Hablar de María Félix es hablar de una mujer que rompió moldes, conquistó escenarios y se convirtió en un símbolo de elegancia y rebeldía. Conocida como “La Doña”, su vida estuvo llena de etapas inolvidables que la convirtieron en una leyenda del cine y la cultura mexicana, es por eso que aquí te dejamos algunos de nuestros momentos favoritos de su vida:
Su salto a la fama
María Félix nunca planeó ser actriz, en cuanto huyó de su primer matrimonio, su meta era ser el sustento de su hijo. Pero un día fue descubierta mientras caminaba por el centro de la Ciudad de México y el resto es historia. Su gran belleza y su fuerte personalidad la llevaron a debutar en el cine en los años 40, marcando el inicio de una carrera que cambiaría el rostro de la industria cinematográfica.
Su papel legendario como “La Doña”
Su interpretación en “Doña Bárbara” (1943) la inmortalizó para siempre como “La Doña”. Este personaje fuerte, independiente y temido en la historia del cine latinoamericano encajaba a la perfección con la esencia de María Félix. A partir de ahí, su nombre se asoció con personajes poderosos que rompían los estereotipos femeninos de la época.
Su impacto internacional
María no se conformó con ser famosa en México. Conquistó Europa y América Latina trabajando en países como España, Francia, Italia y Argentina. Actuó en películas europeas de alto nivel y entabló amistades con artistas como Jean Cocteau, Diego Rivera y Frida Kahlo.
Su icónica conexión con el Metro de la Ciudad de México
Aunque suena casi como un chisme de revista, María Félix solía contar que su entonces esposo, el ingeniero Alex Berger, le “regaló” el Metro de la Ciudad de México como una prueba de amor. Berger fue uno de los impulsores de la construcción del Metro en la década de los 60 y aunque evidentemente el regalo no era literal, para María representaba la magnitud del amor y admiración que inspiraba.
Su legado de empoderamiento
Más allá de su belleza y su inigualable colección de joyas, María Félix fue admirada por su inteligencia, independencia y carácter inquebrantable. Defendía sus derechos en una época donde pocas mujeres lo hacían públicamente, y su famosa frase “hay que darse a valer y más en este país de machos” sigue siendo un mantra para muchas mujeres.