El poder del habla: Confía tu éxito a tus palabras

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Las palabras que dices se alojan en tu mente y determinarán tu futuro, por eso es tan importante que transformes positivamente tus pensamientos. Do it! Trata de imaginar la siguiente escena: cada vez que de tu boca sale una palabra, esta tiene un impacto en tu cerebro. Si dices algo con una carga negativa, de inmediato esa parte llamada amígdala se activa y en ti se genera una sensación de ira y malestar. En cambio, cuando dices algo positivo, el hemisferio derecho gestiona las emociones y de inmediato el bienestar te invade y tu actitud se pone en modo: Don’t worry, be happy. ¿Maravilloso, no? Lo que dices tiene un efec- to instantáneo y poderoso que puedes utilizar para conseguir lo que quieres, y si has escucha- do alguna vez la frase: “Ten cuidado con lo que pides porque se puede hacer realidad”, sabrás hacía dónde nos dirigimos.

Causa y efecto

Eres un ser integral, mente y cuerpo están conectados y actúan en coordinación. Cuando expresas algo tu cerebro se pone en acción, genera ideas, activa emociones y se transforma en un lenguaje total, porque tus palabras, tu cuerpo y la emoción que le imprimes a tu discurso se unen para revelar tus ideas, es tu mejor carta de presentación en la que te puedes apoyar ante cualquier situación que abordes. Mark Waldman, investigador de la Universidad de California, coautor del libro Las pa- labras pueden cambiar tu cerebro, explica que incluso desde la velocidad con la que hablas influye en lo que transmites: si lo haces muy rápido, das la impresión de que tus pensamientos son atropellados, que posiblemente no tienes claras tus ideas y que tampoco te interesa que tu interlocutor se involucre en el tema. En cambio, cuando tomas tu tiempo y hablas pausada y rítmicamente, logras captar la atención ajena y puedes dar por hecho que todo lo que digas va a causar un impacto. Esto no significa que cambies la naturalidad por una actitud estudiada, sino que pienses antes de hablar. “Nos hemos acostumbrado a escuchar que hay que pensar lo que decimos cuando se trata de algo importante, pero en realidad todo lo que transmites lo es porque es un reflejo de lo que piensas, de tus creencias, de tus principios y de los conceptos que tienes del mundo y de ti misma, por eso no podemos dejar el análisis ni un momento”, sostiene la psicóloga Sofía Rivera, catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Siempre que tratas de conseguir algo, ya sea en el campo laboral, académico o personal, cada palabra que digas es tomada en cuenta y define el concepto que tendrán de ti. Por supuesto que te puede saltar la idea de que siempre es posible decir justo lo que esperan de ti, pero no es tan fácil, recuerda que al estar ligadas las palabras con el cerebro siempre habrá algo en tu comportamiento o en el tono en el que hablas que te delatará y puede ser que quien te escucha no sea un experto en lenguaje, quedando siempre una duda: “No sé qué es, pero hay algo en ella que no me gusta”, y seguro a ti también te ha pasado alguna vez con alguien. Tranquila, esto tiene solución y te decimos cómo lograrlo.

Cambia el rumbo

Pensar lo que dices se traduce en cómo transmitir de la mejor manera y con palabras adecuadas lo que quieres expresar. Esto es, no vas a pedirle un aumento a tu jefe diciéndole que ya sabes que no hay dinero, pero igual crees que te lo mereces, porque en efecto validará tu opinión y te dirá que no se puede. En cambio si le hablas sobre tus logros, proyectas a un año tus metas y le haces ver que darte ese aumento es una inversión y no un gasto, es muy probable que mantenga sobre la mesa tu propuesta. Lo mismo ocurre cuando quieres dar tu punto de vista sobre algo y te lanzas con frases del tipo “en mi humilde opinión” o “tú sabes más que yo”, ten por seguro que nadie querrá saber de ti aun cuando lo que tengas que compartir sea importante, porque no les interesará escuchar a quien no confía en su opinión y no respeta su propia postura. Aquí es donde tenemos que decirte que la autoestima es indispensable, recuerda que la información da poder y todo el conocimiento que obtengas a partir de experiencias propias, o de hablar con los demás y de cualquier otro medio que prefieras, te dará elementos para expresarte mejor y tener un criterio. Si vas a recurrir a la palabra para avanzar en tu vida, tienes que saber usarla y esto incluye expulsar de tu vocabulario todas aquellas palabras ofensivas que desacreditan, hieren o muestran indiferencia; eso aplica para ti y para quienes te rodean, porque esto también forma tu reputación y tu realidad. Si seguimos en la línea que conecta cerebro-palabras, lo que piensas es lo que te hará actuar en consecuencia, es decir, si hablamos de obtener logros, estos no llegarán si crees que se trata de algo complicado de alcanzar y así lo expresas; de hecho optarás por salirte de la competencia antes de intentarlo, y en este sentido recuerda que una cosa es reconocer que no estás preparada para dar un paso –pero hacer todo lo posible para desempeñarlo– y otra muy diferente es renunciar de manera definitiva. Y lo que te digas a ti misma será lo que te impulse o no a ir por tus sueños, sostiene la doctora Sofía Rivera, quien agrega que cuando mantienes ideas que limitan tu capacidad corres el riesgo de ponerte en game over. Ejemplos de esto tenemos muchos: uno de ellos es el de la extinta Amy Winehouse, quien además lo dejó como legado en su tema Rehab. Ella creía que no necesitaba de una rehabilitación para sus adicciones, que estaba bien con la compañía de su pareja y que era su forma de disfrutar su vida; los resultados de lo que expresaba no se dejaron esperar y fueron los que la condujeron a su triste final. Es cierto que en su entorno había elementos que le dañaban, pero en definitiva, como afirma la experta, somos responsables de lo que pensamos y de cómo le damos salida. Ella, al creer que estaba bien con la vida que llevaba y expresarlo a manera de canción con todo el mundo (literal), dejó en claro que no necesitaba ayuda y que tampoco quería recibirla, así que paulatinamente construyó su destino, por eso no es raro darse cuenta que al final de sus días se encontró sola; así lo deseó y se los hizo saber a todos. Una vez más el peso de sus palabras hizo efecto, lamentablemente.

Habla bien y te irá mejor

Rodearte de gente positiva que te rete a fortalecer tu autoestima, a cambiar (para bien) tu forma de pensar, de expresarte y de ir a conseguir tus sueños, es irrenunciable. Un estudio realizado por la Universidad Flinders de Australia, reveló que esta medida influye en la manera como enfrentas a la vida, porque ellos serán tu sostén cuando caigas y empieces a hablar mal de ti misma y de lo que te rodea, te ayudarán a ver en perspectiva lo que ocurre e influirán para que cambies la ruta de tus ideas, pues alguien que es positivo no te seguirá el juego cuando empieces a excederte. En conclusión, tus palabras tienen un poder inigualable y determinan tu futuro. La propuesta no es que te conviertas en una mujer positiva sin sentido, sino que aprendas a distinguir qué es lo que quieres y renuncies por completo al papel de víctima, además de impulsar tus capacidades, reconociendo tus emociones y expresándote con todo amor y respeto que te mereces y que se merecen quienes te rodean. No olvides que siempre tienes la última palabra.... trata de que esta sea la mejor. Por: María del Carmen López

Este artículo fue originalmente publicado en nuestra edición impresa:

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