Un vidente nos cuenta cómo supo que tenía un don

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¿Cómo saber si tienes el don de la clarividencia? En el libro “Percevoir L’Invisible” (Percibir lo invisible), el vidente y astrólogo Chris Semet comparte a través de varias anécdotas biográficas su experiencia con la adivinación y las primeras señales de que tenía un “don diferente y especial”.

En su libro, Chris Semet desempolva la imagen pasada de moda de los clarividentes y le da una cara mucho más moderna, sincera y encima de todo, anima a todos a escuchar mejor sus propias facultades y dones.

Su enorme conciencia y el descubrimiento de su gran talento a través de la niñez y adolescencia son una hermosa lección de reafirmación personal.

Las primeras señales de un don

Chris Semet dice que sus primeras “sensaciones” especiales comenzaron a los 4 o 5 años a través de sueños recurrentes, entre otras cosas. Sin embargo, estas comenzaron a hacerse más y más frecuentes desde que cumplió 7 años hasta la adolescencia.

Su testimonio nos recuerda mucho a una de las primeras escenas de Harry Potter, cuando el joven mago, a pesar de no ser consciente de que era un mago provoca todo tipo de eventos incontrolables cuando está enojado. Como cuando hace que su primo aparezca del otro lado de la ventana en el zoológico.

“Comenzaba a hacer predicciones sin realmente quererlo”.

De la misma manera, Chris Semet nos confesó que hizo sus primeras predicciones como una respuesta al peligro, cuando era víctima de bullying en la escuela.

“Fui maltratado por compañeros de clase y les contesté con predicciones sin quererlo… Fue una manera inconsciente de regresar el golpe”.

Recuerda un episodio especialmente en el que un compañero le aventó una bola de nieve en la cara y espontáneamente le contestó diciéndole que terminaría en la oficina del director de la escuela por algo serio. Inmediatamente, un supervisor se llevó al niño con el director para darle la triste noticia de que su padre había muerto.

Más allá de las predicciones, Chris Semet también recuerda extrañas sensaciones que lo invadían en la presencia de algunas personas y que pudo explicar e identificar después de muchos años. Por ejemplo, el sentimiento de que se sofocaba en el salón de clase sin saber que su maestro estaba por confesarles que tendría que renunciar por cáncer en los pulmones. Murió poco después.

Aceptar su don único en la adolescencia

Durante la importante etapa entre la secundaria y la preparatoria, a los 14 años, Chris Semet se dio cuenta de su don de clarividencia y comenzó a practicar sin que nadie se diera cuenta. Sus habilidades especiales también le permitieron socializar después de años de mantenerse al margen.

El autor insiste en la importancia de la aceptación de su identidad en su familia. Su hermana fue la primera, que además le regaló unas tarjetas para leer el tarot. Su mamá le pidió que utilizara sus dones para ponerse en contacto con su tía abuela que sospechaban los estaba visitando desde el más allá.

Y también a través de la gente que se cruzó en su camino: un vecino que sanaba con imanes, un astrólogo en su escuela de hospitalidad y muchos otros que le hicieron ver, apreciar y aceptar su verdadero y auténtico yo.

Chris Semet insiste:

“Si tu hijo tiene una de estas facultades escúchalo. Deja que exprese sus sentimientos sin decirle que es clarividente o médium. Deja que crezca en un entorno familiar que lo acepta y que hace que su sensibilidad particular crezca”.

Para aprender más sobre la vida y carrera de este escritor, ¡no te pierdas su libro!

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Foto: Cosmo France

Con información de Cosmopolitan Francia

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