Libre y loca es el podcast de Roberta Woodworth donde se habla de temas dolorosos como el desamor y las crisis existenciales fuera de clichés y tabúes, sigue leyendo para conocer más sobre cómo transitar los duelos...
Luego de una ruptura amorosa que resignificó todo lo que hasta entonces Roberta Woodworth había construido en su vida personal y profesional, la influencer decidió refugiarse en sus más grandes pasiones: la lectura y la comunicación. Fue así como nació Libre y Loca, el podcast donde te comparte desde su experiencia personal, cómo sobreponerte a una crisis existencial provocada por un duelo.
Es licenciada en Mercadotecnia y Comunicación y a través de sus redes ha logrado impactar a más de 10 millones de personas con sus reflexiones acerca de la salud mental y el amor propio.
¿Planeaste a Libre y Loca con un enfoque feminista o las cosas simplemente fueron fluyendo?
RW: No lo planeé con un enfoque feminista, pero si pensamos en el feminismo este busca la libertad del ser, porque el feminismo no solo ayuda a las mujeres, también a la comunidad LGBT ¿no? O sea, el hecho de que tiremos al patriarcado nos ayuda a todos como sociedad de dejar atrás esas cajitas en las que el patriarcado nos quiere meter y en la que los roles de género no nos permiten evolucionar.
No, no lo cree con un enfoque feminista. Sin embargo, como creo que el feminismo viene intrínseco en una sociedad mejor en la que seamos más libres creo que sí tiene un matiz, un tinte, por decirlo así.
¿Qué tan importantes son las crisis en la vida de alguien?
RW: Yo siempre me he hecho esa pregunta de ¿realmente se necesita llegar a una crisis para cambiar? Pero creo que justo de eso se trata un poco la vida. Si viviéramos en esta utopía en la que todo es perfecto, haríamos todo igual siempre. No tendríamos una perspectiva diferente cuando llega una crisis o un cambio, porque a veces una crisis existencial puede llegar aunque todo a nuestro al rededor sea correcto o cómodo. Sólo sientes una incomodidad de que ya te quieres mover del lugar en el que estás. Entonces creo que las crisis son una oportunidad de cambio, de evolución, de abrir una puerta nueva, de cambiar la visión y cuando tienes una perspectiva de cambio te hace voltear a otro lado.
Entonces sí creo que las crisis son un punto de inflexión. Son dolorosas porque crecer duele, yo sí diría que crecer duele porque es incómodo. Porque la madurez, por ejemplo, es algo que se elige, por eso hay gente de 60 que no cambia porque la madurez es un proceso que tú eliges y sí necesitamos algo que nos catapulte a, mínimo, tomar la decisión de mirar hacia dentro o de mirar hacia fuera y cambiar la dirección o el rumbo, simplemente intentar algo, ¿no? Sí creo que son necesarias.
Me gustaría que resignificáramos el fracaso como redirección o el fracaso como una lección y una oportunidad de crecimiento en lugar de verlo como Ay, es que perdí el tiempo, hice algo mal. No, ahora ya sabes más que antes. O sea, dolió porque no lo sabías y no sabes cómo enfrentarlo, pero ahora chance no vuelve a pasar o si te vuelves a enfrentar a algo, o sea una pareja, un trabajo, lo que sea, vas a saber qué hacer, vas a tener perspectiva.
¿Consideras que después de haber querido tan intensamente a alguien puedes volver a hacerlo?
RW: Por supuesto, pero sí creo que viene desde un lugar diferente. Hoy lo veo así. La primera vez que me enamoré era este amor como un diamante en bruto que se ve más como una piedra. No está pulido, ya sabes, mucha pasión, muy desenfrenado, no pones límites, ni siquiera sabes quién eres. Entonces estás dispuesto como a darlo todo y hay un punto en el que creo que el amor y cualquier cosa requiere ciertas bases que van más allá de la pasión, o sea, la pasión es incandescente.
Necesitas pulirlo; necesitas límites, necesitas conocerte, necesitas saber cuáles son tus necesidades para expresarlas y comunicarlas. Ponerte a ti primero antes que a otro, entonces si te vuelves a enamorar habiendo pulido ese diamante ya es muy diferente. A lo mejor ya reconoces tu valor y entonces no lo anclas a otra persona. Ya sabes que es necesario para ti. Entonces no te dejas pisotear -o no pisotear- a lo mejor no eres tan complaciente.
