Te dejamos estas frases de Comer, Rezar, Amar (¡algunas en italiano!) que seguro escuchaste en la película, pero otras sólo aparecen en el libro de Elizabeth Gilbert. 2010 nos dejó un regalo cinematográfico: la película Comer, Rezar, Amar, basada en el maravilloso libro autobiográfico de Elizabeth Gilbert, y cuya protagonista fue nada menos que Julia Roberts. Con ella vivimos un viaje de autodescubrimiento que comienza con su inminente divorcio y nos va guiando por lugares y momentos en los que vemos cómo va sanando poco a poco y descubre quién es ella en esta nueva etapa de su vida. Es claro que la película es un deleite visual, tanto por la presencia y talento de Julia Roberts, como por los paisajes que nos muestran a través de Nueva York, Italia, India y Bali. No obstante, quienes quedaron fascinados por la historia y se animaron a leer también el libro de Elizabeth Gilbert, seguramente se dieron cuenta de que hay muchas frases de Comer, rezar, amar, así como anécdotas, que se quedaron fuera del filme y que valen completamente la pena. [emb
AY[/embed] Por ello, te recopilamos las 50 mejores frases de Comer, Rezar, Amar; algunas seguramente ya las habrás oído de la película, pero hay otras que sólo encontrarás en el libro (¡también incluimos frases en italiano!). Sobre las ruinas, el amor, el perdón y el encuentro contigo.
Mejores frases de Comer, Rezar, Amar
1. Pero no todo fue malo durante aquellos años, también pasaron cosas maravillosas entre las sombras de tanta tristeza; porque Dios nunca te da un portazo en la cara sin regalarte después una caja de galletas de consolación, según dice un viejo refrán. 2. El italiano que hablamos hoy no es el romano ni el veneciano, en cuyas ciudades se concentraban el poder mercantil y militar respectivamente; tampoco el florentino. A decir verdad, es un italiano dantesco. Ningún otro idioma europeo tiene un pedigrí tan artístico. 3. Me van rodeando Depresión a la izquierda, Soledad a la derecha. No hace falta que se identifiquen enseñándome su placa, ya que llevamos años jugando al perro y al gato. Aunque admito que me sorprende encontrarlas aquí, al anochecer en este elegante jardín italiano. La verdad es que no es su sitio.
Frases en italiano de Comer, rezar, amar
4. Bel far niente significa “la belleza no hacer nada”. La belleza de no hacer nada es la meta de todo tu trabajo, el logro final por el que más te felicitan. Cuanto más exquisito y placenteramente domines el arte de no hacer nada, más alto habrás llegado en la vida. Y no necesariamente tienes que ser rico para experimentarlo. 5. Hay otra expresión italiana maravillosa: l’arte d’arrangiarsi, el arte de sacar algo de la nada. La capacidad de convertir un puñado de ingredientes sencillos en un banquete o un puñado de amigos selectos en un fiestón. Para hacer esto lo importante no es ser rico, sino tener el talento de ser feliz.
Sobre las ruinas, el cambio y la transformación
6. Nos conformamos con vivir infelices para siempre porque nos da miedo el cambio y que todo quede reducido a ruinas. Pero, a menudo las ruinas también son un regalo; las ruinas son el camino a la transformación. 7. Y la pregunta que me hago yo ahora es: ¿Qué me conviene elegir a mí?, ¿qué cosas creo merecerme en la vida?, ¿qué sacrificios puedo hacer y cuáles no? 8. Lo sé: he elegido la felicidad en lugar del sufrimiento. Lo tengo clarísimo. Estoy buscando un hueco para que mi futuro desconocido me llene la vida de sorpresas. Todo esto lo sé. Pero aún así…estamos hablando de David, y me he quedado sin él. 9. Yo me alegro de que, al menos, tengo lo que escribo. Eso la gente lo entiende. “Ah, se separó de su marido para dedicarse a su carrera artística”. Pues es verdad aunque no lo sea del todo. Muchos escritores tienen una familia. A Toni Morrison, por poner un ejemplo, tener un hijo no le impidió ganar esa fruslería conocida como el premio Nobel de Literatura. Pero Toni Morrison siguió con su camino, y yo he de seguir el mío. El Bhagavad Gita - la base sánscrita fundamental del yoga- mantiene que más vale vivir tu propio destino imperfectamente que vivir a la perfección el destino de otra persona. Por eso he comenzado a vivir mi propia vida. Por imperfecta y torpe que me parezca, al fin empieza a asemejarse a mí, la mire por donde la mire.
