de experiencia. Decidí enseriarme más. Armé un taller, contraté personas, les enseñé, crecimos, agregamos gente y 14 años después ya es una empresa hecha y derecha.
Andrea es una mujer súper guapa, de 33 años aunque tiene un espíritu mucho más joven. Mientras comíamos en la CDMX, nos morimos de risa contando nuestras experiencias en el amor y el online dating.
¿Cómo has balanceado tu vida privada con tu vida profesional?
AP: No he tenido que hacerlo realmente, ya que soy una mujer soltera. He tenido parejas, pero no me he casado ni he tenido hijos así que me he entregado completamente mi trabajo. Mi vida privada es una locura, aunque sí me gustaría casarme.
¿Cómo te sientes con todo lo que has logrado hasta ahora?
AP: Quiero hacer muchas cosas más. Quisiera que mi producto estuviera en muchos más lugares del mundo y en tiendas grandes. Las tiendas pequeñas me encantan, pero siento que una marca consolidad debe estar en todo tipo de lugares. Hasta el momento tengo puntos de venta en España, Estados Unidos, Costa Rica, República Domincana y en las Islas Vírgenes Británicas pero quisiera abarcar mucho más y que fuera lo más exitoso posible.
“Esto es como mi bebé, es lo mejor que he hecho en mi vida, entonces le tengo mucho cariño, mucho amor”.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
AP: Diseñar y encargarme del marketing, del PR y de la publicidad. Me meto al taller y hago 50 modelos en una tarde. Nadie me enseñó, salió solo. Fui aprendiendo. Cuando compré mis primeras pinzas no sabía ni cómo manejarlas…
“Poco a poco fui madurando, la marca fue creciendo conmigo. Al principio los diseños eran de niña, de adolescente, luego puedes ver cómo fue madurando hasta el empaque… madurando como yo”.
La fuerza de Andrea viene de la mujer que más admira… de su mamá
AP: Mi mamá ha sido una mujer súper exitosa, siempre una comerciante. Ella se dedicó toda su vida a vender por mayoreo, a distribuir todo tipo de cosas. Mi mamá vendía carteras, cinturones, lentes, maquillaje. Vendía todo lo que estaba de moda y se iba incorporando a lo que la gente quería. Viajaba a China y a Nueva York. Yo viajaba con ella a China y la acompañaba a trabajar. Yo junté eso que era vender con mi mamá y a adaptarlo a la producción de mi empresa. Gran parte de mi éxito se lo debo a ella. Sin ella no tendría ese conocimiento. Hoy en día ella está dedicada a mi negocio.
Las mujeres que más admiro son mi mamá y mi abuela. Las dos tienen un carácter fuerte y han logrado muchísimas cosas. Son mujeres que nos criaron, nos levantaron y nos hicieron todo lo que somos, todo lo que sabemos. Las dos son comerciantes, vendedoras excelentes. Mi mamá es admirable, además ella sí se casó, tuvo hijos y tenía todo sumamente controlado… hacía todo perfecto.
¿Lo volverías a hacer todo de nuevo?
AP: Las veces que sean.
¿Qué es lo más importante que has aprendido?
AP: La clave del éxito es la constancia y la perseverancia. No todo lo que yo tengo hoy en día fue de la noche a la mañana, ni todo me salió fácil. Trabajé sola muchos años… nunca se me olvida que el 24 de diciembre mi familia estaba reunida tomando y festejando y yo estaba preparando 40 pares de aretes para que mis clientes se los pusieran el 31. Nada me cayó del cielo. Lo he perdido todo y lo he vuelto a hacer. Me han estafado en más de una vez.
“Nada es color rosa, nada es fácil”.
Todo me ha salido porque he mantenido mi línea y mi foco.
¿Alguna vez has sentido que te traten diferente por ser una mujer emprendedora o has encontrado algún obstáculo profesional por tu género?
AP: Nunca he encontrado que ser mujer sea un obstáculo. No sé si sea porque el tema del “girl power” está de moda.
¿Qué es ser una mujer feminista para ti?
AP: Yo pienso que ser feminista es ser una mujer independiente. Sin embargo, también amo tener pareja, y ahora que ando soltera y de dates, he visto que a los hombres les gusta ver que lo eres. Ya no les gusta el estereotipo de mujeres que no dicen lo que piensan, que no hablan y que no trabajan.
“Entonces yo creo que el feminismo es que nosotras demostremos que podemos hacer lo que nos dé la gana”.
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