La actriz Cleo Rocos narró esta increíble anécdota junto a la princesa Diana .
Sin duda, Lady Di es reconocida por ser una de las integrantes de la realeza que marcó una diferencia en cuanto a la apertura para tocar temas con los que muchos otros royals no se metían.
Esta tolerancia le permitió a Diana de Gales conocer lugares que nunca hubiéramos imaginado, como un bar gay.
Así lo relata la actriz Cleo Rocos en su libro “The Power of Positive Drinking”, en el que cuenta cómo Freddie Mercury, el legendario vocalista del grupo británico Queen, disfrazó a la princesa Diana de hombre para hacerla entrar de incógnito en un muy conocido bar gay de Londres.
Todo empezó en una reunión privada en la que se encontraban Diana, Freddie Mercury, Cleo Rocos y el comediante Kenny Everett.
Bebiendo champaña mientras veían capítulos de la serie “Las chicas de oro” en la casa de Everett, decidieron bajar el volumen de la televisión y doblar ellos mismos el programa improvisando diálogos subidos de tono.
A la princesa de Gales, que por entonces tenía 27 años, le fue asignado el personaje de Dorothy.
Lady Di lo estaba pasando tan bien, que animó a los demás a continuar la noche en un pub llamado Vauxhall Tavern, ubicado al sur de Londres. Aunque los amigos intentaron disuadirla alegando que no era un lugar adecuado para ella, Diana no quiso quedarse con la curiosidad de conocer aquel lugar.
“Dejemos que la chica se divierta”, sentenció el cantante de Queen.
Lady Di se comprometió a quedarse solo para tomar una copa y para lograr su cometido, camufló su identidad con una chaqueta militar, unas gafas de sol y el pelo escondido bajo una gorra de cuero.
“Cuando entramos, nosotros sabíamos obviamente que era la princesa Diana y que podía ser reconocida en cualquier momento. Pero la gente simplemente la ignoró. Ella parecía haber desaparecido. Y eso le encantó”, explicó Cleo Rocos en su libro.
La presencia de Mercury, Everett y Rocos desvió la atención de los demás asistentes al bar y Diana pudo pedir bebidas sin ser reconocida.
“Tenía un aspecto de un joven muy guapo”, escribe Rocos en su libro.
Esa noche, Diana pidió una cerveza y un vino blanco; cuando terminó sus tragos, el clan de amigos la acompañó hasta el palacio de Kensington.
Se cree que la anécdota tuvo lugar en 1988, cuando Lady Di todavía estaba casada con el príncipe Carlos.
Con información de Marie Clarie LA
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