Cuando se trata de intimidad, explorar las zonas erógenas puede transformar cualquier encuentro en algo mucho más placentero. Aunque cada hombre es diferente, hay ciertas partes del cuerpo que son universalmente sensibles y pueden ser la clave para desatar el placer. Si quieres sorprender a tu pareja y aumentar la conexión entre ambos, aquí tienes tres puntos que vale la pena conocer.
El cuello
El cuello es una de las zonas más sensibles del cuerpo ya que está lleno de terminaciones nerviosas que reaccionan incluso ante los estímulos más sencillos. Intenta con besos suaves o roces ligeros con los labios. Si buscas intensificar las sensaciones, un pequeño masaje con las yemas de los dedos puede ser irresistible.
Las orejas
Las orejas suelen ser subestimadas, pero tienen el poder de generar placer intenso con solo un poco de atención. Puedes morder suavemente el lóbulo, susurra algo coqueto o deja que tus labios apenas las rocen. Incluso un leve soplido puede provocar escalofríos (de los buenos).
La parte interna de los muslos
Esta área es increíblemente sensible por su proximidad a los genitales y la cantidad de terminaciones nerviosas que tiene. Es una zona ideal para aumentar el deseo y jugar con la anticipación. Usa tus dedos para acariciar suavemente o prueba un masaje firme pero delicado. La clave está en ir despacio y permitir que la expectativa haga su magia.
Explorar estas zonas erógenas puede encender la pasión y fortalecer la conexión con tu pareja. Pero recuerda que lo más importante es la comunicación, pregunta qué le gusta y experimenten juntos.