Frases sobre Italia del libro Comer, Rezar, Amar
10. Bolonia es una ciudad tan hermosa que, cuando fui, no podía dejar de cantar: “Bolonia es el apellido y Bonita es el nombre: ¡Bonita Bolonia!”. Con su maravillosa arquitectura de ladrillo rojo y su célebre opulencia, los sobrenombres tradicionales de la ciudad son: la Roja, la Gorda y la Bella. De aquí es la salsa boloñesa que se carcajea desdeñosamente de cualquier otra versión de ragú. 11. Tal vez sólo quiero ir a Sicilia por lo que dijo Goethe: “Sin haber ido a Sicilia, uno no puede hacerse una idea de lo que es Italia”. 12. Luigi Barzini, en su obra maestra de 1964 Los italianos, quiso aclarar los errores que había en torno a su país. Intentaba explicar por qué los italianos han producido los mejores cerebros artísticos, políticos y científicos de todos los tiempos, sin llegar a ser nunca una primera potencia mundial. ¿Por qué son los maestros de la diplomacia verbal, pero unos ineptos en cuanto a su propia política interior? …¿Cómo pueden ser unos comerciantes tan astutos a nivel personal, pero tan ineficientes como país capitalista? Sus respuestas tienen mucho que ver con una triste historia italiana llena de caciques locales corruptos y extranjeros exploradores, hecho que ha llevado a los italianos a la razonable conclusión de que en este mundo uno no puede fiarse de nada ni de nadie. Como el mundo es tan corrupto, hipócrita, exagerado e injusto, uno puede fiarse sólo de lo que percibe a través de los sentidos, y ésa es la explicación de que Italia sea el país más sensual del mundo. Por eso, según Barzini, los italianos aguantan a generales, presidentes, tiranos catedráticos, funcionarios, periodistas y hombres de negocios tremendamente incompetentes, pero jamás toleran esa incompetencia en los cantantes de ópera, directores de orquesta, bailarines, cortesanas, actores, directores de orquesta, bailarinas…” En un mundo dominado por el desorden y el desastre y el fraude, tal vez sólo se puede confiar en la belleza. A veces la comida es la única moneda verdadera. Por tanto, dedicarse a la creación y el disfrute de la belleza puede ser un asunto serio. 13. Pero, ¿es tan malo pasar un tiempo viviendo así? Durante unos meses de nuestra vida ¿es tan horrible viajar por el tiempo sin mayor ambición que volver a comer bien una vez más? ¿O aprender a hablar un idioma sin otro propósito que regalarte el oído al hablarlo? ¿O echar una siesta en un jardín, a pleno sol, a mediodía, junto a tu fuente favorita? ¿Y volver a hacerlo al día siguiente? Obviamente no puedes pasarte así la vida entera. En algún momento se te cruzarán la vida real y las guerras y las heridas y las muertes. 14. Fue metida en una bañera, en Nueva York, leyendo en voz alta las palabras de un diccionario, cuando empecé a curarme el alma. Con la vida hecha trizas estaba tan irreconocible que, si la policía me hubiera metido en una rueda de reconocimiento, habría sido incapaz de señalarme a mí misma. Pero sentí un chispazo de felicidad cuando empecé a estudiar italiano y, si después de pasar por una época tan tenebrosa ves que te queda un atisbo de felicidad en tu interior, no te queda más remedio que agarrar esa felicidad de los tobillos y no soltarla. No lo haces por egoísmo, sino por obligación. 