Montaje o no, presta atención porque estas mujeres se quieren comer al mundo mientras se involucran en algunas catfights en la quinta temporada de Selling Sunset.
Lo que comenzó como una serie llena de impresionantes propiedades vendidas por mujeres empoderadas (boss ladies) con un fuerte sentido de sororidad se ha transformado en -citando a un amiga mía- “un grupo de mujeres con estilo fabuloso adictas al bótox que solo se dedican a criticarse las unas a las otras”, especialmente a Christine, a quien no han perdonado ni tienen intención de hacerlo en Selling Sunset.
ATENCIÓN: Spoilers más adelante
El drama es esencial en cualquier reality, pero del encanto original que nos cautivó en sus primeras dos entregas (el cual despertó en muchas de nosotras las ganas de iniciar una carrera en bienes raíces en Los Ángeles, por supuesto) queda muy poco.
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No me lo tomen a mal, I’m always in for a catfight (las Rich Housewives nunca decepcionan), pero ya parecen una versión de Mean Girls adultas en la que su “you can’t sit with us” ha llegado demasiado lejos hasta el punto de reírnos porque es todo un issue definir en qué escritorio se va a sentar cada una. Sin embargo, no podemos negar el valioso aprendizaje que nos dejó otra temporada más, ya sea para triunfar o por lo menos evitar el fracaso en el ámbito profesional. Toma nota.
1. Como te ven, te tratan
Si estás en ventas, relaciones públicas, moda, política, showbiz, o atención al cliente, la imagen es parte crucial del trabajo. El presupuesto no debe ser un obstáculo, pues el estilo sabe cómo darle la vuelta al poder adquisitivo.
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Más allá del “Vístete para el trabajo que quieres, no para el que tienes”, te sentirás po-de-ro-sa. Lo que me da un bajón terrible fue ver que después de dos años, Selling Sunset continúa ligando la idea del éxito con la extrema delgadez y las retocaditas faciales. Lo más inclusivo o en materia de diversidad hasta ahora fue la incorporación de Chelsea, una black British woman… que también luce tal cual como una Barbie. Parece que si quieres mujeres con más curvas y afroamericanas, entonces mejor ve Selling Tampa, el spin-off. via GIPHY
2. PR, mucho PR
La gente tiende a confundir la lambisconería con hacer relaciones públicas. Seguramente has visto a varios de tus colegas haciendo de todo con tal de caerle bien a los demás o a los superiores. Si bien, algunos detalles o gestos salen de forma natural porque así es su naturaleza, van a tener su recompensa en un futuro.
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Las integrantes de The Oppenheim Group no escatiman en piropos; siempre hay uno para alguien, aunque sea por envidia. Ser toda sonrisas y amable con los clientes es algo esperado (no extra), y en algunas ocasiones llegará el momento de cuestionarte si está bien coquetear (sobre todo si tu cliente es extremadamente hot), como nos lo demostró Emma. Por último, los mejores tratos se cierran con un sólido networking, ¿verdad, Chelsea? via GIPHY
3. ¿Quieres saber quién es quién en la oficina? Fíjate dónde se sientan
No todo mundo tiene la libertad de escoger dónde sentarse. A veces llegas y eres el reemplazo de aquella persona que decidió renunciar. Pudo haber estado ahí porque ya no había otro lugar disponible. Hay gente que comienza a trabajar incluso en un espacio improvisado, como al lado de la cafetera. El derecho de antigüedad es una realidad. Más cerca del jefe, más poder o nivel jerárquico. Un claro ejemplo es Mary, sentada en primera fila, como la consentida del grupo, mientras que a Davina -después de renunciar y pedir que la aceptaran de regreso- la vemos sentada hasta el fondo. Si no hablara ni quién se diera cuenta de que ahí está. via GIPHY
4. A mayor número de mujeres, más pesado el ambiente
Recuerdo cuando leí un artículo que revelaba que muchas empresas utilizan el esquema jerárquico hombre-mujer-hombre o mujer-hombre-mujer para evitar confrontaciones o roces entre miembros del género femenino. O sea, es difícil para las mujeres trabajar en equipo. Sí, desde la óptica de los negocios tradicionales, las féminas seguimos siendo percibidas como conflictivas, mucho más entre nosotras. Desafortunadamente, Selling Sunset refuerza esa creencia. Las chicas del O Group son ingobernables, no solo en la oficina sino en los open house frente a otros agentes o potenciales compradores. They run the show! ¿Así que a quién le importa la vida de los gemelos Brett y Jason? via GIPHY
5. El trabajo es tu nuevo salón de clases
¿Recuerdas cuando tu maestra(o) felicitaba en frente de todos tus compañeritos a quien sacó la más alta calificación o hizo una exposición de primera? “Excelente, Georgina, así es como debe hacerse”. Por lo general, son los jefes sin experiencia los que cometen este pecado capital, pues aunque piensen que podrían motivar o ejercer cierta presión para que el resto mejore su desempeño, el efecto suele ser tricky.
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Un buen jefe debe evitar a toda costa ese tipo de observaciones o comparaciones en público. El caso de Mary, ascendida a gerente, cuando aplasta a Vanessa y Davina (las menos activas) luego de que Emma arrasara con su estatus: “Dale a todas unos tips porque sin duda tú sabes lo que estás haciendo”. Imagínense lo entregada que está si vende tantas casas de ensueño al mismo tiempo que mantiene un imperio de empanadas veganas. via GIPHY
6. Andar con tu jefe o un compañero del trabajo nunca es buena idea
A menos que de verdad consideres/sientas/sepas que sea the one, es mejor que él/ella o tú renuncien, sobre todo si se trata de una empresa pequeña. Aunque no te debe importar qué digan los demás, nunca faltará quien piense y comente que hay cierto favoritismo o ventaja y que cualquier logro o promoción se deba a tu relación sentimental o sexual, aunque tu esfuerzo y entrega hablen por sí solos. Este lastre cliché parece imposible de extinguir. via GIPHY
7. Las fiestas -y el chisme- son importantes
Es un hecho que las interacciones con colegas fuera del ambiente laboral tienen efectos positivos. ¿Acaso no son toda una experiencia las fiestas de Navidad y fin de año? Momento de desestrés y diversión. Aunque sea difícil de creer, varios estudios han demostrado que el chisme puede resultar positivo en cualquier organización. Los beneficios van desde fomentar la integración de los miembros, compartir información vital para la toma de decisiones (como cuándo es buen momento para solicitar un aumento), hasta un tipo de catarsis (“no soporto cómo me trata mi jefe”, por ejemplo). Sería injusto juzgar al squad de Selling Sunset cuando en todas las compañías se cuecen habas. via GIPHY Deja atrás la post-tristeza que se siente luego de ver el fenomenal estilo de vida que llevan estas hustlers (el efecto Instagram en su máximo esplendor) y ponte manos a la obra. Obvio todas tienen problemas, pero como dicen por ahí, “prefiero llorar en un Lambo y con increíble ropa de diseñador"… ¿O tú no? Texto de Dafne Ruiz
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