Massimo Torricelli y Christian Grey son guapos, millonarios… pero muy malos en la cama
Por DAFNE RUIZ Ojalá que ser millonario fuera una garantía de buen sexo, aunque sea en la ficción. Por desgracia, tanto Christian Grey como Massimo Torricelli nos han demostrado que no importa la fortuna, ni qué tan guapo se sea, follar es un arte (así como fingir un orgasmo). Te puede interesar: Lanzan campaña de firmas en Change.org para que se elimine película 365 DNI
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Con la última entrega de la trilogía de 365 DNI, llega por fin el veredicto de que los dos son los peores amantes de películas adaptadas de libros eróticos. Como el romance escasea, en materia sentimental no podemos juzgarlos; ambos son unos husbots (término de B.B. Easton, autora de 44 Chapters About Men) que en este caso aplica de forma contraria: Son esposos programados solo para coger.
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Massimo y Christian Grey: Los peores amantes que las películas eróticas nos han dado
No dudo de la capacidad histriónica de los actores (por lo menos Jamie Dornan ha estado fenomenal en otros papeles), así que de verdad atribuyo el mal, aburrido sexo a los personajes, al guion y a la dirección de las películas. ¿Estamos de acuerdo que existen series que tienen escenas superiores con las que se han encendido pantallas y han hecho sacar vibradores del cajón? También lee: ‘365 Days: This Day’ la segunda parte de la película «erótica» que nos mandó a dormir y no queremos que te pase lo mismo
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Su problema comienza con la forma en la que se ganan el “amor” o aceptación de sus conquistas a raíz de una fijación u obsesión. Con Massimo Torricelli el acuerdo con Laura se manifiesta así: “Te secuestré, pero dame 365 días para enamorarte de mí”. Mientras que Christian lleva a cabo el contrato muy al estilo sugar daddy en el que le ofrece a Anastasia una ayuda económica, un presupuesto ilimitado para ropa, así como el máximo placer sexual. Ja. Todo empeora cuando te das cuenta que Christian y Massimo siempre ponen en primer lugar su placer (sin importar cuánto nos quieran hacer creer lo contrario). Lo único que les importa es tener el control. A estas alturas no se les puede aplaudir que den sexo oral, su desempeño en general deja mucho que desear.
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Su playground es otro común denominador. Si bien Don Torricelli no tiene propiamente un red room como el de Mr. Grey, los dos disfrutan de las esposas, ataduras y otros accesorios. De lo que recuerdo, en la trilogía de Fifty Shades nunca hubo una escena de after-care (corríjanme si me equivoco). Tampoco vimos a Massimo haciendo algo en la segunda parte de 365 DNI después de que probaran varios juguetitos.
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Por último, la ausencia del foreplay es otro punto en contra. No importa qué tan atractivo sea este par, no hay forma de que alguna mujer esté lista (suficientemente mojada) para recibir todo lo que están dispuestos a dar. Si toman tanto tiempo en escenas sin sentido que parecen clips musicales, ¿por qué no dedicarle unos cuantos minutos a algo que es crucial en la realidad? Hasta mostrar el lub podría ser súpercandente, pero para qué, ¿verdad? Al final, es cine erótico, o al menos eso pretende.
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