Seguramente has escuchado muchas teorías sobre el semen y sus supuestos beneficios, pero hay una en particular que nos llamó mucho la atención: ¿tragarse el semen puede ayudar a prevenir la preeclampsia? Aunque suena como un invento sacado de internet, ya hay científicos que han explorado esta posibilidad y los resultados son bastante curiosos.
Antes de llegar a esto, hay que entender qué es la preeclampsia. Como tal es una complicación del embarazo que eleva la presión arterial y puede afectar órganos vitales como el hígado y los riñones. Por lo que llega a ser una de las principales preocupaciones durante el embarazo, ya que en casos graves puede poner en riesgo la vida de la mamá y el bebé. Pero bueno, ¿esto qué tiene que ver con el semen?
En estudios recientes han descubierto que la exposición frecuente al semen de la pareja podría ayudar a reducir el riesgo de preeclampsia. La razón detrás de esto es que el sistema inmunológico de la madre necesita acostumbrarse a las proteínas del esperma antes del embarazo para aceptar mejor el embrión.
Un estudio publicado en el Journal of Reproductive Immunology (2000) encontró que las mujeres que tenían mayor contacto con el semen de su pareja, especialmente a través del sexo oral, presentaban un menor riesgo de desarrollar preeclampsia. La teoría es que la absorción de estas proteínas ayudaría al cuerpo a reconocerlas más fácilmente durante el embarazo, facilitando la implantación del embrión y reduciendo las probabilidades de complicaciones.
Otro estudio en Frontiers in Immunology (2018) también sugiere que la exposición prolongada al semen de la pareja podría mejorar la adaptación del sistema inmune de la mujer al ADN del bebé, favoreciendo a un embarazo más estable.
Pero antes de sacar conclusiones, o que te presionen a que lo hagas, hay que aclarar algo muy importante, estos estudios no establecen que tragarse el semen sea una “cura” para la preeclampsia. Esta condición depende de muchos factores, como la genética, la alimentación y el estado de salud general de la madre. Además, este posible beneficio solo aplicaría si el semen proviene de la pareja con la que se quiere concebir, ya que el cuerpo necesita adaptarse a esas proteínas específicas.
Ahora bien, si la duda es si esto es un mito o una realidad. La respuesta es que no es un mito en su totalidad, pero tampoco es un remedio garantizado. Aunque la ciencia ha encontrado indicios de que el semen podría jugar un papel en la prevención de la preeclampsia, no hay suficiente evidencia para considerarlo una recomendación médica oficial.