15. -Escúchame -me dice Richard-. Un día vas a recordar esta época de tu vida como un dulce momento de tristeza. Entenderás que, teniendo el corazón roto, estás en el mejor sitio posible para cambiar tu vida. 16. - Es que lo quiero. - Pues quiérelo. - Es que lo echo de menos. - Pues échalo de menos. Mándale luz y amor cuando te acuerdes de él y olvídate del tema. Te da miedo deshacerte de los últimos trocitos de David, porque sabes que te vas a quedar muy sola y a Liz Gilbert le da pánico plantearse lo que le puede pasar si se queda sola. Pero tienes que entender una cosa: si liberas el hueco que tienes dedicado a obsesionarte con este chico, te va a quedar un vacío en la cabeza, ¿y a que no sabes lo que va a hacer el universo con esa puerta? Pues entrar por ella. Dios va a entrar en ti y te va a llenar de un amor que no has visto ni en tus mejores sueños. Dejar de usar a David para bloquear esa puerta. Olvídate de ese tema. 17. Por una vez en la vida las cosas no salieron como tú querías. Y si hay algo que desquicia a una manipuladora es que las cosas no le salgan como ella quiere. 18. Después, al ir pasando los años, esa hipersensibilidad ante el paso del tiempo me llevó a vivir la vida a toda velocidad. Dado que nuestra visita a la Tierra es tan corta, cuanto antes lo experimentara todo, mejor. De ahí tanto viaje, tanto amor, tanta ambición y tanto comer pasta.
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19. Llevo tantos años intentando hallar la satisfacción histéricamente, probándolo todo, acumulando cosas, triunfando profesionalmente, que al final sólo he conseguido estar agotada. Si corres para intentar atrapar la vida, morirás en el intento. 20. En algún momento - me dice Richard- tienes que aceptar las cosas como son y quedarte quieta y dejar que las cosas pasen solas. 21. Cuando oigo ese argumento, me suena convincente. Intelectualmente, me lo creo. En serio. Pero después me planteo: con toda mi histeria febril y ese absurdo carácter hambriento que tengo, ¿a qué voy a dedicar mi energía entonces? “Busca a Dios”, sugiere mi gurú. “Busca a Dios como busca el agua un hombre con la cabeza en llamas”.
Frases sobre la India
22. El Gurugita debía ser un himno de amor puro, pero algo me estaba impidiendo ofrecer ese amor de una manera sincera. Así que al ir cantando los versos me di cuenta de que necesitaba algo o alguien a quien dedicar este himno para hallar el amor puro en mi interior. Fue al llegar al verso vigésimo cuando se me ocurrió dedicárselo a mi sobrino Nick, de ocho años. Usé el viejo texto sánscrito para contárselo a él, y al poco tiempo vi que estaba llorando unas lágrimas frías. 23. Pensé: “Aquí estás, en India, en un ashram, en uno de los centros de peregrinación sagrados del planeta. Y en lugar de comulgar con la divinidad, estás pensando en dónde vas a meditar dentro de un año en una casa inexistente de una ciudad que apenas está por decidir. A ver si te pones las pilas. ¿Qué tal si te dedicas a meditar aquí mismo, ahora mismo, en el sitio donde estás en este momento?”. 24. Por otra parte, ¿cuándo es un buen momento del día o de la vida para sentarse a practicar una quietud desapegada? Así que tomé una decisión. Me propuse hacer el siguiente experimento: ¿qué tal si acepto la situación por una vez en la vida? En lugar de dar manotazos a los mosquitos y quejarme, ¿por qué no intentaba soportar la incomodidad durante una hora de mi larga vida? Sabía que era el primer paso hacia el autocontrol. Si lograba soportar esa incomodidad física que, obviamente, no ponía en riesgo mi vida, entonces ¿qué incomodidades sería capaz de soportar en el futuro? 