Los antojos pueden convertirse en una pesadilla cuando queremos guardar la línea o peor aún, cuidar la salud.
A todas nos ha pasado. Encontrarse el fin de semana en una comida familiar, pizza, pastel o cualquier alimento que precisamente estamos tratando de evitar.
¿Y qué hacer si llevamos toda la semana puntualmente cuidando nuestra alimentación?
Aprender cómo funciona nuestra mente para así poder trabajar por tener el cuerpo que sueñas, recomienda Coral Mujaes, coach, conferencista, escritora y mentora, que hoy ayuda a miles de personas a transformar su vida. De nada vale la fuerza de voluntad, sino que es mejor entender cómo funciona nuestra cabeza y actuar en consecuencia.
Coral Mujaes durante muchos años luchó contra los antojos y la frustración de no poder tener el cuerpo que soñaba, pero gracias a mucho trabajo interno, encontró las claves para estar sana, feliz y con el cuerpo que siempre quiso.
“Una de las cosas que más aprendí es que el mentor correcto con las estrategias correctas te pueden ayudar a darle la vuelta a tu vida muy rápido”, asegura.
Por ello, Coral nos comparte las claves para sacar de una vez por todas a los antojos de nuestras vidas y con ello apegarnos a la vida sana que queremos tener. Asegura que la mente es la clave de todo, por lo que lo primero que se necesita hacer es cambiar la manera en la que pensamos sobre todo aquello que nos sucede.
La comida no tiene poder sobre ti, ¡asúmelo de una vez!
“Muchas mujeres se expresan sobre la comida como si esta tuviera el control sobre ellas. Son comunes frases como ‘yo voy al cafecito y ya valí' y tienen la creencia de que la comida es más fuerte que ellas, que un taco o unas palomitas pueden más que su propia voluntad”, sostiene.
Pero esto no es verdad. Coral asegura que lo primero para alejarse de los antojos es interrumpir la creencia de que no estás en control de ti, porque somos seres humanos con conciencia y capacidad de decisión.
Monitorea tu mente
¿Qué sucede en tu cabeza antes de comerte un pastel? Indaga qué sucede a nivel interno y cuál es la promesa que te hace tu cerebro al respecto, como por ejemplo, decirte que se va a sentir mejor si te lo comes.
Es importante detener los comportamientos automáticos y pararse a pensar sobre lo que nos está pasando, asegura la coach.
Cuestiona lo que tu mente te promete
Una vez que tengas identificadas estas promesas, cuestiónalas. ¿Realmente te vas a sentir mejor comiéndotelo? ¿Vas a sentirte acompañada? ¿Te dará tanto placer como estás pensando?
“Nunca cuestionamos lo que pensamos y nos gana el impulso, pero siempre les digo a mis alumnas que no somos perritos para recompensarnos con comida”, sostiene.
Quítale la carga emocional y entiende cómo funciona tu cerebro
“Tener antojos es natural en un cerebro de dos mil años como el nuestro, que está hecho para que sintamos placer. Que yo sienta placer con la comida es natural, no es un defecto de carácter tuyo”, explica Coral.
Así que no te sientas culpable por sentir el deseo de comerte unas papas fritas. Biológicamente es normal, y entenderlo te ayudará a conocerte a ti mismo y a dejar de sentirte culpable.
Si le quitas la culpa, será mucho más fácil enfrentarse a la situación y actuar en consecuencia.
¿Qué precio vas a pagar?
Es una pregunta que tienes que hacerte a la hora de pensar en comerte una bolsa de palomitas entera. ¿Qué va a suceder si te lo comes? Esto no solo tiene que ver con si engordarás o no, sino con otras cosas muy valiosas también, como tu palabra y tu propia autoestima.
Si tienes un objetivo relacionado a tu salud y te comes el antojo, estarás faltando a lo que has acordado contigo misma. Y eso es muy perjudicial para la autoestima, asegura la especialista.
“Por eso necesitas hacer esa pausa y preguntarte cuál es el precio que vas a pagar, porque en este caso, este sería tu palabra y tu confianza en ti misma. Si no haces lo que dices es muy dañino porque la autoestima se construye de lo que tú te ves haciendo todos los días”, afirma la coach.
Acepta que no puedes controlarlo todo
Finalmente, si vas a una plaza comercial y se te cruza un pastel o un helado, acepta que esto no está bajo tu control. Sobre lo que sí estás en control es sobre tu forma de reaccionar ante ello.
En el caso de que sucumbas a la tentación, por nada del mundo te sientas culpable. Ya estás ahí, así que no te queda más que disfrutarlo, explica Coral.
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