“Es literalmente imposible ser mujer. Eres muy hermosa e inteligente y me parte el alma que no creas ser suficientemente buenaW, dice parte del monólogo de America Ferrera en Barbie
Barbie, la película protagonizada por Margot Robbie y Ryan Gosling, ha sido un rotundo éxito en taquilla a nivel internacional. En México, la cinta dirigida por Greta Gerwig ocupó el puesto número 1 al haber recaudado 22 millones de dólares durante el fin de semana de estreno. El debut en la gran pantalla de la muñeca de Mattel marcó la mejor apertura en un fin de semana en la historia de Warner Bros. Pictures y el segundo mejor estreno de toda la industria en el año.
Barbie cuenta con varios elementos que la han convertido en una exitosa producción: un elenco conformado por artistas como America Ferrera, Ryan Gosling, Margot Robbie, Emma Mackey y Jim Ferrell, un inolvidable soundtrack liderado por Dua Lipa y un guion ingeniosamente elaborado. Sin embargo, nos estamos olvidando de una escena clave de la película: el discurso protagonizado por America Ferrera.
Tenemos que hablar del discurso de empoderamiento que da America Ferrara en Barbie
Durante muchos años, a las mujeres se nos han atribuido un conjunto de estereotipos físicos y sociales que han limitado nuestra capacidad como personas fuertes e independientes, además de que han cambiado el concepto de lo que es la belleza. Los roles de género le han impuesto determinadas funciones sociales al género femenino e ideas erróneas sobre cómo debemos actuar, vernos y vestirnos. Por lo mismo, el guion de Barbie incluye un poderoso discurso que aborda este tema tan relevante en la actualidad, por lo que podemos decir que lo mejor de Barbie no son Barbie ni Ken, sino el speech que dio America Ferrera. De hecho, la actriz reveló que para ella, “Barbie es una oportunidad de cambiar la historia”.
Te dejamos su nonólogo como un friendly reminder:
El discurso de America Ferrara en Barbie
“Es literalmente imposible ser mujer. Eres muy hermosa e inteligente y me parte el alma que no creas ser suficientemente buena. Es como si siempre tuviéramos que ser extraordinarias, pero de algún modo, siempre lo estamos haciendo mal.
Tenemos que ser delgadas, pero no demasiado. No puedes decir que quieres ser delgada, sino que debes decir que quieres un peso sano, pero sí tienes que estar delgada.
Tienes que tener dinero, pero no puedes pedir dinero, porque eso sería grosero. Debes ser jefa, pero no puedes ser dura. Debes liderar, pero no puedes aplastar las ideas ajenas.
Tienes que amar ser madre, pero no hables de tus hijos todo el tiempo. Tienes que ser una profesional, pero al mismo tiempo, siempre cuidar a todos los demás.
Tienes que responsable de la mala conducta de los hombres, lo que es de locos, pero si haces notar eso, se te acusa de ser una quejumbrosa.
Tienes que mantenerte bonita para los hombres, pero no tan bonita para como para tentarlos y amenazar a otras mujeres porque se supone que debes ser parte de la sororidad.
Siempre tienes que destacar y siempre ser muy agradecida. Pero nunca olvides que el sistema está arreglado, pero encuentra la forma de ser agradecida.
No debes envejecer nunca, nunca ser grosera, nunca presumir, nunca ser egoísta, nunca fracasar, nunca tropezar, nunca mostrar miedo, nunca ser impertinente.
Es muy difícil y es demasiado contradictorio y nadie te da una medalla o te dice gracias. Y resulta que no solo estás haciendo todo mal, sino que todo es tu culpa.
Ya me cansé de verme a mí misma y cada una de las mujeres del mundo hacer hasta lo imposible para que los demás nos quieran“.