25. A lo largo de mi vida he sido una marioneta dependiente de millones de señales como esa, que nos indican cuándo sentimos placer o dolor. Pase lo que pase, yo siempre reacciono. Pero ahí estaba: indiferente al acto reflejo. Al acabar el experimento, me puse en pie, fui a mi habitación y valoré los daños. Conté veinte picaduras de mosquito. Pero a la media hora todas habían disminuido. Todo pasa. Con el tiempo, todo pasa. 26. Si la fe fuese racional, no sería fe. La fe es la creencia en lo que no se puede ver ni tocar. La fe es caminar de frente y a toda velocidad hacia las tinieblas. 27. Hay un chiste italiano maravilloso sobre un pobre hombre que va todos los días a la iglesia y se pone a rezar ante la estatua de un gran santo, diciendo: “Querido santo, por favor, concédeme el don de que me toque la lotería”. Y esa letanía se repite durante cuatro meses. Hasta que un día la estatua cobra vida, baja la cabeza hacia el hombre suplicante y le dice con un cansancio infinito: “Hijo mío, por favor, por favor, por favor compra un boleto de lotería”. 28. Rezar es relacionarse; la mitad de la tarea es mía. Si pretendo transformarme, pero no me tomo la molestia de explicar exactamente qué quiero, ¿cómo se me va a cumplir? 29. En mi opinión, el destino también es una relación entre dos partes: una partida entre la gracia de Dios y un esfuerzo humano consciente. Hay una mitad que no controlamos en absoluto; la otra mitad está totalmente en nuestras manos, y nuestros actos tendrán consecuencias. Un ser humano no es enteramente un títere de los dioses ni enteramente dueño de su destino, es una mezcla de ambas cosas.
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30. “Tienes que aprender a seleccionar tus pensamientos al igual que eliges la ropa que te vas a poner todos los días. Es una capacidad que tienes y que puedes llegar a dominar. Si quieres controlar tu vida, tienes que controlar tu mente.” 31. Las metáforas de la vida son las instrucciones de Dios. Más frases de Comer, rezar, amar: 32. Tu anhelo de hallar una solución es una plegaria. Estar aquí es la respuesta de Dios. Déjate llevar y mira las estrellas cuando salgan por fuera y por dentro. 33. Cuando se acaba el karma de una relación, sólo queda el amor…y eso es bueno. Déjate llevar. 34. ¿Cómo consiguen los supervivientes de una relación soportar el sufrimiento de un asunto inacabado? Desde aquel lugar dedicado a la meditación, hallé la respuesta. Puedes acabar el asunto tú mismo, desde dentro de ti. No sólo es posible, sino que es esencial. 35. Casi todos -aunque sólo sea durante dos minutos de nuestra vida- hemos sentido en un momento dado una sensación inexplicable de absoluta felicidad, ajena a lo que estuviéramos viviendo en el mundo exterior. Sin que nada cambie, te sientes elevado por la gracia de Dios, lleno de admiración, colmado de felicidad. Sin que exista ningún motivo aparente, todo es perfecto. 36. Contemplé el valle oscurecido y no vi nada que no fuera Dios. Me sentía completamente feliz, tremendamente feliz. Me dije a mí misma: “Ese sentimiento, sea cual sea, era lo que pedía en mis oraciones. Mis oraciones iban dirigidas a esto”. 37. Nunca he tenido tan poco claro lo que voy a hacer en la vida como cuando llegué a Bali. He hecho muchos viajes disparatados, pero este se lleva las palmas.