Creo que sí te puedes volver a enamorar y amar con esa intensidad, pero no bajo el mismo patrón ni con las mismas reglas y además desde un lugar más consciente. Yo ya estoy en un punto en el que puedo decir que amo a esta persona, pero no me hace bien. O a lo mejor ¿sabes qué? No tienes tu vida en orden y yo sí, entonces necesito un compañero, no un proyecto. Necesito un igual, no un alumno y aun así te amo.
El otro día dije algo que sonó muy fuerte cuando lo pensé, pero fue como merezco más que una persona en crisis, y no es que esa persona sea menos o que esa persona sea mala, pero en mi vida tengo orden y merezco a una persona que esté ahí, quiero paz y quiero fluir; no estar en ansiedad. No me quiero relacionar desde la inseguridad. Quiero amar desde el balance.
Por supuesto que te puedes enamorar, pero sí cambian las reglas.
¿Consideras que hay una receta que las personas pueden seguir luego de que todo se vino abajo?
RW: Sí, creo que hay dos cosas que se yuxtaponen un poco. La primera es buscar un acompañamiento y si no tienes la posibilidad de ir a terapia, sí buscar estas herramientas en las que a lo mejor es contenido como podcast y tener un sistema de apoyo. Creo que sí es muy bueno.
Sanar no es ponerte a hacer cosas. No es pararte a las 5:00 de la mañana y decir ya me voy a meter al gimnasio, no, no. Sanar es tener momentos de introspección, es parar y decir a ver, a ver…
Yo hablo mucho de estar en el túnel y de honrar los procesos, a veces estás triste y necesitas un día en tu cama a oscuras, sentirlo y llorarlo y entonces ya mañana tenemos la fuerza de ir al gimnasio, de buscar hobbys, de salir. Creo que es muy fácil caer en la evasión cuando dices, ay, ya me dolió el corazón mañana me voy a la fiesta; no, no, no, no, espérate. Llóralo. Y ese es el problema: la sociedad en esta mentalidad capitalista es como tienes que estar produciendo y tú ya a lo que sigue. Espérate, no eres una máquina, eres un ser humano que necesita transitar y enfrentar sus emociones, lidiar con ellas. Creo que hablamos mucho del amor propio y de ser compasivo con los demás, pero no de ser compasivo con nosotros, compasión contigo misma.
Es justo entender que dentro de ti vive un abanico de emociones que tienes que honrar y por qué le dices a tu amiga sí llora, pero tú lloras y no, no, no, y te sientes mal, es como siéntate y llora y siéntelo. Me gusta mucho este rollo intuitivo de no quiero hacer nada.
La fórmula es encontrar un balance entre tus tiempos de introspección, realmente sentarte con la emoción, sentarte con lo que pasó. A ver ¿qué me duele de aquí? Literal, ¿qué me duele? O sea, sí la ruptura, pero ¿qué me duele? Que soy fácil de olvidar, que sentí que me vieron la cara, que siento que no me voy a volver a enamorar y ahí hay algo más profundo. Hay un miedo al abandono. Sí se puede escarbar y decir no es que todo en la vida esté mal, es que me tocó esta herida.
¿Cuál consideras tú que es el error más grave que en general cometemos todos y todas para intentar superar una crisis de este tipo?
RW: Intentar llenar el vació emocional. O sea, es normal en un duelo, porque no nada más es una ruptura, puede ser que te despidan de un trabajo. Caer en esas conductas evasivas porque eso te desgasta y a la larga explota, o sea, siento que hay gente que corre y gente que transita: cuando transitas el túnel sales eventualmente del otro lado y cuando corres, te alcanza.
Dale un consejo a nuestras lectoras de la revista Cosmopolitan que están atravesando una crisis o un duelo
Tratar de identificar dentro -de esa crisis- qué es lo que duele y a veces la respuesta es muy incómoda. Identificar el por qué. Empecemos a basar la vida en hechos y no en proyecciones de lo que queremos que sea ¿Por qué tienes una crisis?
¿Qué hace único a Libre y loca?
RW: Libre y loca es un espacio seguro en el que todos empatizamos con lo que sentimos sin romantizar el crecimiento personal ni el momento que estoy viviendo. No te hablo desde el expertisse de un psiquiatra, sino desde la experiencia de un igual.