Rosa Peral quería llevar a cabo un perturbador plan desde el interior de la cárcel; te decimos de qué se trata
Úrsula Corberó volvió a demostrar su talento como actriz en la serie El cuerpo en llamas, un proyecto televisivo basado en el polémico Crímen de la Guardia Urbana de Barcelona. Rosa Peral y Albert López fueron sentenciados a 25 y 20 años de prisión, respectivamente, por el asesinato de con alevosía y agravante de parentesco de Pedro Rodríguez, quien era pareja de Peral en aquel entonces.
Fue la madrugada del 1 de mayo de 2017 cuando los acusados mataron a Pedro y posteriormente metieron el cadáver del hombre en el maletero de su automóvil para trasladarlo al Pantano de Foix, donde finalmene fue incinerado por ambos.
En Las cintas de Rosa Peral, la mujer de 42 años de edad asegura que ella no fue cómplice del asesinato, pero que se vio obligada a colaborar con Albert por temor a que lastimara a sus hijas. Por su parte, el acusado señala que Rosa fue quien mató a Pedro por supuestamente haberla agredido previamente.
El cuerpo en llamas: el aterrador secreto que confesó Rosa Peral a las reclusas
Rosa Peral lleva seis años en prisión; actualmente se encuentra encerrada en la cárcel de Mas d’Enric, en Tarragona, después de haber sido retirada de Brians 1 de Barcelona, de donde fue expulsada por segunda vez en 2021 por “motivos regimentales y de seguridad”. Los medios de comunicación han revelado cómo es la vida de Rosa Peral en prisión, pero sobre todo se habla de un plan maquiavélico que quería llevar a cabo. Las otras internas revelaron que Peral confesó cómo mató a Pedro: “Le dio un medicamento en agua para que se calmara porque estaban discutiendo muy fuerte”, testificó una de ellas, asegurando que lo envenenó antes de asesinarlo.
Sin embargo, Rosa Peral habría hecho otra turbia confesión relacionada con el padre de sus hijas, Rubén: quiso contratar a un sicario por 30 mil euros para involucrarlo y culparlo por el crímen de Pedro, ademas de matarlo.
“Le odio, tengo que matarle, no deja que mis hijas vean a sus abuelos, tengo que acabar con él”, es lo que supuestamente comentaba Rosa con sus compañeras presas.
Finalmente, una de las reclusas notificó lo sucedido a un funcionario de la prisión, por lo que la policía puso manos a la obra para proteger a Rubén e incluso le contrataron escolta para evitar cualquier situación desafortunada a manos de Rosa Peral.