38. La costumbre de pasearme por el mundo sin el mejor sentido de la orientación y la decisión de mantenerme fuera de la red protectora del matrimonio y la familia me convierte, a los ojos de los balineses, en una especie de fantasma. A mí me gusta vivir así, pero para ellos es una auténtica pesadilla: si no sabes dónde estás ni a qué clan perteneces, ¿cómo piensas hallar el equilibrio? 39. Bali es, probablemente, un lugar mucho más complejo de lo que yo sospecho, pero lo que los balineses tengan que hacer para mantener su equilibrio vital es cosa suya. Lo que yo he venido a hacer es a trabajar mi propio equilibrio interno, y de momento, me sigue pareciendo un entorno adecuado para conseguirlo. 40. Tengo que decir: “Soy Lagoh Prano”. Lagoh Prano significa “cuerpo feliz”. 41. Tengo muy presente lo que me ha enseñado mi gurú sobre la felicidad. Ella dice que la felicidad es un golpe de suerte, casi como el buen tiempo. Pero la felicidad, de hecho, no funciona así. La felicidad es consecuencia de un esfuerzo personal. Luchas para conseguirla, la trabajas, insistes en encontrarla y hasta viajas por el mundo buscándola. Pero, cuando la alcanzas, tienes que luchar a cuerpo entero para mantenerla, procurando nadar siempre a favor de la corriente en el río de tu felicidad, para mantenerte a flote. 42. No buscamos la felicidad sólo por nuestro propio bien y para poder seguir vivos, sino que es un generoso regalo que le hacemos al mundo. 43. Esta es la gran lección que nos enseña el karma (y la psicología occidental). Es decir, soluciona tus problemas ahora o los vas a tener que sufrir más adelante, la próxima vez que metas la pata. Y eso de volver a pasar por el mismo sufrimiento…es infernal. En cambio, salir de esa repetición incesante y pasar a un nuevo nivel de entendimiento es celestial. 44. Es como un cuento con moraleja. Cuando te lanzas al mundo para ver si arreglas tu vida, al final acabas ayudando a…Tutti (“todos” en italiano). 45. Durante toda mi vida las decisiones relativas a los hombres las he tomado muy deprisa. Siempre me he enamorado a toda velocidad sin tener en cuenta los posibles riesgos. Tiendo a sólo ver las cosas buenas de la gente. Me he enamorado incontables veces de la mejor versión de un hombre, no del hombre real, y después me dedico a esperar durante muchísimo tiempo (a veces, una barbaridad) a que el hombre alcance su máximo potencial de grandeza. En el amor, a menudo soy una víctima de mi excesivo optimismo. 46. Han sido muchas las veces que me he entregado totalmente a un hombre sólo por amor. Y, en algunos casos, he perdido hasta la camisa. Si quiero ser una mujer autónoma de verdad, tengo que saber protegerme. 47. Perder el equilibrio por amor a veces es parte de una vida equilibrada. 48. No sé muy bien lo que quiero. Sí sé que, en el fondo, siempre he querido oír decir a un hombre: “Déjame cuidarte para siempre”, pero ninguno me lo había dicho hasta ahora. Habiendo desistido de encontrarlo, en los últimos años había aprendido a decírmelo a mí misma, sobre todo cuando estaba asustada. 49. Nos seducen tanto nuestros mantras individuales: “Soy una fracasada; Qué sola estoy”, que nos convertimos en monumentos erigidos en su honor. Por eso, pasar un tiempo sin hablar, es intentar despojar a las palabras de su poder, dejar de atragantarnos con las palabras, liberarnos de nuestros mantras asfixiantes. 50. En mi destino hay muchas cosas que se me escapan, pero hay otras que sí están bajo mi jurisdicción. Hay una serie de billetes de lotería que puedo comprar, aumentando mis posibilidades de llegar a ser feliz. Puedo decidir cómo paso el tiempo, con quién me relaciono, con quién comparto mi vida, mi tiempo, mi cuerpo, mi dinero y mi energía. Puedo seleccionar lo que como, leo o estudio. Puedo seleccionar cómo voy a reaccionar ante las circunstancia desfavorables de la vida: si voy a considerarlas maldiciones u oportunidades. No te vayas sin leer: 5 libros perfectos para leer en un día lluvioso con una taza de café Más allá de ‘Entrevista con el vampiro’; tres películas basadas en libros de Anne Rice El día en el que Julia Roberts huyó de su boda con el amigo de su prometido ¿Cuál es tu favorita de estas frases de Comer, rezar, amar; te gustó más la película o el libro? ¿Conoce alguna otra que pudiéramos agregar a estas frases de Comer, rezar, amar?