Jada Pinkett y Will Smith se casaron en 1997 y tienen dos hijos en común, ¿qué lecciones sobre amor y masculinidad debemos aprender de este polémico matrimonio?
En 2022, durante la 94 ceremonia de los Óscare, Will Smith protagonizó un incidente violento junto a Jada Pinkett y Chris Rock, desde entonces, la pareja Smith ha sido objeto de burlas a nivel internacional por su polémica relación que, de acuerdo con declaraciones de Jada Pinkett, terminó en 2016, sin embargo, el matrimonio sigue dando de qué hablar por su evidente cercanía.
Lo cierto es que cada pareja vive sus duelos y reconciliaciones según su propia dinámica familiar, pero en esta historia hay un par de lecciones sobre amor y masculinidad que debemos tomar en cuenta para entender las formas de relacionarnos sentimentalmente hablando.
Masculinidad hegemónica y sus manifestaciones
Seguramente recordarás aquel penoso incidente del 2022 cuando la opinión pública se dividió en torno a lo sucedido en la ceremonia 94 de los Óscares, donde, por cierto, Will Smith fue galardonado con la estatuilla a Mejor actor por su interpretación en la película Rey Richard: una familia ganadora.
Por un lado, los seguidores de Will Smith defendían su respuesta al mal chiste que hizo Chris Rock sobre la apariencia y salud de Jada, mientras que, del otro extremo de la discusión, sus detractores condenaron la violencia con la que Smith respondió al comediante, lo cierto es que tanto el mal chiste de Chris Rock como la respuesta de Will Smith corresponden a alguna de las manifestaciones de masculinidad hegemónica:
- Ser hombre significa rechazar todo aquello que sea femenino.
- Ser importante, a mayor estatus, mayor poder y por ello más masculino, es así como el modelo de masculinidad hegemónica valora el hecho se ser hombre.
- El riesgo y la agresividad son sinónimos de la masculinidad.
- Ser duro como el roble, no mostrar sentimientos.
Lecciones de amor y masculinidad que debemos aprender del matrimonio Smith
Sin embargo, la rudeza con la que se ha juzgado en redes sociales a ambos actores recae en un sistema de valores propios de la monogamia, incluso cuando Will Smith ha aceptado públicamente que él y Jada Pinkett mantuvieron una relación abierta durante muchos años, por lo que las exigencias del público no se corresponden con los acuerdos previamente establecidos del matrimonio.
Mientras que, por su parte, Jada Pinkett reconoce que ella y Will Smith nunca podrán separarse por diversas cuestiones, entre ellas que ambos son padres de Jaden y Willow Smith lo que amplia sus lazos fraternales y emocionales, sin embargo, no aclaró nada sobre una posible reconciliación después de asegurar que están separados desde 2016.
Algunas expertas como Anna Precht de la Universidad de Harvard y Diana Paz Trejo de la Facultad de Psicología de la UNAM agregan que el comportamiento de Will Smith respecto a su matrimonio no sólo tiene todo que ver con el género y la manifestación tóxica de su masculinidad, sino que además influyen otros factores como el estrés y la respuesta fisiológica a nivel cerebral cuando un individuo considera que se está cometiendo una injusticia.
Una de las tantas lecciones que hay que aprender sobre el matrimonio Smith es que la salud mental y emocional conjugadas con la masculinidad hegemónica pueden provocar que una estrella dañe irremediablemente su carrera; que siempre hay que buscar ayuda profesional porque la violencia no es una salida y que nadie, salvo los involucrados, saben exactamente cuáles son los términos y condiciones de su relación.
Independientemente del género, estamos conectados con emociones e impulsos para protegernos y a los demás cuando hay una amenaza real. Eso es evolutivamente adaptativo y biológico