¿A qué hace referencia este tipo de contenido y cuándo comienza a ser alarmante su consumo?
Juan no puede dejar de ver p0rn0grafía y masturbarse. Su novia le ha dejado por su consumo continuo de este tipo de contenido. Desde que era un niño se masturbaba varias veces cada día y hasta este momento, no consideraba que fuese un problema. Relata entre lágrimas que cuando se acostaba con su novia era incapaz de estar centrado en ella y tenía que imaginar siempre imágenes de escenas pornográficas para excitarse. Me confiesa que a pesar de estar profundamente enamorado de ella terminó por verla y tratarla como un objeto sexual.
En la consulta recibimos multitud de casos como el de Juan. Personas que sufren enormemente -y en ocasiones hacen sufrir a los demás- por ser esclavos de la p0rn0grafía: la falta de control en las conductas sexuales llevan a la pérdida de libertad.
¿A qué hace referencia este tipo de material?
Se entiende por p0rnografía un conjunto de materiales, imágenes o reproducciones de la realización de actos sexuales con el fin de provocar la excitación sexual de la persona receptora.
¿Qué nos lleva a consumirla compulsivamente?
Este tipo de imágenes y videos se ha ido extendiendo en los últimos años hasta hacerse omnipresente. Internet ha hecho que la p0rn0grafía sea más anónima, accesible y asequible que nunca, atrayendo a nuevos usuarios, aumentando el uso entre los consumidores ya existentes y conduciendo a muchas personas hacia la compulsividad sexual.
Un ejemplo de la sociedad hipersexualizada en la que vivimos se puede apreciar cuando vemos a los jóvenes posando en actitud pornográfica en las redes sociales, creando incluso vídeos de estilo porno protagonizado por ellos mismos, en los que se muestran directamente ante un incalculable número de desconocidos.
Existen muchas causas que pueden llevarnos a consumir p0rnografía. El haber sido abusado sexualmente, maltratado física o psicológicamente, sentirse abandonado por los padres o cuidadores, sentir emociones negativas como la tristeza, soledad, vacío, angustia o aburrimiento y carecer de habilidades adecuadas para su manejo, la baja tolerancia a la frustración, o simplemente tener una predisposición hacia la ansiedad, obsesividad o impulsividad, hace más probable el consumo compulsivo de la pornografía.
Señales de que un hombre podría ser adicto a la p0rn0grafía, según una psicóloga
El consumo de p0rnografía produce la liberación de dopamina, más conocida en la sociedad como “la hormona del placer”, la misma sustancia que tu cerebro produce cuando consumes alcohol o drogas.
De este modo, si se consumen altas cantidades de pornografía, el cerebro se acostumbre a esta sustancia necesitando más cantidad de este contenido para llegar a excitarse cada vez que se consume. Así, las imágenes que veías antes ya no te satisfacen. Siempre necesitas más. Y se entra en un círculo vicioso del que normalmente no es fácil salir.
A continuación se describen los síntomas más frecuentemente descritos en este trastorno (no es necesario cumplir con todos los criterios descritos a continuación para tener un consumo problemático):
1.- Tener dificultades para estar un día entero sin consumir p0rnografía.
2.- En alguna ocasión ser sorprendido por su pareja, padres, amigos o conocidos visitando este tipo de páginas, provocando una situación incómoda.
3.- Preferir abandonar otras tareas sociales, de ocio o recreativas por pasar tiempo consultando p0rnografía.
4.- Verse a menudo envuelto en la búsqueda de contenidos cada vez más exóticos porque el sexo tradicional le resulta monótono y aburrido.
5.- Consultar contenidos p0rnográficos en lugares donde podría tener problemas, como en el trabajo, en casa ajena o en un ordenador público.
6.- El apetito sexual con su pareja ha descendido últimamente o si no tiene pareja, no tiene intención de buscarla; en cambio la actividad sexual con la pornografía sigue cada vez más activa.
7.- Tener problemas para masturbarme sin recurrir a p0rnografía.
8.- Proponerse en alguna ocasión dejar de consultar estos contenidos y volver a recaer una vez más.
9.- En ocasiones reconocer que tiene un problema con la p0rnografía y sentirse mal por ello pero no conseguir dejar de consumirla.
10.- Tener que borrar el historial de navegación de su ordenador o móvil cada vez que alguien lo va a utilizar por temor a que vean el consumo de pornografía.
11.- Presentar problemas para concentrarse en las actividades diarias.
Si ves que tu vida personal, social o económica se ha visto afectada por el uso de la pornografía, podrás considerar que el consumo es problemático y que por lo tanto, necesitas ayuda.
Sofía Carriles
Psicóloga
Por Europa Press