Desafortunadamente, las preocupaciones del día a día, la carga de trabajo y las responsabilidades personales pueden hacer que la libido pase a un segundo plano sin que te des cuenta. La buena noticia es que hay maneras de contrarrestar esto y recuperar el equilibrio. Aquí te dejamos tres maneras que te van a ayudar a que el estrés no afecte tu vida sexual.
Selfcare como un must
Cuando toda la semana está llena de mil y un pendientes, es normal que lo primero que se vea afectado sean tus horas de sueño. Pero cuidar de ti misma es fundamental para mantener un estado emocional y físico óptimo para el deseo. Dormir entre siete y nueve horas cada noche te va a ayudar a regular tus hormonas y mejorar el estado de ánimo.
También es muy bueno darte momentos del día para desconectarte, hacer cosas sencillas como escuchar música, leer, hacer ejercicio o tomar un baño relajante tienen grandes beneficios en tu bienestar, y por ende en tu vida sexual.
Conecta física y emocionalmente contigo misma
El estrés puede hacer que te desconectes de ti misma tanto física como emocionalmente, por lo que reencontrarte con lo que te hace sentir bien es clave para reavivar el deseo. Una opción es la masturbación, ya que puedes descubrir qué tipo de estimulación funciona para ti, sin presiones ni expectativas de alguien externo. También el mindfulness, es una manera efectiva de reducir la ansiedad y mejorar la respuesta sexual.
Comunicación plena con tu pareja
Por redundante que parezca tener una buena comunicación con tu pareja es clave para una vida sexual óptima, ya que el estrés no solo afecta el deseo, también puede generar distancia emocional en la relación. Hablar abiertamente sobre lo que sientes puede ayudar a reducir la presión y permitir que ambos encuentren soluciones juntos. Además, pueden explorar nuevas formas de intimidad más allá del sexo para así reforzar la conexión sin la presión de que todo tiene que terminar en penetración.
